EDUCACION TECNOLÖGICA: Acá alguien que habla en serio del tema: - TopicsExpress



          

EDUCACION TECNOLÖGICA: Acá alguien que habla en serio del tema: El ex rector Rafael Guarga reclamó cambios desde punto “de vista productivo” El 5 de Setiembre pasado, de acuerdo a lo resuelto por el Consejo Directivo Central Universidad de la República en relación a lo establecido en la Agenda del Congreso Nacional de Educación, se realizó en la Facultad de Ingeniería un panel de discusión sobre el tema “Educación Tecnológica”. El evento contó con las exposiciones del Prof. Gabriel Eirea, la Dra. Judith Sutz, la Dra. María Antonia Grompone y el Prof. Edgardo Ortuño. En esta oportunidad el ex rector de la UdelaR, Ing. Rafael Guarga, inició su exposición diciendo que le parecía que el tema propuesto para el debate “era un tema neurálgico” para el país. Él no trato en general el tema de la educación, sino lo hizo refiriéndose a “educación superior en ingeniería” y en cuanto a la tecnología, habló de “creación de tecnología”. Guarga comenzó hablando sobre lo que llamó “dos antecedentes” que tienen mucha importancia y son una especie de telón de fondo de la historia y el futuro de la Facultad de Ingeniería. “El primero tiene que ver con la polémica dentro de la propia Universidad de la República - allá por los años 50 y que nosotros, que somos lo suficientemente viejos, la presenciamos ya al final de la misma - que era la definición de un “profesor modélico”. La definición del “profesor modélico” era -si tenía que ser- capaz de crear conocimiento o bastaba que fuera un buen transmisor del conocimiento y que estuviera informado. Es decir, que conociera la bibliografía reciente, etc. En la Universidad, la polémica se zanjó en el sentido de crear y en el año 57 se aprueba la ordenanza del régimen de dedicación total. Es decir, un régimen especial en el cual entraban aquellos profesores que pensaban y entendían que su tarea era enseñar, pero enseñar - también - creando conocimiento. En lo que hace a la Facultad de Ingeniería, la creación del régimen de dedicación total, hace que en la facultad se incorporen a éste régimen de trabajo; Ricaldoni, Maggiolo, el Ing. Abette, el Ing. Sisa, el Ing. Laguardia y Pérez Iribarren. Iniciando el camino de la investigación en temas de tecnología - aquí, en la Facultad de Ingeniería - y, por cierto, esto marca un camino para la construcción y desarrollo de la Facultad que hoy conocemos. Polémica por fuera de la Universidad La otra polémica es una polémica prácticamente desconocida, pero extraordinariamente importante, sobre ella hemos discutido bastante aquí en la Facultad. Se produjo, en el curso del procesamiento e instalación de varias industrias en el país, cuyo objeto era sustituir importaciones de bienes por fabricación de bienes dentro del país, una política que también se aplicó en América Latina en general, la política de industrialización por sustitución de importaciones. Esto genera - en el país - la necesidad de hacer análisis, de hacer ensayos que - por cierto - tenían que ver con el análisis de las materias primas, el análisis de los productos que salían de esas industrias y la necesidad de un organismo nacional para revisarlos. Se debate - esta fue la polémica - dónde debía estar ese organismo. Y entonces aparece una posición - por fuera de la Universidad - señalando que ese organismo tenía que estar fuera de la Universidad. Y una posición en la Universidad - que fue encabezada por la Facultad de Ingeniería, pero participaron docentes de otras facultades - en cuanto a que ese organismo tenía que estar dentro de la Universidad. La verdad es que la Universidad tenía un argumento muy fuerte a favor de esto, que la industria que había crecido más en un país nuevo, como era éste, que era la industria de la construcción, tenía en la Facultad de Ingeniería un Instituto que era de principio de siglo que había funcionado muy bien: el Instituto de Ensayo de Materiales, que fue el primer Instituto de la Facultad de Ingeniería. Pero se perdió la polémica. El Instituto - éste - se creó afuera en el año 65, se llamó Laboratorio de Análisis y Ensayos y - por cierto, también - los proventos