Como ya te comenté sobre las hijas de Larra, Adela tenía 5 años y Baldomera 4 cuando su padre se suicidó en 1837. Al parecer fue Adela quién al ir a despedirse de su padre para irse a dormir, lo encontró muerto. Crecidas las niñas, puesto que lo que te estoy diciendo ocurrió en 1870, hechas ya mujeres... bueno esto requiere toda una puesta en escena para que comprendas la España de aquel momento. Intenté hacer una reseña histórica sintética de la época. Pero se me sumaron páginas y más páginas. Así que opto por algo más breve. En determinado momento, Isabel II, reina de España, fue destronada por una revolución llamada La Revolución de 1869 o La Gloriosa o La Septembrina, que tuvo gran repercusión puesto que va a ser el primer intento de instaurar en España un sistema político DEMOCRÁTICO. Esta revolución estuvo precedida por varios años de crisis económica que sería muy difícil reseñar. Primero se intenta un gobierno con una monarquía constitucional. Luego con una república. Ambos intentos fracasan en pocos años. Para la monarquía constitucional se “trae” a un rey de la casa de Saboya, tataranieto de Carlos III, conocido por ser el creador de La Puerta de Alcalá, La Fuente de Neptuno, Cibeles, el Jardín Botánico, el Museo del Prado, etc., en Madrid. También fue el creador del Palacio de Caserta, en Campania, Italia, próxima al Nápoles entonces capital del reino de Las Dos Sicilias, (antes había sido reino de Nápoles y Sicilia), la hoy declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. (Aparte los napolitanos son los creadores de los Sfogliatelle... ¿qué más hay que decir...?). Por este lejano parentesco y por ser liberal, se eligió a Amadeo patrocinado por el Gral. Prim, militar liberal que integraba el gobierno provisional luego de la destitución de Isabel II. Instalado Amadeo en la corte española, de algún modo, entre sus funciones de monarca, encontró tiempo para dedicarle ratos de ocio y gozo a Adela Larra, que aunque casada, no podía despreciar las mimosas caricias del mismísimo Rey de España. Aquí te la presento pintada por el lápiz de Benito Pérez Galdós en el Episodio Nacional “Amadeo I”. Dice allí Galdós: “Era la tal de mediana talla, bien formada y no mal constituida de carnes y anchuras … el rostro, tan agraciado como hermoso: tez morena, ojos expresivos, grande la boca, tan abundante el pelo, que no se contenía dentro de sus límites naturales, extendiéndose por delante de la oreja , como un rudimento suave de varoniles patillas” Adela habitaba en un hotel del paseo de la Castellana adonde acudía el rey todas las noches. (¿Lo estás viendo bajar, ansioso, de la carroza de hermosos y bien enjaezados caballos? Yo sí...jejeje). Puesto que era “bien formada y NO mal constituida de CARNES Y ANCHURAS... (¡Y ahora se quejan por las anchuras...! ),... el rostro, tan agraciado como hermoso... ojos expresivos, grande la boca... abundante el pelo”, no es raro que Amadeo, que era muy aficionado y le dedicaba gran cantidad de su tiempo libre a las artes amatorias por las que tenía una probada debilidad, tuviera sus encuentros con Adela y que se refocilara de la anchura de sus carnes... ¡¡¡TODAS LAS NOCHES!!! Seguro que de esos encuentros fulgurarían chispas al chocar los cuerpos... pero eso es imaginación mía, malos pensamientos, ya que no fui testigo. Además, te confieso que eso de “todas las noches” me dejó pensando... (De paso decir que también Galdós, que escribía con lápiz porque la pluma decía que le hacía perder tiempo, –no olvides que eran plumas de ganso-, murió soltero, era muy tímido y se gastaba una fortuna en amigas de pago en casas de tolerancia. ¡Ya ves... nadie es perfecto!) Otro día te cuento qué fue de la vida de la otra hermana, Baldomera, que ahora voy a hacer nada ya que me dejó mal eso de todas las noches. ¿A ti no?
Posted on: Sat, 16 Nov 2013 00:17:12 +0000
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