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David Calvo lo encontré en mi antiguo blog, por si te sirve para tu cápsula te lo regalo, si lo deseas formalizalo. PINOCHO Por. Claudia Palacios. “Pinocho" del italiano Carlo Collodi, es un libro muy ilustrativo en los terrenos de la didáctica, el protagonista es descrito como un muñeco rebelde, indisciplinado, flojo, irresponsable e irrespetuoso con los mayores, pero también generoso. Si bien, con frecuencia desea imponer su voluntad para satisfacer sus deseos, condición que siempre desembocará en desventuras e infortunios con los que se topa a lo largo de cada capítulo, lo cual no es sino el aprendizaje al que nos somete necesariamente la vida. Ahora bien, al principio como todo niño, Pinocho no posee de muchos recursos para afrontar exitosamente los peligros con los que se topa, es demasiado ingenuo, pequeño y distraído, pero esta última palabra quizá no sea del todo comprendida, así que echaré mano de la definición de María Moliner(2005) que entiende la distracción como “apartar la atención de alguien, de una cosa, un pensamiento, una preocupación, etc. Haciendo que la fije en otra cosa” Es decir que al distraernos en realidad estamos atendiendo o recreando una situación, que por cierto nos divierte, entretiene, preocupa o consterna y Pinocho siempre deja de hacer lo que los otros le imponen para hacer lo que a él le gusta ¿Podríamos culparlo acaso de buscar su felicidad? Para la educación la distracción no es un enemigo, es un aliado ya que finalmente el niño se concentra en lo que le interesa y reflexiona profundamente en ello, que es exactamente uno de los propósitos de la enseñanza, sin embargo también es cierto que nadie puede dar rienda suelta a sus deseos, que estos son controlados y mediatizados por los demás, desde esta perspectiva el destino de nuestro protagonista no puede ser sino fatídico. Pinocho siempre desobedece y al hacerlo el universo parece operar mediante otras reglas, en consecuencia la existencia del muñeco de madera se trastoca y vive sorprendentes aventuras. No pretendo hacer de este texto una apología de la travesura y la desobediencia, pero si subrayar que la transgresión de Pinocho es lo que le permite convertirse en un niño de verdad. Entonces, cabe hacerse la pregunta ¿Qué entendemos por disciplina? Partir desde esta concepción es sumamente relevante ya que a menudo consideramos que el niño disciplinado es un mero receptor de las reglas, mismas que le son ajenas e impuestas desde fuera, es un niño por lo tanto coercionado, sometido y dominado. Este tipo de disciplina obstaculiza la creatividad y la autonomía para privilegiar la obediencia. Imaginemos que el mundo esquizofrénico donde se desenvuelve Pinocho, un mundo –por cierto- parecido al nuestro concibiera la disciplina como un sitio donde cada individuo pudiera desenvolver sus intereses y cuestionamientos, las relaciones que establece con el otro y con su entorno, sus cosmovisiones y lenguajes , donde realmente disciplina embonara con su etimología proveniente del latín discípulus «APRENDER» Por lo tanto, estoy segura que las aventuras de esta disidente marioneta nos muestran que el sendero hacia el desarrollo humano es prolongado e intrincado y que para llegar realmente a la meta hay que detenerse en cada recodo del camino, mirar mariposas y sembrar monedas en la tierra esperando milagros, olfatear pistas, examinar piedras, reconocer y enfrentar los peligros mortales y a veces correr con todas las fuerzas, ser capaz de dar la vida por los seres queridos y amar con ternura, eso no es otra cosa que experimentar a fondo la vida y allá en el horizonte quizá nos este esperando un ser humano de verdad.
Posted on: Wed, 10 Jul 2013 21:38:08 +0000

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