Con gusto se los comparto: Granito de Arenas / Me quedo con Brozo Entre Bozo –el payaso-, Brozo –el vulgar- y Bozzo –la farsante-, me quedo con Víctor Trujillo. Apenas recuerdo al payaso Bozo. Su risa característica está presente en mi memoria auditiva, pues algunas veces lo vi en la televisión, pero ya no era un niño, de modo que no le presté mayor atención. Tengo presente, eso sí, que era un payaso arquetípico, sano y de humor blanco, cuyo propósito profesional era hacer reír a los pequeños. Ahora que lo traigo al presente, recuerdo vagamente que un periodista le hizo una entrevista cuando ya era mayor y, ante las cámaras, mostró al hombre atrás del disfraz y lloró al referir su condición de pobreza. Poco después murió. Hace casi 25 años veía un programa televisivo en el Canal 13 –entonces Univisión-, Ausencio Cruz y Víctor Trujillo eran una pareja de comediantes inteligentes que tenían varios personajes cuyo humor, era a veces cáustico. Procuraba no perdérmelo, pues además de divertidos, pasaban un mensaje cargado de intención, casi siempre crítico del gobierno. Pasados unos años, esa pareja se disolvió y cada cual tomó su camino. Poco tiempo después, Trujillo, que continuó en el 13, nos sorprendió con varios personajes memorables, como la Beba Galván, el Estetoscopio y otros, entre los cuales destacó por mucho el de Brozo –que según sé fue creación de su esposa-, cuyo nombre, claro, deriva de “broza”, de “raza”, es decir, de vulgaridad, de naquedad. Para mi sorpresa y la de muchos más, Víctor Trujillo salió de TV Azteca, donde seguía siendo crítico para el gobierno, para entrar en Televisa, lo cual nos hizo levantar las cejas a muchos, como se atrevió a cabecear un periódico la nota alusiva al hecho: “Trujillo se vendió”. No fue así. Brozo siguió siendo crítico. Al fallecer su esposa, unos años después, tomó la decisión de no volver a representar al personaje y guardó unos meses, no sé cuántos, la nariz roja en un cajón. Alguien próximo lo convenció de que lo mejor era volver a ponérsela y así renació para permanecer con su propio programa, “El mañanero”. El individuo que habita en Brozo es un hombre inteligente, culto, instruido y, desde luego, inteligente, aunque su personaje dice “palabrotas” y albures, pero tiene un mensaje positivo, constructivo y propositivo.. Bozzo es el apellido de una señora de nombre Laura nacida en Perú, de donde fue prácticamente echada de la televisión comercial local. De ahí fue a dar a Miami, donde tampoco se sostuvo mucho tiempo por las mismas razones: su vulgaridad, estulticia, ignorancia y deshonestidad. Lo que hacen con quienes participan en esas emisiones televisivas –que desde luego tienen gran audiencia porque explotan el morbo y los más bajos instintos del televidente- es más que denigrante e indigno, pues se aprovechan de la pobreza y carencia de valores y los fuerzan a fingir. Y no es el peor de los programas de Televisa, por cierto. La pregunta es para el Secretario de Gobernación –en cuya dependencia se vigila, supuestamente, la calidad de los contenidos televisivos-, ¿qué espera para poner orden?; y la otra pregunta es para el público pensante: ¿vamos a callar ante la farsa más reciente de esa “señora”? Gracias por su tiempo y atención PP Arenas
Posted on: Fri, 27 Sep 2013 14:04:39 +0000
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