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Crisis... Cuando El Corazón Se Quebranta “AL SEÑOR EN MI ANGUSTIA YO CLAMÉ, Y ÉL ME RESPONDIÓ” (Salmo 120:1). Esta es la expresión de un hombre de Dios cuyo corazón estaba quebrantado. Puede ser también la tuya atravesando momentos de sufrimiento o quebranto. El sufrimiento es parte de la vida. Creo que todos los seres humanos lo necesitamos e indudablemente lo experimentamos en algún momento de nuestro transitar por este mundo. Es a través del sufrimiento que entendemos que hay un ser Soberano y Supremo, que entiende lo más profundo del corazón del hombre y de la mujer; el es Dios, y a quien podemos acudir en busca de auxilio. Es a través del sufrimiento que afloran nuestras asperezas, nuestras actitudes, nuestras motivaciones, nuestro egocentrismo. En el sufrimiento las lágrimas brotan de nuestros ojos, y son una expresión del alma por el dolor que sentimos. Eso es bueno y saludable. El sufrimiento puede arroparnos por varias causas: enfermedades terminales, discapacidades, despidos, muerte, abusos, rechazos, malas noticias, separación, desobediencia a la ley divina, etc. Ante el sufrimiento, necesitamos tomar decisiones, y dependiendo de ellas, al final veremos los frutos. Jesús dijo: “En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: Yo he vencido al mundo”. (Juan 16: 33). Tenemos que enfrentar el sufrimiento. Ante todas las distintas situaciones por las que sufrimos en nuestro caminar por este mundo, siempre nos preguntamos: ¿Por qué? Ante tales situaciones, unos expresan dolor, otros, ira, enojo, otros culpan a Dios, a la gente o a las circunstancias, o a sí mismos. Otros caen en depresiones, otros deciden terminar con su vida y se suicidan. Pero, nos preguntamos, ¿son normales tales reacciones? Hay que dar gracias a Dios que nos ha hecho con emociones y podemos llorar, reír, gritar, etc. La cuestión aquí es que además de que Dios nos ha dado emociones, también nos ha dado dominio propio y es allí donde tenemos que hacer un alto y reflexionar acerca de nuestras reacciones frente al sufrimiento. El experimentar sufrimiento en algún momento de nuestra vida, debe llevarnos a hacer algunas preguntas: • ¿Es mi culpa? • ¿He desobedecido leyes humanas o divinas? • ¿He descuidado lo que Dios me ha dado? • ¿Es por culpa de otros cuyas palabras y acciones han hecho pedazos mi vida? • ¿Es por el rechazo que viene de un ser querido en la familia? • ¿Es porque somos perseguidos y porque nos difaman? • ¿Es porque otros se aprovechan de nosotros, nos usan, o porque es difícil llevarse bien? • ¿Es porque las circunstancias adversas de la vida me han tocado? Cualquiera que sea la respuesta, y dependiendo de nuestra actitud, el final será provechoso si sabemos que nuestra vida esta en manos de aquel quien nos trajo a este mundo con un propósito específico: “Dar gloria a El”. Veamos algunos ejemplos de personajes bíblicos que experimentaron sufrimiento y cómo reaccionaron: Ana: es una mujer que experimentó el sufrimiento a través de su esterilidad, y a través de la humillación de su sierva. Su reacción fue de llanto, tristeza y dolor, pero también de tomar una decisión firme al ir en busca de ayuda de aquel quien es un Dios Todopoderoso, Omnisciente, Omnipresente, a pesar de la mala interpretación del siervo de Dios quien la observaba en su momento de dolor y angustia. (1 Samuel 1:6-10). Abigail: Su sufrimiento radicó en el marido que tenía. Un hombre duro y de malas obras, en contraste con ella quien era una mujer de entendimiento. Esta mujer ante su sufrimiento, supo callar y actuar sabiamente en un momento crucial de su vida y de su familia. (1 Samuel. 25:3). Jesús, nuestro Señor: No hay nadie que haya experimentado más sufrimiento en su vida como lo experimentó nuestro Señor Jesús. Fue traicionado, perseguido, criticado, golpeado, escupido, azotado, traspasado y angustiado, y el momento más difícil de su vida fue antes de dar su vida por la humanidad, cuando estando en Getsemaní oro: “Padre, si quieres, pasa de mi esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y estando en agonía, oraba más intensamente, y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra”. Vemos su reacción ante el sufrimiento: dispuesto a hacer siempre la voluntad de su Padre y cumplir su meta en esta tierra. (Isaías 3:3-10). • El sufrimiento es parte de la vida. Dependiendo de la actitud que tomemos frente a él, la vida se hará más llevadera, o se tornará en una carga muy difícil de soportar. • Podremos utilizarlo como un ministerio de consolación, así como lo hizo Jesús: “Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados” (Hebreos 2:8). CUANDO EL CORAZÓN SE QUEBRANTA, LA ACTITUD ES LO QUE CUENTA... Si tu corazón está quebrantado, te animo a que descanses plenamente en Dios, Él, mejor que cualquier persona en este mundo, te entiende y sabe cómo consolarte. Él es tú castillo y tu fortaleza. Qué este maravilloso mensaje sirva para que en los momentos de sufrimiento sepas que no estás solo/a, que Dios está contigo y que los sufrimientos son parte de nuestro proceso de crecimiento en la fe. Que tengan un maravilloso fin de semana y que Dios los bendiga y los arrope con su infinito amor. un amoroso abrazo:
Posted on: Mon, 25 Nov 2013 22:12:51 +0000

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