El Centinela Por Alfredo Guzmán • ¿Un Guerrero impune? La - TopicsExpress



          

El Centinela Por Alfredo Guzmán • ¿Un Guerrero impune? La verdad es que el anuncio de que el 20 de octubre sería la fecha en que el gobierno federal haría pública, una supuesta investigación sobre la responsabilidad de que se haya construido en humedales en Acapulco, pareciera una nueva nube de humo, que busca distraer, más que generar confianza social y empezar a ventilar la justicia, como elemento fortalecedor de un gobierno, que quiere que cambien las cosas, para que todo quede igual. “Lampeduza” Si el gobierno federal, quiere anunciar quién o quiénes son los responsables de haber dado permisos de construcción en zona de humedales, tendría que meter a la cárcel a todos los funcionarios federales, que se encargan de dar permisos y de revisar el impacto ambiental, a los estatales que vigilan que se cumpla la ley, en cuanto a la aplicación de la norma vigente que obliga a realizar las acciones en cuanto a las obras que eviten contaminar, bloquear, cerrar accesos, taponar barrancas, ríos, lagunas o cosas por el estilo y al a las autoridades del municipio de Acapulco quien es el que otorga los permisos de construcción y de cambio de suelo. Para ello tendría que meter a la cárcel a muchos regidores de Acapulco, que hicieron el negocio de su vida y algunos síndicos y a todos los presidentes municipales, hasta deslindar su responsabilidad, desde que fue Rogelio de la O, edil, Juan Salgado Tenorio y todos los que le siguieron, hasta terminar con Félix Salgado Macedonio. Y en el mismo tenor, a todos los gobernadores, hasta que demuestren su inocencia desde Rubén Figueroa Alcocer, hasta el actual, por segunda vez gobernador, Ángel Heladio Aguirre Rivero. Así de simple. Lo triste del estado de Guerrero, es el grado de impunidad en que viven los gobernantes y funcionarios, quienes evaden con facilidad, la muerte de estudiantes, como la ocurrida en Ayotzinapa. Pero otro elemento que empieza a crecer y que no tiene una sola investigación rigurosa, ni exitosa, con todo y que el ex gobernador del estado, Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, dijera, asegurara, indicara que ya había un 99.9 de la investigación homicida en agravio del líder del Congreso de Guerrero, Armando Chavarría Barrera. Sólo faltaba la detención del culpable y d eso, nadie sabe nada, ni siquiera las actuales autoridades de gobierno, quienes ahora, quizá puedan inventar que no recibieron el expediente. Porque no han detenido a nadie. Y en el mismo tenor, ya han pasado muchos meses de la muerte de Arturo Cardona y 6 de sus seguidores, muerte ocurrida en Iguala. Más cerca le sigue el homicidio de Raymundo Velázquez, ex líder de la Liga Agraria Revolucionaria Emiliano Zapata (Larsez), ocurrida por la zona de Atoyac, hace unos meses y ahora la muerte de Rocío Mesino Mesino, lideresa del lugar, donde últimamente se ha convertido en tierra sin ley: Atoyac. Y la larga lista de periodistas que han acaecido en Guerrero, colocando al estado en el lugar indigno de primer lugar en muertes de periodistas del país, México. Un gobierno, por ley constitucional debe otorgar lo básico, que es seguridad. Y si la seguridad falla, le sigue la justicia. En el estado de Guerrero, desde hace muchos años, no hay ni lo uno ni lo otro. La sociedad guerrerense sigue padeciendo la violencia, la zozobra, la pérdida de la tranquilidad y sobre todo a un gobierno del estado, que sin completar su función como tal, ahora sin duda no habrá elemento que lo distraiga más de lo que le ha ocurrido a la sociedad guerrerense, un gobierno que se ha dedicado a realizar negocios con todo. Primero con obras de reconstrucción en todos los parques deportivos en el estado, porque son negocios redondos. No hay una sola obra en Guerrero, que se pueda considerar como tal en este gobierno de Ángel Heladio Aguirre Rivero. Puras reconstrucciones. Y ahora como anillo al dedo, le cae una desgracia a los guerrerenses, que es considerada como una bendición para quienes conforman a este gobierno y sus familiares. Triste situación de los guerrerenses, quienes están olvidados por Dios y tan cerca de la familia que hoy nos gobierna. • ¿La feria de las vanidades? Y para darle cauce a un vodevil, que ahora realizan quienes son gobernantes, como Ángel Heladio Aguirre Rivero, quien para evitar la acción de la justicia en su contra, por la evidente responsabilidad no sólo de no avisar a la ciudadanía, previo a la llegada de dos tormentas tropicales en Acapulco, y que impactó a todo el estado porque andaba de fiesta, sino por tener responsabilidades en la forma de que Acapulco, se ha venido desarrollando y buscar lanzar una piedra y esconder la mano, acusa a quienes gobernaron, desde el 2001 en Acapulco, que en todo caso