DIARIO DE UNA EJECUCION (I) «¡Los Dioses tienen sed!» ― - TopicsExpress



          

DIARIO DE UNA EJECUCION (I) «¡Los Dioses tienen sed!» ― Monctezuma Con algunos minutos de retraso el Jurado de Enjuiciamiento, ubicado al oriente del recinto del Concejo Deliberante de la Capital, dio comienzo a este proceso histórico. Sus integrantes ingresaron, desde el poniente, en ceremoniosa fila india, ubicándose, cada uno de sus miembros en sus estrados en altura, situado sobre un escalón, comenzando desde la derecha hacia la izquierda con los Dres. Pablo Ramella y Carlos A. Lima (abogados de la matrícula elegidos según los parámetros del Consejo de la Magistratura y que al decir de estos últimos no representan ni tienen ligazón con el Foro de Abogados que los obligue a rendirles cuentas de su desempeño); al centro, su presidente, el Dr. Ángel Humberto Medina Pala (integrante de la Corte de Justicia, elegido por sorteo) y a continuación los diputados del FpV Giojista: Pablo García Nieto y Marcela Monti. Para ese entonces, desde antes ya estaban ubicados en sus lugares asignados; el malón de Torquemada, integrado por el Dr. Rubén Pontoriero (Asesor y denunciante en la causa penal de las expropiaciones, sin palabra ni intervención en el debate); el Fiscal de Estado y Acusador especial, Dr. Guillermo De Sanctis, una suerte de inquisidor general del reino, y el Fiscal General de la Corte subrogante, Dr. Eduardo Mallea, con un par de auxiliares a su derecha y, todos, con sus espaldas al norte, mullidos cada uno de sus escritos acusatorios sobre pupitres o mesas, que daban la sensación de constituir el Malleus maleficarum de este proceso. Y enfrentados a ellos, con sus espaldas al sur y en notable e inferior desproporción, el estoico y pulcro, Dr. Carlos Macchi (h), hijo mayor del propio acusado, el propio juez acusado, Dr. Carlos Macchi, ubicado al centro y, por último, el aguerrido colega: Dr. Guillermo (Willi) Toranzo, que bien podría personificar al senador Catón, el enemigo implacable de Julio César y famoso y tenaz defensor de los principios republicanos. Por nuestra parte, esperábamos ansiosamente que un solemne y sonoro golpe de un mazo o mallete diera inicio a la ceremonia, como en la película de Steven Spielberg “Amistad” lo hace la Corte Suprema de EE. UU. en la escena del debate final con Cinque y sus amigos africanos, aunque, en nuestro caso, con no poca desazón, solo alcanzamos a escuchar la modesta y tenue voz del presidente del tribunal. Respecto, a los protagonistas, por otra parte, era fácil advertir a simple vista las diferencias en cuanto al uso o no de tecnología que los socorriera. En el tribunal, solo hacían uso de ellas los representantes del foro con sus modestas notebooks o netbooks de algún modelo de tiempo atrás y los diputados con no mas que sus marcadores para resaltar el texto sobre las copia de la acusación. Y desde el lado de los acusadores y defensores, solo los Dres. Pontoriero y Macchi (h), hacían uso cada uno de sus respectivas table iPad, que manejaban con solvencia. Los restantes, verdaderos clásicos en esta lides, cuando mas los acompañaba el viejo lápiz o una lapicera, al margen de sus celulares; algunos smarphone. Ideológicamente, sin embargo, solo vimos una abrumadora mayoría de peronistas en el tribunal y en los acusadores, con una solo excepción del Dr. Carlos A. Lima, que como reciente empleado de la Defensoría del Pueblo y trayectoria poco conocida, bien puede pasar como independiente, como bloquista o filo peronista, pero que en términos prácticos no tiene incidencia en el resultado. Dato curioso, por otra parte, pues de todos los involucrados en el caso justamente se elige a un juez de raíces bloquistas, mientras se guarda a aquel otro de raices peronistas, Dr. Roberto Pages, que al decir del propio Fiscal de Estado, fue quien “abrió las puertas de infierno…” No cabe entonces ser ingenuo en la especie. La clave del desenlace de este juicio esta en como actuarán los miembros del tribunal. Es que si actúan según sus pertenencias partidarias, solo cabrá esperar conservadoramente una votación 5 a 1, sino es la unanimidad y, este pronostico, no puede en convertir en optimista a ningún observador independiente. Basta, si no, ver lo que le paso a su hermano Cesar y todos sus amigos en el gobierno con su oposición a la reelección, para darse cuenta que lo más probable es que no se resistan. En efecto. El peronismo de cualquier vertiente, ha heredado de su creador el verticalismo como sistema de conducción. Al jefe –se dice- se lo acata y se respetan sus decisiones; y todo disidente es enemigo o traidor. Perón, citaba a Mao, cuando se refería a la tarea de identificar aliados y enemigos, quien decía: “Lo primero que el hombre ha de discernir cuando conduce es establecer, claramente, cuáles son sus amigos y cuáles sus enemigos”, y dedicarse después, esto ya no lo dice Mao, sino Perón: “al amigo todo, al enemigo ni justicia”. En ese marco entonces este proceso nos parece una ficción inútil y absurda, por la manera de manejar este acontecimiento. Es que en realidad no veo a esta altura que este en juego ni interese el destino del Dr. Carlos Macchi, sean sinceros o lo adviertan o no sus protagonistas, sino un proceso en marcha de intimidación y disciplinamiento a los jueces de grado, bajo el manto de la razón suprema del estado y los derechos del pueblo, donde todos ellos terminan siendo marionetas cuyos hilos son manejados por agentes externos al recinto y el acusado es solo el mensaje viviente del destino que pueden correr los que se resisten. Con todo, no veo todo perdido, desde que como abogado siempre resolví los peores casos en el instante mismo de cantar el último número del conteo final. O como mejor lo dijo Balbín una semana antes del golpe de estado del 76: “No soy muy amante de los poetas, pero he seguido un poeta de mi tierra: todos los incurables tienen cura cinco minutos antes de la muerte… Desearía que los…[sanjuaninos]…, hoy, no empezáramos a hacer la cuenta de los últimos cinco minutos…”
Posted on: Mon, 26 Aug 2013 03:58:00 +0000

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