ENFRENTANDO LA MUERTE SIN TEMOR La muerte nos priva de casi - TopicsExpress



          

ENFRENTANDO LA MUERTE SIN TEMOR La muerte nos priva de casi todo. Solamente una cosa no puede tomar, y es Cristo. Y Cristo puede poner cada cosa en su lugar otra vez. La muerte no se enseñoreará de este mundo para siempre. Satanás, el mal, la muerte y el sepulcro perecerán en “el lago de fuego”, que es “la muerte segunda” (Apocalipsis 20:14). He aquí cuatro sugerencias valiosas para enfrentar la muerte sin temor: a). Viva una vida de confianza esperanzada en Cristo, y usted estará preparado para la muerte en cualquier momento. b). Mediante el poder del Espíritu Santo sea obediente a los mandamientos de Cristo. Así estará preparado para una segunda vida, en la cual no morirá. c). Piense en la muerte como en un corto sueño del cual lo despertará la voz de Jesús cuando regrese. d). Abrigue la certeza que nos da Jesús en cuanto a un hogar celestial con él por toda la eternidad. La verdad bíblica releva a una persona del temor de la muerte porque revela a Jesús, el Único al que la muerte no pudo retener. Cuando Jesús llega a nuestra vida, inunda nuestro corazón de paz: “ La paz os dejo, mi paz os doy... No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. —S. Juan 14:27. Jesús también hace posible que hagamos frente a la tragedia de la pérdida de un ser amado porque él mismo pasó por “el valle de sombra de muerte”. Él conoce las noches oscuras que nos toca atravesar. Él murió y resucitó de la tumba para darnos una sólida esperanza. “ Por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir POR MEDIO DE LA MUERTE al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y LIBRAR A TODOS LOS QUE ESTABAN DURANTE TODA LA VIDA SUJETOS A SERVIDUMBRE”. —Hebreos 2:14-15. El Dr. James Simpson, el gran médico que inventó la anestesia, experimentó una pérdida terrible cuando su hijo mayor falleció. Sufrió profundamente como cualquier padre hubiera sufrido. Pero en esas circunstancias encontró el camino a la esperanza. En la tumba de su amado hijo erigió un pequeño obelisco en el que esculpió estas palabras: “He aquí que vivo”. Eso dice todo. A veces las tragedias personales parecen oscurecer el cielo; no obstante, ¡Jesús vive! Nuestros corazones pueden estar quebrantados, pero ¡Jesús vive! En Jesús tenemos la esperanza de la vida después de la muerte. Él es “la resurrección y la vida” (S. Juan 4:19). Nuestra única esperanza después de la muerte. Y cuando Cristo vuelva, nos dará inmortalidad. Nunca más viviremos otra vez bajo la sombra de la muerte, porque tendremos vida eterna. ¿ Ha descubierto usted la gran esperanza que podemos acariciar en nuestros momentos más oscuros? Si nunca ha aceptado a Jesús como su Salvador, ¿no quiere hacerlo ahora?
Posted on: Sat, 09 Nov 2013 16:36:48 +0000

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