EL ARTE DEL ENGAÑO El lunes, durante las rondas para el fomento - TopicsExpress



          

EL ARTE DEL ENGAÑO El lunes, durante las rondas para el fomento del diálogo, el grupo de dirigentes del Frente Amplio de Izquierda que acudió a Palacio fue a exigirle al gobierno que retire las denuncias, que se han convertido en juicios contra sus asociados; luego, ante la prensa, pidieron “la derogatoria de toda forma de penalización de la protesta social”. La vieja izquierda quiere hacer política violando la ley, impunemente. Su versión rural toma carreteras, agrede policías, destruye propiedad pública y privada, bloquea inversiones; y lo peor, expone y ofrece la vida de peruanos pobres y sencillos. Su versión urbana acude al diálogo para negociar la impunidad de sus dirigentes rurales. No se vislumbra la aparición de una izquierda moderna en el país. Los integrantes del Frente Amplio no han renunciado a sus enseñanzas marxistas, a la doctrina que les impartieron mientras los preparaban para la lucha armada. A la que les enseñó que el paso previo era la lucha popular: la que socava y debilita al Estado, alentando y levantando a las masas hasta tomar el poder. Los marxistas en el Perú tuvieron que aflojar en sus métodos cuando Sendero Luminoso los atrasó en la iniciativa, pero apenas el terrorismo fue debilitado, los que ahora integran el Frente Amplio volvieron recargados; desde el 2001 somos testigos impávidos de una estrategia desestabilizadora y ningún gobierno y ningún partido político se atreve a desenmascararlos. Gregorio Santos, Óscar Mollohuanca, Idelso Hernández, Ever Huamán y Marco Arana, todos dirigentes de Patria Roja y de Tierra y Libertad, fueron mencionados como mártires el día del diálogo; sin embargo ellos, ni fueron ni dieron la cara. Mandaron a Nílver López, a Marisa Glave, a la banca de suplentes. Hasta Mario Huamán, del partido Comunista, se reservó y envió a un representante que nadie reconoce. Como manda la doctrina marxista, los dirigentes se reservaron para la lucha popular: en medio de ella seguirán haciendo política violando, permanentemente, la ley, desafiando la Constitución, el derecho a la propiedad y al libre tránsito. En Lima, sus aliados se seguirán apoyando en un sector de la prensa para conseguirles impunidad. Los marxistas avanzan mintiéndole a la ciudadanía, usándola como trapecio para el siguiente salto. Esa ha sido la historia de los frentes populares que llevaron, por ejemplo, a Fidel Castro y a los Sandinistas al poder en Cuba y en Nicaragua. Antes de tomar el poder, ninguno de los dos aceptó jamás su ideología comunista, antes de asaltar el poder, ambos se presentaron como frentes populares. En el Perú intentan lo mismo, fracasan en las elecciones, eligen mal a sus aliados, pero con sus minorías organizadas continúan interrumpiendo las inversiones y desestabilizando. Son una horda política que no sigue ninguna regla, que construye partido desde la ilegalidad para luego utilizar las herramientas de la democracia y competir con los partidos legales. ¿Por qué tanta ventaja? Los demás partidos políticos no captan militantes usando la violencia como pregón; no pueden reunir a sus seguidores en una carretera tomada, ni forjar dirigencias incendiando llantas. Por Cecilia Valenzuela | 11 Set, 2013 | Diario El Comercio (Perú)
Posted on: Wed, 11 Sep 2013 14:51:46 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015