Día 6. Cuando la amistad es dispareja Lectura bíblica: Juan - TopicsExpress



          

Día 6. Cuando la amistad es dispareja Lectura bíblica: Juan 1:10–13 “En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” Después de años de ser el único chico en su calle, Tito dio un salto de alegría cuando se enteró de que un muchacho de su misma edad se mudaba a cuatro casas de la suya. El día que llegó Daniel, Tito lo invitó a su casa. Anduvieron en bicicleta por todo el barrio, jugaron baloncesto en el parque y al béisbol en el patio de la casa de Tito. A Daniel le gustaba el béisbol tanto como a Tito. Y le encantó el guante de Tito. Era tan suave que parecía envolver automáticamente la pelota. Un atardecer, cuando Daniel tenía que volver a casa para cenar, le pidió a Tito que le prestara el guante. —Sí, llévatelo —le dijo Tito. La mañana siguiente, Tito se fue corriendo a la casa de Daniel para buscar el guante. Allí fue cuando Daniel tuvo que admitir que se le había olvidado afuera y que se había mojado con la lluvia durante la noche. Los dos sabían que cuando el guante se secara quedaría duro como una tabla. No tienes que ser amigo de alguien por mucho tiempo antes de darte cuenta de que a veces el otro se aprovecha de tu amistad, la ignora o te rechaza. Por ejemplo: • Te ofreces para dar de comer, pasear y hasta limpiar la suciedad del perro de un amigo cuando éste se va de viaje. Pero tu amigo nunca se ofrece a hacer lo mismo con tu perro. • Pasas horas eligiendo el regalo de cumpleaños perfecto para un amigo. Pero tu amigo se olvida completamente de tu cumpleaños. • Te apuras para terminar todas tus tareas escolares para poder pasar el sábado a la tarde con un amigo. A último momento, tu amigo te llama para decirte que se pasó la mañana perdiendo el tiempo y ahora tiene que hacer sus tareas y no puede salir a jugar. Ese es el tipo de conducta que nos tienta a dejar de buscar oportunidades para demostrar nuestra amistad. Pero la amistad auténtica no espera compensación. Dios nos ama no importa cómo lo tratemos. Piensa en las maneras como Jesús demostró a otros su amor. Sabía que Judas lo iba a traicionar, pero de igual modo lo llamó para ser su discípulo. Colgado en la cruz, Jesús dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. (Lucas 23:34). Cristo murió por todos, aun por los que le dan la espalda. Brindamos nuestra amistad por cariño, y punto. Sea que nuestras acciones o palabras sean apreciadas o no, seguimos brindando nuestra amistad. El enfoque de una verdadera amistad debe ser entregar al amor el mismo tipo de amor que Dios entrega por nosotros. Tal vez no todos lo valoren, pero si realmente estamos buscando mostrar el amor de Dios desinteresadamente, Dios nos seguirá dando muestras infinitas de su amor. PARA REFLEXIONAR: ¿De qué maneras te ha amado Dios aun cuando lo has ignorado? ¿De qué manera puedes demostrar ese tipo de cariño por los demás? FORTALECE TU RELACIÓN CON DIOS: Señor, ayúdanos a brindar nuestra amistad y seguir brindándola —como lo haces tú— pase lo que pase. PARA RECORDAR: Cuando alguien sea grosero hoy contigo, corresponde con una acción afectuosa.
Posted on: Sun, 10 Nov 2013 17:13:31 +0000

Trending Topics




© 2015