que se generaban, quedaron fuera de la Universidad. Este hecho, no es un hecho intrascendente, ¡es un hecho fundamental! ¡Ahí sufrimos una mutilación! Verdaderamente, una mutilación, que separó - en particular - a esta Facultad, pero también a la Facultad de Química. En fin, un conjunto de Facultades cuya enseñanza está directamente relacionada con la industria que quedamos - simplemente - colgados allí sin una conexión directa y armando los Institutos ahí como se podía. Luego, este proceso de mutilación se continuó y se profundizó en la época de la dictadura (naturalmente lo que había de Universidad en la época de la dictadura) decidiéndose en el año 74 la creación del LAE, que luego se convirtió en el LATU. Y un elemento muy importante: se le asignaron al LATU funciones - que no tenía el LAE - de investigación tecnológica. Este antecedente nos tiene que hacer reflexionar sobre la importancia de pensar cómo trabajar hacia el futuro - visto las tareas que debemos procesar para cambiar el país - cómo esta suerte de mutilación se compensa, se procura encaminar en una relación armónica que jerarquice a los organismos que participan. En conclusión, la industria nacional - en su momento - se aísla de la Universidad de la República, que era el único lugar donde había cierta capacidad de engendrar o de hacer creación de tecnología. Esto es bastante lógico además que haya ocurrido así - pensándolo en frío - dado que las industrias que se instalaban, eran industrias fuertemente dependientes del exterior, es decir, que su conocimiento venía importado. No era que la industria se generaba autónomamente en el país y pensaba en producir hacia afuera. No. De hecho, uno de los delegados de la Cámara de Industrias, era el gerente de la General Electric. Es decir que en definitiva, lo que necesitaban, era una cosa operativa, funcional, que les garantizara la calidad de las materias primas, que les diera algún certificado para poder vender en el propio mercado interno, etc. Es decir que - en definitiva - una perspectiva de largo plazo, profunda, de un país distinto, para nada estaba presente en ese momento. Con este esquema, ¿qué nos pasó? Lo que nos pasó, fue lo que el economista Gabriel Oddone llama, muy acertadamente, “el declive”. Lo que pasa es que nosotros veíamos a principio de siglo - o nuestros abuelos veían a principios de siglo - países a los cuales querían parecerse y países de los cuales, más bien, querían tomar distancia. Y, ¿qué pasó?, a los que queríamos parecernos, están cada vez más lejos y aquellos de los cuales queríamos tomar distancia, nos pasaron. Voy a nombrar solamente algunos para reflexionar. Oddone escogió de los países ricos de 1900 a 1909; EE.UU., Australia, Reino Unido, Bélgica y Nueva Zelandia. Y los países medios: Argentina, Alemania, etc. Como lo que se toman son promedios, de tal manera que algunos de esos les fue un poco peor y a otros les fue mucho mejor, etc. Pero en líneas generales, el curso del país fue - verdaderamente, en los últimos años - un curso típico de un país cuya producción, es una producción de materias primas prácticamente sin valor agregado. En ese sentido, si miramos hoy, y aquí están los datos 2011 - 2012, lo sustantivo, por lo menos en cinco rubros, fueron las exportaciones. Aparentemente este año la soja pasó muy por encima de la carne bovina, etc en las exportaciones del país. Es decir, somos un país - queramos o no queramos, nos guste o no nos guste - que tiene estas características y cuya evolución fue la que fue. Entonces la pregunta es: ¿qué ocurrirá si no nos planteamos cambios muy importantes del punto de vista productivo? Es decir, si seguimos por la ruta de la exportación de commodities, nuestro futuro depende del precio que nosotros nos fijamos de las materias primas que exportamos. Por ello, el saber qué ocurrirá en el futuro con los precios de las materias primas, es vital. Y podemos plantearnos que bueno, ahora están aumentando, ‘los chinos entraron al mercado y empiezan a tallar’. Alzas así ha habido siempre, alzas que - prácticamente - duplicaron los valores. Pero, inexorablemente, después del alza sigue la bajada y la situación es ésta. Entonces, ¿en qué