Décimo capítulo del Cuaderno de Misión. "Estimados misioneros - TopicsExpress



          

Décimo capítulo del Cuaderno de Misión. "Estimados misioneros de avanzadilla! En el capítulo anterior me quedaba contando el fin de semana. Como la mayoría de días están siendo casi las mismas actividades, al tener que resumir varios días ya me bailan los comedores, las parejas de misioneros en cada sitio... El lunes, después de rezar Laudes y celebrar la Misa, comenzamos con un desayuno un tanto especial. Los trabajadores del Obispado acostumbran a entrar a trabajar en torno a las 9:00, pero los lunes desayunan todos aquí junto con el Sr. Obispo. Cuando entramos al comedor nos encontramos las mesas preparadas para acoger a la familia del Obispado de Villarrica al completo, desde el conserje hasta las cocineras, las periodistas, contables y notarios. Este día nos juntamos con ellos, los misioneros españoles y la familia de Mons. Francisco Javier. Llevamos más de veinte días conviviendo con ellos en esta casa y os puedo asegurar que nos han acogido como una verdadera familia, poniendo a nuestra disposición todo lo que pudiéramos necesitar y ofreciéndonos todas las ayudas y comodidades que están a su alcance, hasta están buscando el día más apropiado para cocinarnos un cordero. Todavía nos quedan unos días para acrecentar nuestro agradecimiento y cariño hacia ellos, la despedida ya se augura emocionante y difícil. De forma ordinaria estamos visitando tan solo las casa del sector de Todos los Santo, pero de vez en cuando nos piden que nos pasemos a bendecir una casa de algún familiar que vive en otro barrio, o que conozcamos a familias que no residen en nuestra zona. Nos encontramos mucha gente enferma con la complicación de que el servicio médico público es muy deficiente, los tratamientos y medicaciones muy caras, las familias no tienen facilidades para sacar a los enfermos siquiera de la cama; muchos de ellos son ancianos que se han quedado solos y no tienen quien les visite, quien les ayude. D. Javier y Dani han dedicado algún tiempo estos días a llevar la comunión a los que no pueden salir de casa, a administrar el sacramento de la Unción de Enfermos a algunos ancianos ya mayores que iban a afrontar operaciones quirúrgicas graves... De las visitas que más les han impactado han sido la de una familia cuya hija sufría hidrocefalia, y unos padres que han atravesado el durísimo trance del suicidio de su hijo. En casos como estos, con nuestra visita no pretendemos arreglarles la vida, ni muchísimo menos simplificar la dureza de su situación. Lo que estas familias agradecen es la mera presencia de alguien que les escuche, que comparta con ellos su sufrimiento y sobre todo que comparta el aliento de la fe, que es el que, en la mayoría de los casos, les mantiene caminando hacia adelante. El miércoles por la mañana Tin y yo subimos al sector de los Volcanes a llevar la comunión a algunos enfermos acompañados por Marcela, la animadora de la comunidad. Con un gesto tan sencillo como llamar a la puerta el Señor mismo era quien les visitaba en su propia casa; breve Liturgia de la Palabra, unas palabras explicando el evangelio del domingo y la comunión Eucarística, y a los misioneros nos llegan las palabras de agradecimiento desde dos sitios distintos, por un lado los enfermos que reciben al Señor, y por otro el Señor mismo que nos agradece el haberle llevado hasta sus hijos más humildes. Lo más común de la calurosa acogida de estos pueblos chilenos es sacarte algo para comer, Julio y Mireia aprovecharon para invitarnos a desayunar, pero igual que ellos lo intentan hacer todos: imaginaos, terminamos de desayunar a las 9:00, antes de las 12:00 nos intentan hacer re-desayunar en las casas, a la 13:00 la comida, once (merienda) a las 16:30, y en cada casa de Todos los Santos nos ofrecen otro "tecito" y "pancito" y todo lo que encuentren... para terminar cenando a eso de las 20:30... cuando nos veáis no nos vais a reconocer. Otro día hago un resumen de la comida de la Misión, que en palabras de Dani Rojo es "algo serio". Estos días también hemos seguido yendo al comedor de la parroquia a estar un rato con los ancianos, con estos sí que vamos a llorar al despedirnos... lo que no hemos llorado perdiendo a las cartas. El martes por la mañana Josema, Merino y yo acompañamos al P. Pablo Fernández-Martos a celebrar la Misa en una residencia de ancianos que llevan una religiosas franciscanas, el día anterior habían ido a otra residencia Javi Merino y D. Javier. Pablo FM pertenece a nuestra diócesis de Getafe, hasta febrero de este año era el párroco de Virgen del Carmen, en Móstoles. Conoció hace unos años a Mons. Francisco Javier, Obispo de Villarrica, desde entonces este le ha invitado en varias ocasiones a dar Ejercicios Espirituales aquí, hasta que finalmente D. Joaquín se lo ha "cedido", en principio, por tres años. Al llegar a Chile, le han encomendando la dirección espiritual del Seminario Diocesano y la capellanía de algún monasterio de religiosas. D. Pablo tiene mucha cercanía con el Seminario de Getafe, nos dirigió los Ejercicios Espirituales de comienzo de curso hace 3 años, incluso fue varios años formador del Seminario Menor, donde coincidió, por ejemplo, con Javier Merino. Después de despedirle en España hace ya 5 meses nos alegramos mucho de poder estar con él y él con nosotros. En los último días a Josema y a mi nos ha tocado compartir