Cristo y el Anticristo Pero la recrudescencia y agigantamiento de - TopicsExpress



          

Cristo y el Anticristo Pero la recrudescencia y agigantamiento de la persecución y del correlativo número récord de mártires en este siglo, nos demuestra otro hecho que debemos tener en cuenta, para comprender la naturaleza de la fuerza que se oculta en nuestra aparente debilidad. Este hecho nos demuestra que Cristo es y sigue siendo el centro de la historia y que ésta se ha convertido y se va convirtiendo cada vez más en una lucha en torno a Cristo y a los suyos, una lucha contra nosotros. Somos llevados así, como de la mano, a poner nuestra debilidad y nuestra fuerza a la luz del pecado original y del Anticristo. “Para poder decir lo que es realmente el Anticristo, hay que aceptar, antes, la existencia de ‘el Maligno’ como puro ser espiritual, y desde luego como un ser que tiene poder en la historia. Más aún, hay que concebirlo como el ‘príncipe de este mundo’, al que con una fórmula extrema se le llama también ‘el dios de este mundo’ (2 Cor 4,4)”16 . Pues bien, éste es el opositor. Una fuerza metahistórica pero también histórica, que da poder a sus servidores y lo arrebata a los de Cristo. Él es “el que acusa a nuestros hermanos”17 , “el adversario, el opositor”18 , el que “se disfraza de ángel de luz” y envía a sus servidores disfrazados de ministros de justicia19 . Para comprender las causas y la naturaleza de nuestra debilidad política debemos, pues, tener en cuenta la revelación de Jesús, acerca del futuro de la Iglesia y del Anticristo, el opositor, el obstaculizador, el enemigo que viene a sembrar cizaña en el trigal . Nuestra lucha, - nos dice San Pablo – no es contra hombres sino contra Satanás y los espíritus malignos. Por eso debemos buscar nuestra fuerza en el Señor: “potenciáos en el Señor y en el poder de su fuerza, vestíos con la armadura de Dios, para que podáis resistir a las tácticas del diablo, porque nuestro combate no es contra sangre y carne, sino contra los principados y las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus malignos del aire” . Si llegáramos a poder discernir que nuestra debilidad es de este tipo, por estar enfrentados a la oposición de las fuerzas demoníacas que gobiernan nuestra civilización y nuestra cultura, le dan su orientación anticatólica y establecen filtros ocultos para neutralizar nuestros intentos, entonces, ésta sería una debilidad buena, una debilidad teológica. Sería la debilidad de los mártires, en la que se revela la fuerza de Dios. Una debilidad de aquellas que Pablo experimentaba y de las que le reveló el Señor: “mi gracia te basta, porque en la debilidad se hace perfecta la fuerza”. De lo que Pablo concluyó: “Muy gustosamente continuaré gloriándome en mis debilidades, para que habite en mí la fuerza de Cristo” 22 Tal debilidad sería del tipo que Jesús enseña en el Sermón de la Montaña, que son bienaventuradas. Porque los perseguidos por Cristo juzgan al mundo y lo convencen de pecado, de justicia y de juicio. Los enemigos del pueblo católico no lo consideran débil Por otra parte, no nos dejemos engañar. Aunque Marx, Gramsci, Fukuyama y otros enemigos de la fe católica, afirmen por un lado que el cristianismo y la Iglesia son cosas del pasado, reliquias, cadáveres: “Sin embargo, no pierden ocasión de referirse a él, e incluso lo declaran el peor enemigo”. Toda su guerra es contra el pueblo católico. PHB
Posted on: Fri, 27 Sep 2013 03:34:57 +0000

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