medida nosotros logramos - por la vía de la creación tecnológica, por la vía de la educación - conducir el país por una senda diferente? (y hay que ver qué plazos nos fijamos para hacerlo) ¿Qué ocurrirá si no cambiamos? Por ejemplo, se podría decir que tenemos una incipiente capacidad local para engendrar nuevos conocimientos, en una tasa perfectamente comparable con otros países del mundo. No somos minusválidos en esa materia. Tenemos pocos investigadores, poca inversión, etc., pero tenemos capacidad local de generar conocimiento. Pero no tenemos capacidad local en condiciones de derivar de ellos - de estos conocimientos que generamos - aplicaciones que agreguen valor al trabajo nacional. Esto es, la creación de tecnología apropiada. ¿Qué ocurrirá - otra vez - si no cambiamos? Voy a hacerles una breve historia - muy cortita pero muy elocuente - respecto a lo que muchas veces, se dice, impunemente. Yo he visto a los políticos más destacados decir que en cuestión de tecnología, ‘se importa la tecnología, tomamos nuestras materias primas, las transformamos y las lanzamos al mundo, pero con valor agregado’. Bien, ahora la pequeña historia, para ilustrar sobre el tema: cuando nosotros empezamos con el IMFIA - y hay algunos testigos privilegiados, que no me dejarán mentir - rápidamente entramos con buenas conexiones, hicimos los convenios del Puerto de la Paloma, del Puerto de Piriápolis, trabajamos sobre el Puerto de Montevideo, empezamos con la primera evaluación eólica que se hacía en el país, ¡fantástico! Pero nos preocupaba la falta de conexión con la industria. Entonces, como la industria no venía sola - a pesar que estaba bastante difundido lo que se hacía, había habido incluso, una visita presidencial por medio que había venido a ver el modelo de La Paloma - decidimos tomar la iniciativa. No voy a mencionar de qué empresa se trataba, pero era una gran empresa, una gran empresa a cualquier escala - fuimos y les planteamos las maravillas que podíamos hacer con nuestros laboratorios, mejorar sus productos, etc., etc. Después de - con mucho respeto - escucharnos: “No, Guarga, mire: lo que plantea usted está muy bien, pero eso nosotros ya lo tenemos arreglado. Importamos la tecnología, la traemos de afuera, ya terminada. Ya sabemos exactamente para qué puede servir y esa es la tecnología que aplicamos”. Bien, pasa el tiempo - unos cuantos años - y nos encontramos con las mismas personas en una circunstancia muy especial que fue cuando se crea, en Pando, el Polo Tecnológico de la Universidad. Yo estaba allí como Rector, estaba Jorge Batlle como Presidente, estaba Nieto como Decano de la Facultad de Química y estaban estas personas, allí. Entonces, cuando terminó todo el show, me acerco a ellos y les digo: “¡Qué bien, están ustedes acá!”. (Ellos - la verdad - que no me recordaban, yo sí los recordaba a ellos). Y me dicen: “Si, Guarga. ¡Esto es importantísimo! ¡Importantísimo!”. Y les digo: “Pero, sin embargo, yo tenía entendido - por lo que ustedes producen - que trabajaban ustedes con tecnología importada”. “Y sí, así era como trabajábamos, pero ¡no sabe lo que nos pasó! “No, la verdad es que no sé lo que les pasó”… “Esa tecnología la comprábamos a un precio absolutamente asequible. Cuando empezamos a exportar, usted no sabe lo que pasó: ¡los precios subieron al cielo! ¡Ya no pudimos comprar más!” Los capitales de la industria. Pensaban que el que les vendía tecnología - que, naturalmente, la había producido no para ellos, la habían producido, justamente, para competir en los mercados mundiales - si ellos, sin darse cuenta, tontamente, se les metían en los mismos mercados y - quizás con una calidad de materia prima mejor - entonces los otros les iban a seguir suministrando el combustible para que los desbarrancaran. Y eso es lo que va a pasar… Si nosotros no somos capaces de engendrar tecnología que sea la que - en definitiva - sobre ella se apoye lo que produzcamos y constituya el factor de valor agregado a lo que producimos, no hay salida. No hay salida. Resumiendo, la tecnología que se importa - muy probablemente - fue creada por un productor avanzado que también actúa en el mercado internacional y que le fijará un