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Culturízate. LA PARADOJA DEL AMOR ES, SER UNO MISMO, SIN DEJAR DE SER DOS Autor: Erich Erich Fromm Nos enamoramos, cuando conocemos a alguien por quién nos sentimos atraídos y dejamos caer frente a él, las barreras que nos separan de los demás. Cuando compartimos con esa persona nuestros sentimientos más íntimos, tenemos la sensación de que, por fin, hicimos una conexión con alguien. Este sentimiento nos produce placer, hasta la química de nuestro cuerpo cambia. Dentro de él se producen unas sustancias llamadas endorfinas. Nos sentimos felices y andamos todo el día de buen humor y atontados. Cuando estamos enamorados, nos parece que nuestra pareja es perfecta y la persona más maravillosa del mundo. Esa es la diferencia entre enamoramiento y el amor. Empezamos a amar cuando dejamos de estar enamorados. ¿QUÉ? A sí es. El amor requiere conocer a la otra persona, requiere tiempo, (no parcial) requiere reconocer los defectos del ser amado. Requiere ver lo bueno y lo malo de la relación... No quiere decir que enamorarse no es bueno, al contrario, es maravilloso. Sin embargo, es sólo el principio. Muchas personas son adictas a estar enamoradas. Terminan relaciones cuando la magia de haber conocido a alguien nuevo desaparece, cuando empiezan a ver defectos en la otra persona, y al darse cuenta que no es tan perfecta como pensaban. El verdadero amor no es ciego. Cuando amas a alguien puedes ver sus defectos y los aceptas, puedes ver sus fallas y quieres ayudarlo a superarlos . Al mismo tiempo, esa persona ve tus propios defectos y los entiende. Esto es recíproco. El amor verdadero está basado en la realidad, no en un sueño de que no encontraste a tu príncipe azul o a tu princesa encantada. Encontraste a una persona maravillosa, de acuerdo, pero no es perfecta ni tú tampoco. Encontraste a tu alma gemela, pero también los gemelos discuten y tienen diferencias. Amar es poner en la balanza lo bueno y lo malo de esa persona y después amarla. El amar es una decisión consciente. Muchas veces oímos de personas que dicen que se enamoraron de alguien y no pueden evitarlo. Que se supone, ¿qué es una cuestión de muerte? Qué se supone, ¿que amamos por arte de magia? Qué se supone, ¿qué alguien más tiene poder sobre nosotros? De ninguna manera. Puedes sentir una gran admiración por alguien, puedes estar agradecido, por lo que alguien ha hecho por mí, puedes desear tener una relación con alguien pero...no amas. El amor nace de compartir, de dar y recibir, de intereses mutuos. Tú no puedes amar a alguien que no te ama, o que no se interesa en ti. O dice amarte porque te ve poco o por interés propio. El amor verdadero es reciproco. Recibes tanto como das. Si en este momento, tienes un "amor imposible" debes estar molesto contigo mismo, tal vez estás pensando, Cómo es posible que me digas esto? ¿Qué no ves que es amor lo que siento?. No te culpo, yo también sentí frustración de que esa persona no me hiciera caso o me abandonara. Pero te repito, no amas a alguien que no te ama. Por eso analiza y trata de encontrar el amor en la persona de tus sueños. Para pensar... Tengo que conocer a la otra persona y a mí mismo objetivamente, para poder ver su realidad, o, más bien, para dejar de lado las ilusiones, mi imagen irracionalmente deformada de ella. *No puedes amar a quien no te ama. O quien te entretiene con regalitos o viajecitos al exterior. *El amor está basado en la realidad. Muchas veces nos entregamos en cuerpo y alma. Damos todo por el otro: dejamos de lado nuestros tiempos, nuestros gustos, nuestros amigos, nuestra familia. Nuestra vida pasa a ser vivida por y para la otra persona, nos olvidamos de quién somos, de nuestra esencia. Y eso no nos hace bien. Consejos para vivir un amor saludable. Horas esperando un llamado. Una tarde completa mirando fijo la computadora como si, gracias a eso, facebook publicara automáticamente su mensaje. Esperamos. Cambiamos planes, dejamos de lado nuestra agenda. Nos descentramos de nosotras mismas. Y vivimos para y por esa otra persona. Vivimos pensando únicamente en ellos, rebobinando frases falsas y actitudes que nos mantienen ancladas a relaciones sin futuro. Y seguimos esperando. Nos empecinamos en querer más de lo que nos quieren. Cedemos. Aceptamos. Nos olvidamos qué somos, qué sentimos, qué queremos, qué necesitamos. Nos