El 15 de marzo 1970 el conjunto aurinegro logró la victoria más abultada en la historia de la Libertadores: venció 11-2 a Valencia de Venezuela. Los goles, 1´ y 51´ Spencer, 12´ y 43´ Losada, 25´ Acuña, 29´, 36´ y 83´ Rocha, 64´ Cáceres, 71´ y 78´ Onega. Peñarol se clasificó a la segunda fase, en la que compitió contra Guaraní de Paraguay y Liga Universitaria de Quito. El 12 de abril enfrentó a Liga en el estadio Atahualpa de la capital ecuatoriana. El encuentro comenzó un rato antes del mediodía. El aurinegro no contó con siete titulares, convocados a la selección que se preparaba para el Mundial de México; a Mazurkiewicz lo sustituyó un juvenil de 18 años llamado Sergio Blanco. Peñarol ganó 3-1 basado en el sistema que mejores resultados le dio al fútbol uruguayo: implacable en defensa y letal en ataque. El conjunto mirasol pasó esa serie y se enfrentó en semifinales con Universidad de Chile, que había dejado por el camino a Nacional. En Santiago ganó la Uchi 1-0 por un error del golero Blanco y para la revancha fue reemplazado por Ariel Pintos. En Montevideo ganó Peñarol 2-0 y el juego decisivo se desarrolló en la cancha de Racing de Avellaneda. Empataron 1-1 en los 90 minutos, en el alargue ganaban los chilenos 1-0 y sobre el final igualó Onega. Con ese resultado Peñarol se clasificó a la final, pero perdió a su goleador Alberto Spencer, quien se desgarró. La final fue ante Estudiantes de La Plata que había ganado las ediciones anteriores de 1968 y 1969. El primer partido se jugó en La Plata y el local ganó 1-0 con gol de Togneri a los 87 minutos. En aquel encuentro ambos equipos jugaron sus armas psicológicas: Peñarol se vistió con (CAMISETA BLANCA) como Gimnasia y Esgrima –el rival más acérrimo de los “pincharratas”–, en tanto que en la tribuna del equipo local flameaba una bandera de Nacional. La revancha se disputó el 27 de mayo a la hora 21.30 en el Centenario. Peñarol no pudo vencer el arco del argentino Néstor Errea y el pincha fue campeón por tercera vez consecutiva. Pero no se la llevaron de arriba: Goncálvez, Peralta, Speranza y Viera les pegaron a cuanto jugador de Estudiantes se les cruzó por el camino. Ese sí que fue un trago amargo. Texto encontrado y publicado: Roberto Martín Robles "el poeta"
Posted on: Wed, 03 Jul 2013 21:03:37 +0000