actividades, el lunes estuvimos en el Hogar de la Divina Misericordia preparando la comida, y en esta ocasión hasta preparamos el pan. El próximo curso tendremos el gusto de inaugurar la panadería artesana "Cerro de los Ángeles" e invitaros a degustar los exquisitos pedruscos de harina que haremos con mucho amor, pero sin la ayuda de la Sra. Patricia. También preparamos juntos la catequesis del martes en la capilla de San Pedro, el tema fue "la gracia"; los que conocéis a Josema os lo podéis imaginar empezando la exposición con un chiste más bien escaso de humor, y los que me conocéis a mí haced memoria de las explicaciones con ejemplos un tanto retorcidos, y así tendréis una impresión general de la catequesis. Porque soy yo quien lo cuenta lo describo así, pero por lo que dicen los demás salió bastante bien, yo solo hubiera omitido al P. Javier, sentado en el ultimo banco, tomando nota de los fallos de expresión verbal y corporal en nuestra exposición, para luego corregirnos muy amablemente. Esta semana hemos empezado a hacer algunas actividades en el Colegio Humanidades, que está situado detrás del Obispado y cuya dirección depende de la Diócesis de Villarrica. El colegio tiene cerca de 1200 alumnos. Aquí no hay mucha costumbre de interrumpir las clases así que el P. Ramón, capellán del colegio, se ha limitado a organizar algunos encuentros. EL lunes, D. Javier y Dani se reunieron con los alumnos responsables de pastoral de cada curso, estos animan a los demás a las actividades de pastoral del colegio y de la diócesis, colaboran con el capellán, y muchos de ellos asistieron la semana pasada a la Jornada Mundial de la Juventud. El martes, al terminar las clases tienen un rato de adoración eucarística; nosotros les acompañamos y nos dejó impresionados que casi se llenó la capilla de alumnos, profesores y padres, en un silencio de recogimiento bastante admirable, ¡y más asombroso aún siendo voluntario! Pero el encuentro que más nos ha llamado la atención fue el de ayer. Se trataba de un encuentro vocacional con chicos del colegio que están abiertos a la vocación sacerdotal. Si este encuentro hubiera sido en un colegio de España, el sacerdote encargado hubiera tenido que ir uno por uno, persiguiendo y a escondidas, convenciendo a algunos chavales para asistir a esta reunión, y finalmente habría conseguido que aparecieran tres o cuatro. Cuando ayer entramos en el salón donde íbamos a estar ya nos encontramos con un numero considerable de chicos, y eso que el P. Ramón nos había avisado que no iba a ser un encuentro muy "masivo" pero al poco tiempo se abre la puerta y entra otro tropel de jóvenes hasta sumar unos 20, pero lo mejor era que no había hecho falta perseguir a nadie: el capellán había dado el aviso de que los misioneros iban a dar testimonio para aquellos que se plantearan la posibilidad de que Dios los estuviera llamando, y así se presentaron todos estos. Cada uno de nosotros compartimos con ellos nuestra vocación, cómo el Señor nos buscó a cada uno y cómo fuimos respondiendo a la llamada de ser sacerdotes. Fue un encuentro muy agradable, nos escucharon con gran atención y ya sabemos de algunos que tienen la intención de entrar en el Seminario en los próximos años. Lunes y martes por la tarde subimos a Todos los Santos a misionar casa por casa, al menos el tiempo que nos permitió la lluvia. Pero el miércoles teníamos un compromiso distinto: el P. Ramón nos había organizado un partido de fútbol "Misioneros españoles vs profesores del colegio Humanidades". Mientras D. Javier celebraba la Misa de la tarde en la parroquia San Francisco, los seminaristas, ataviados para la ocasión, nos dirigimos a la pista cubierta del colegio. No voy a decir quién para no humillar, pero uno de nosotros acabó jugando con pantalón corto y zapatos de vestir al no haber encontrado entre los chilenos unas zapatillas de su talla... Por mi parte, como os dije en otra ocasión, hice la promesa de no volver a jugar un solo partido de fútbol mientras no dependiera de él la salvación de las almas, y para que veáis que cumplo mi palabra, parece que esta ocasión se dio ayer y allí me planté, con las botas de montaña que era lo único que traía. Finalmente no fue un partido, sino que los profesores hicieron dos equipos y jugamos un triangular, el primero que se dejaba meter un gol salía del campo y pasaba el tercer equipo, y así sucesivamente; pero sin contar los goles, y digo esto para que al volver no preguntéis quién ganó, lo importante es que no fue una absoluta humillación, Tin juega espectacularmente, y junto con Josema y Merino y nos compensó a Dani y a mí. Como dice D. Javier, a veces es importante hacer tan solo acto de presencia, aunque no hubo apenas ocasión para hablar de Dios, ahí estaban los seminaristas misioneros jugando al fútbol con esta buena gente. En mi caso es especialmente importante esto de la presencia, porque fue casi lo único que aporté al partido... Me despido por hoy. esta noche tenemos cena especial con Mons. Francisco Javier y su familia. Hasta hemos comprado una sartén anti-adherente para hacer unas buenas tortillas de patatas, ¡¡orgullo patrio!! pero eso es la historia del próximo capítulo. Un abrazo muy fuerte!! Andrés. P.D. Hoy no me da tiempo a escribir más, así que prometo hacer alguna payasada extra para el próximo capítulo."
Posted on: Thu, 08 Aug 2013 23:19:20 +0000

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