atamos a un mito. A ese que dice que el amor de verdad no tiene límites, que lo soporta todo y que lo acepta todo. Pero, cuando nos vemos frente al espejo, admitimos lo que tanto nos duele: ese amor tan ansiado (¿idealizado?) no nos hace felices. ¿Hasta dónde amar? No hasta el cielo. Ni más allá de nuestra dignidad, de nuestra integridad, de nuestra felicidad. “Nuestra cultura ha hecho una apología del amor incondicional, el cual parte de una idea altamente peligrosa: ´Hagas lo que hagas te amaré igual´. Es decir, que a pesar de los engaños, los golpes, el desinterés o el desprecio, si los hubiera, en nada cambiarían el sentimiento (…) Amor ilimitado, irrevocable y eterno. ¿A quién se le habrá ocurrido semejante estupidez?”. “Los límites del amor. Hasta dónde amarte sin renunciar a lo que soy. Lejos de lo que nos proponían los poetas, una relación que nos hace sufrir y nos hace corrernos de nuestro propio yo no nos hace bien. “El mito del amor sin límites ha hecho que infinidad de personas establezcan relaciones dañinas e irracionales, en las que se promulga el culto al sacrificio y la abnegación sin fronteras”. Pero si el amor de las novelas, es ilimitado y no admite condiciones, el amor terrenal, ese que nos toca vivir día a día, sí las precisa. “Reconocer que existen ciertos límites afectivos no implica necesariamente dejar de amar, sino aceptar la posibilidad de modificar la relación en un sentido positivo o, simplemente, alejarse y no estar en el lugar equivocado, aunque duela la decisión”. Cómo saber si amas demasiado? Estos son los síntomas de que la cosa no funciona: -Empezar a envidiar a otras parejas. -Se activa tu recuerdo de viejos amores. -Una duda metódica hace su aparición: ¿me habré enamorado de la persona equivocada? -Cada nuevo día se siente como un bajón. -Vives un sinsabor permanente que te va quitando la alegría. ¿Y por qué nos sometemos a este tipo de vínculos? Por miedo a la soledad o al abandono; porque somos emocionalmente dependientes; porque no nos sentimos queribles o merecedoras de algo bueno, por mandatos sociales de los que nos cuesta despegarnos, por… Las razones son muchas, pero, en definitiva, se relacionan con pensamientos negativos frente a nosotras mismas. Pon al amor en su sitio Dale un significado nuevo a tu experiencia afectiva: construye tu relación. “Al amor hay que reubicarlo hacia arriba, más cerca de la razón y más lejos de la pretensión omnipotente y sentimentalista que lo ha caracterizado. Otorgarle una nueva cualidad, sin perder su esencia, implica asumir unos valores distintos a los convencionales, cambiar la cantidad por la calidad y destacar que no importa cuánto te amen sino cómo lo hagan”. Y deja estos tips para comenzar el cambio: -Revisa tu mitología del amor de pareja y reemplaza algunos valores tradicionales (por fusión cámbialo por comunión, la generosidad cámbialo por el deber) por otros más orientados a fomentar el bien común y más adaptados a nuestros tiempos. Un amor equitativo- Con igualdad de derechos. -Incluye en tus relaciones los “derechos humanos”. Respétate –y haz que respeten tu dignidad y tu integridad. Apuesta por un amor digno. -Flexibiliza tus dogmas: todo depende. Puede ser que un matrimonio no sea para toda la vida; no toda separación es un fracaso; el amor no lo puede todo. -No pierdas tiempo con quien no quiere dialogar ni negociar. -“No esperes peras del olmo”. No vivas aguardando un cambio que no llega. Y, tal vez, nunca llegue. -No te esfuerces en explicar lo obvio. -Comprométete contigo misma e intenta ser coherente: piensa qué quieres y esfuérzate por cumplirlo. -Practica el individualismo responsable: ama sin destruir tu yo. -Recuerda que eres una persona y no una cosa. -No practiques la victimización ni la auto compasión. Deja las lágrimas para la novela de la tarde. Esas historias de amor dolorosas, sufridas, plagadas de traiciones y desencuentros se ven espléndidas detrás de la pantalla. Pero no en nuestra vida. Amar no es sufrir ni padecer. Amar no es esperar ni callar. Amar no es someterse. “Podemos amar sin destruirnos a nosotras mismas. Para amar no debemos renunciar a lo que somos, ésa es la máxima. Un amor maduro integra el amor por el otro con el amor propio, sin conflictos”, Anímate a un amor saludable.
Posted on: Mon, 23 Sep 2013 03:41:20 +0000

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