Dedicado a Nilson Obdulio González Rivera. 1114. - TopicsExpress



          

Dedicado a Nilson Obdulio González Rivera. 1114. 729.703 CAPÍTULO I Un espíritu muy humano (Bonnie) Bien, el corazón no tiene la culpa de enamorarse de la persona más disímil a lo que uno es o al menos parece. Recuerdo aquí una frase de mi autor favorito Milan Kundera: “Así es el momento en que nace el amor: la mujer no puede resistirse a la voz que llama a su alma asustada; el hombre no puede resistirse a la mujer cuya alma es sensible a su voz”. Siendo consecuente con todo lo que pasa, de los ires y venires por este mundo que transita en su loca carrera; la experiencia es la iluminación y la esencia. Él, un menudo muchacho de un pueblo pequeño, con errores de dicción como: “haiga” y” hubieron”, perversos errores para la Real Academia de la lengua, llegó a mi vida siendo un conserje , un chico con uniforme negro y azul, zapatos de plástico y cachucha de dotación; sin mencionar las cachuchas que tiene con impresiones de ramas de marihuana (a propósito, nunca le he preguntado por qué un chico decente utiliza ese tipo de dibujos; en fin cada uno tiene derecho a vestir lo que le parece). Este chico así tan normal como lo describo, vio la oportunidad de establecer amistad con una mujer culta y refinada, y aceptó el reto de conocer y subir a mi mundo; eso sí, sin sospechar lo que la vida le destinaba, en un estrato social, cultural y a veces banal, muy alejado, de lo que él siempre ha conocido. Sitios con gente de clase a quienes siempre tilda de imperfectos, sólo porque compran en Chipichape, visten ajuares de marca y comen en los restaurantes de Granada; todos estos sitios conocidos por él, claro está, porque si a algo me he comprometido es a llevarlo a mi mundo, a pasearlo por todos los sitios, a presentarle gente profesional como los miembros de mi familia, mis amigos y hasta vecinos y de obsequiarle objetos finos para que se sienta bien consigo mismo. Y así, Por esas cosas de la vida me fui embrollando en una maraña de sentimientos de arco iris, de chocolates de maní, ositas de peluche de colores pastelitos y mensajes escritos con fervientes palabras carmesí, de llamadas de tono ronco y quedito y de su frase favorita “Hola bebecita”, de salidas por doquier bajo las estrellas caminantes y luna estática y enérgica. De alma caritativa llegué a convertirme en su hada madrina, cada día él se apoya más en mí, en mis decisiones y aciertos. No recuerdo cómo empezó todo y la verdad hoy ni me preocupa, pues el tiempo pretérito nunca ha sido mi favorito. Lo único importante, además de los títulos y postgrados que poseo, es no perder mi esencia. Sí, que él abusó de mí y de mis transparentes sentimientos, lo dicen todos mis amigos vecinos y colegas; esto nunca lo sabré ni me interesa cuestionarlo, quizás ellos lo pudieron apreciar mejor que yo, con su lupa ecuánime. Para mí, apoyarle no significa una explotación, yo lo tomo como el diezmo de mi camino por la vida, si una tiene suficiente dinero para compartir con otros, lo debe hacer, ayudar nace del corazón y de los buenos sentimientos aprendidos desde el hogar. No es pues él, el único a quien le brindo mi mano, hay otras personas en mi entorno a las que apoyo, además me encanta, porque cuando se comparte, el alma se llena de regocijo y el corazón late henchido de amor, sólo los que lo hayan vivido lo podrán comprender, sólo los que tenemos este Don Divino, sabemos lo hermoso que se siente. Algunos dicen que llegan más bendiciones, otros que se recoge lo que se siembra y cualquier suma de cosas, para mí sólo es tener un espíritu muy humano.
Posted on: Tue, 16 Jul 2013 22:19:19 +0000

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