sería Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, Alberto López Rosas y Félix Salgado Macedonio y quizá una colita de tiempo a Manuel Añorve Baños. Y quienes lo fueron como Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, como ex gobernador, quien acusa directamente al actual gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero de tener responsabilidad en el desorden y crecimiento de obras y unidades habitacionales en zona de humedales, y no sólo por haber permitido construcciones, sino por no hacer las obras de infraestructura hidráulica, que no se hicieron y que eran una obligación del estado de Guerrero, para poder darle cauce a la cantidad de inmuebles y unidades habitacionales que se habrían de construir en la zona. O Alberto López Rosas, como ex edil, quien asegura un día que no permitió ninguna construcción y al otro día, asegura que sí lo hizo, pero que lo autorizó conforme a la ley y al cambio de suelo, que se hizo en 2001. O un ex gobernador como René Juárez Cisneros, quien de entrada asegura que no tiene nada que ver puesto que los permisos de construcción y de cambio de suelo, es responsabilidad del municipio de Acapulco. En fin, todas las voces, todos los actores, todos quienes tienen responsabilidad, deben esperar y no andar acusando a los otros, suponiendo que con ello la libran. No queremos más chismes, nadie busca teatros, ni escenarios donde los gobernantes actuales y los pasados, desvíen la atención de lo verdaderamente excepcional en el estado. Un estado de cosas, terrible, donde la impunidad, la corrupción, el contubernio, el nepotismo, el encubrimiento a grupos de poder, que asfixian a la sociedad, la mantienen atemorizada y sobre todo, le generan zozobra y terror. O un gobierno que ya prepara escenarios donde buscará encubrir las formas de seguir haciendo lo que han hecho desde su llegada, que tiene que ver con el fraude en todas las obras realizadas, que no han sido licitadas, que se han entregado a quienes aseguran negocios redondos, entre otros elementos comunes, desde el inicio de su mandato. Se habla de la conformación de grupos sociales que se encargarán de supervisar las acciones y las obras que habrá de realizarse en la próxima reconstrucción, pero en donde se ubicarán a los amigos del poder, a quienes han sido y salido beneficiados con obras, con acciones, con beneficios y que al final de cuentas, sólo harán como que fiscalizan, que voltearán para otro lado, porque al final de cuentas, siempre lo han hecho y realizado, gracias a la afinidad de intereses financieros, políticos y sociales, que tienen y que son mutuos. Y a más de un mes de la desgracia que nadie hizo caso, porque supuso que era innecesario avisar, hay lugares que viven sin siquiera haber tenido ni de cerca de lejos el manto protector de un gobierno, que ha brillado por su ausencia. Hoy, en el estado de Guerrero, no sólo hay un clima de impunidad, de corrupción, de nepotismo y de colusión social, entre el gobernante y un núcleo social, afín, que no ha podido ni tenido idea de cómo resolver, al menos el caso de la invasión en Tixtla de Guerrero. En Tixtla, se vive un drama, y quizá derivado de que la gente, se ha comportado cívicamente, y cuidado las condiciones en que viven, porque de no haberlo hecho, como han actuado, aquello, ya se hubiera convertido en un gran hospital, derivado del foco de contaminación en que se ha convertido la ciudad. Tixtla, vive en un polvorín, y el gobernador Ángel Heladio Aguirre como si nada. Y no sólo es Tixtla, la zona de la Montaña, es una de los lugares, en donde poco falta para que se declare hambruna, luego de que la mayoría de los sembradíos de temporal que por estas fechas se trabajan, fueron arrasados por las crecidas de las lluvias y ríos, que golpearon esa zona. Y las autoridades de gobierno, quizá en aras de establecer que en el estado de Guerrero, no pasa nada, no van, para que, los medios no puedan recoger los reclamos que le tienen guardados al gobernante en turno. Y si en Acapulco, varios políticos, ya estaban considerando ser candidatos, me apena decirles, que ni se presenten. Varios de aquellos, que venían entregado despensas que entregó la Cruz Roja y que les cambiaron por el logo del Dif estatal, ya pueden considerarse damnificados. En efecto, muchos políticos del Partido de la Revolución Democrática (PRD), del Partido Revolucionario Institucional (PRI), del Partido Acción Nacional (PAN) y Convergencia en Acapulco, porque los del Partido del Trabajo, ni sus luces, no hicieron, no han hecho nada y no lo harán, por lo que, es mejor que también se consideren damnificados de Acapulco. En otros municipios, la cosa es diferente. Al tiempo. Comentarios; subalterno1234@hotmail Y [email protected]
Posted on: Mon, 21 Oct 2013 02:49:26 +0000

Recently Viewed Topics




© 2015