precio - si su uso se restringe a un pequeño mercado interno, el Uruguay, por ejemplo - pero su precio será muy distinto (o directamente, no la venderá), si con ella el Uruguay pasa a competir con quien vende esa tecnología en un gran mercado externo. Que es, naturalmente, lo que tenemos que hacer. Es decir, nosotros tenemos que engendrar la tecnología para el mercado interno. Lo que nos va a dar la diferencia y nos va a dar competitividad, va a ser nuestra capacidad de engendrar tecnología para el mercado externo. ¿Cómo podemos cambiar? ¿Será posible transformarnos de exportadores de materias primas - con muy reducido valor agregado - en creadores de tecnología, capaces de reorientar la economía hacia la exportación de bienes con valor agregado creciente en término de pocas décadas? Yo creo que este es el desafío que tenemos por delante. Procederé a marcar cinco rasgos de este nuevo escenario. Estos rasgos implican; incrementar el número de estudiantes de ingeniería, el número de investigadores en áreas de conocimiento fundamental y aplicado, incrementar el gasto en investigación y desarrollo, el número de patentes a residentes, por año y por millón de habitantes… Esto es un dato que habitualmente no se maneja, o que habitualmente se maneja diciendo: “se dan tantas patentes por año y por millón de habitantes”. Las patentes a residentes marcan la propiedad que esa patente ha sido registrada por alguien que reside en ese país. Acá, Siemens registra patentes. Konex, registra patentes en Uruguay. ¿Por qué? Porque protege mercados para sus productos que venderá o no venderá, pero - en todo caso - protege mercados. Entonces si decimos: ¿cuántas patentes se hacen en Uruguay por año? Ah, 150 patentes. ¿Cuántas patentes se hacen por año, que son de residentes en el país? Y, tres, cuatro, a veces 6. Por millón y por año, una o dos. Esto es muy importante, porque - en definitiva - toda esta generación, creación tecnológica apropiada, etc., va a tener que empezar por patentar acá, en el país, luego ver dónde puede patentar - por fuera - que serían los lugares en los cuales nuestra producción se localizaría. Y lo último - que quizás sería lo menos raro o menos difícil - es que hay que incrementar el capital de riesgo para el impulso a empresas basadas en la creación tecnológica. Ya hay algo de capital de riesgo, que no lo había, aunque se decía que lo había. Lo menos que tenía aquel capital que había antes de que apareciera el BROU y la ANII poniendo una modesta cuota de capital de riesgo, era capital de riesgo. Es decir, había capital sí, pero si se iba a pérdida, hasta los ‘dientes sacaba el tenedor’ de ese capital que prestaban. Bueno, pero en todo caso, ahora sí hay un incipiente capital de riesgo en el país. Podríamos decir, entonces, que - en todos los rubros - los rubros existen. No hay que crear nada. Hay que incrementar. Hemos llegado a la conclusión, hay que multiplicarlo por 7. Por siete. Estudiantes de Ingeniería y afines. Incremento de investigadores por millón de habitantes - quizás sean 400 y algo ahora - x 13. Incremento del gasto en I + D, 3% del PBI, x 7. Incremento del número de patentes a residentes por año y por millón de habitantes, x 81. Incremento del capital de riesgo para el impulso a empresas basadas en la creación tecnológica, tomando una base de cuatro millones de dólares - más o menos - que me han dicho que sería el capital de riesgo en este momento existente en el país, x 29. Dos conclusiones finales. 1) La realización de estos cambios en un plazo razonable, afectará muy favorablemente la calidad de vida en las próximas generaciones de uruguayos. Pero su realización - o el inicio de su realización - depende de esta generación. Depende de esta generación, señores integrantes de la Asamblea General del Claustro de la Universidad. Depende mucho de lo que se haga en la Universidad de la República. 2) Como los mismos involucran directamente a la educación superior y a la creación de tecnología, el protagonismo de la Universidad y del área tecnológica y científica de la misma, es esencial. LA ONDA® DIGITAL
Posted on: Wed, 11 Sep 2013 15:01:28 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015