EL PSIQUIATRA -Buenas tardes Dr. Kozack, me imagino que viene a - TopicsExpress



          

EL PSIQUIATRA -Buenas tardes Dr. Kozack, me imagino que viene a ver a “aquel paciente”. -Efectivamente, necesito conversar con él a solas para que no se sienta incómodo. -Pero Dr, usted comprenderá que no puedo dejarlo solo con “él”, podría sucederle algo malo. -Bueno, si es la única forma de poder hablar con “él” deberé aceptarla, pero espere fuera a una distancia prudente, de manera que no se moleste ni se asuste. -Está bien, sígame. Comenzamos a caminar por un largo y estrecho pasillo, con unas paredes que parecían muy antiguas, en las cuales había dibujos realmente macabros de personas mutiladas, siendo devorados por algunos hombres; todo esto iluminado por la tenue luz de unos candelabros que colgaban de la pared. No se cuanto tiempo estuve caminando por ahí, hasta que el guardia de pronto me dijo: -Ya llegamos Dr. -¿Cuánto tiempo pasó durante el trayecto?- Pregunté desorientado. -Unos 20 minutos- me dijo- se veía realmente perturbado por aquellos garabatos que estaban dibujados en la pared. -No son simples garabatos- contesté. Se detuvo un momento a observar dichos dibujos, y luego de un momento dijo: -Esto es de una mente enferma, nadie en su sano juicio haría dibujos de este tipo de sucesos y tan realistas. -Exacto -Contesté- Por lo mismo he venido a hablar con él. -No se que creer Dr., si usted está loco o es muy valiente, creo que la primera. -No es eso, soy psiquiatra y me intriga este caso. Estábamos parados frente a una gran puerta de hierro pero, al contrario de lo que pensé, no se escuchaba ruido alguno (exceptuando el que hacíamos nosotros). Nos preparamos para entrar a la guarida del posible psicópata, del cual me habían hablado atrocidades que supuestamente le hizo a sus víctimas. Yo tenía una mezcla de miedo e intriga, que ademas del ambiente tenso, turbio y sofocante de ese pasillo lúgubre y de esos dibujos tan atroces jamás vistos en mi vida (eran tan realistas que parecían una fotografía). El guardia insertó una llave en la cerradura e inmediatamente después de haberla girado, se escuchaba el trabajar de unos mecanismos que abrieron una de las puertas. Mi corazón comenzó a latir como queriendo salirse de mi pecho a golpe limpio, mis oídos no soportaban el chirrido de esa puerta arrastrándose contra el piso, mi olfato también sufría problemas al oler una putrefacción tan desagradable que, a este punto comencé a vomitar arrodillado en el piso, mientras que el guardia solo hizo un gesto de molestia. Entramos por la puerta, el guardia como si nada y yo con un pañuelo en mi nariz para poder soportar ese terrible hedor, en una celda dentro de este cuarto estaba “el”. Lo llamé a viva voz, pero pareció no escuchar o no interesarse mucho, así que entré a la celda, me senté en la silla que había allí y le pregunté si podíamos conversar. El hombre despertó de su letargo, se incorporó a la silla y comenzó a hablar: -Yo era un Dr. muy reconocido en mi tiempo, no daba ningún caso por perdido, trabajaba en lo que más podía para ayudar a mis pacientes. Si aparecía una nueva enfermedad, era el primero en comenzar a trabajar en la cura a ésta, y nunca dejé a nadie sin tratamiento. Esto fue así hasta que llegó “EL”, quien me trajo tantas desdichas, pero más satisfacciones. Se presentó como El Amo del Mundo y de sus Almas, me obligó a reclutar gente, o mejor dicho las almas de ellos, para poder cumplir su propósito (el cual nunca me dijo, por cierto). Me negué como pude, pero sus artimañas y su control mental me hicieron aceptar lo que me pedía. En un comienzo era repugnante matar a esas pobres e indefensas personas; pero con el tiempo esto fue cambiando. De ser algo aberrante para mí pasó a convertirse en un arte, algo que me causaba placer, alegría y emoción pensando en como haría cada siguiente asesinato. Pero ahora no le sirvo estando encerrado, es por eso que te espera desde hace tiempo, ansiaba que llegaras. Y ahora que estás aquí no te dejará escapar. Hubo un breve momento de silencio, a lo que le siguió unas risotadas que parecían provenir de la nada. Comencé a sentir un escalofrío que me recorrió desde los pies a la cabeza, y un dolor en esta última que no había sentido jamás en mi vida. Escuchaba una voz, al principio no le entendía, pero después se hizo tan clara como el agua y tan espesa como la sangre. Decía: Hola Strauss Kozack, Te esperaba. Soy el Amo del Mundo y de sus Almas. Desde este momento me perteneces y harás todo lo que ordene, si no lo haces sufrirás tanto que vas a rogar una muerte que nunca llegará, tu castigo será eterno si me traicionas. Después de esto, mi mente solo reproducía 2 palabras: Debes MATAR, MATAR Y MATAR. Me levanté de mi silla, me acerqué al sujeto sentado frente a mí, que me miraba con una expresión de felicidad en su rostro y una sonrisa en su boca. Dijo: -Por fin voy a ser libre, por fin descansaré en paz. Lo tomé del cuello y lo levanté en el aire, el guardia apresuradamente abrió la reja e intentó detenerme. Lo separé de mi con un manotazo que lo hizo golpearse con los barrotes y quedar inconsciente. Seguí ahorcando al tipo que sostenía entre mis manos hasta darle muerte, cogí una silla y le di de golpes al guardia hasta matarlo. Los miré con alegría, mi primera obra de arte se había concretado. Me acerque a ellos, los rebané y me los devoré como nunca he devorado un plato de la más rica exquisitez. Desde ese momento mi hambre solo se ve saciada con carne humana. Después de habérmelos comido, tomé las llaves del guardia, me dirigí hasta la puerta y estoy libre hasta ahora, cumpliendo el mandato que “Mi Amo” me encomendó. No te descuides, no mires hacia atrás jamás, podría estar detrás de ti en este momento o en cualquier otro. Solo tiempo es lo que nos separa. Daniel The Kiiller
Posted on: Wed, 17 Jul 2013 04:49:34 +0000

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