El Doctor, Rene Favaloro. Su lucha por la libertad del hombre. El - TopicsExpress



          

El Doctor, Rene Favaloro. Su lucha por la libertad del hombre. El día 12 de julio de 1923 nace Rene Favaloro. Es inscripto por sus padres un 14 de julio. Escribir en este día un pensamiento sobre El Doctor es para mí una obligación moral. Tengo la oportunidad de expresar mis ideas acerca de la humanización de la medicina en el programa de radio “de nueve a once”, y siempre el fundamento de mi pensamiento se centra en la obra y el trabajo de este hombre, a quienes respetuosamente le llaman “El Doctor” quienes han trabajado a su lado. No existe entre ese grupo de médicos otro colega que encierre las características científicas, humanas y éticas que encarna El Doctor, Rene Favaloro. El Doctor Rene Favaloro contribuyó al progreso de la Medicina, a través de sus aportes científicos en el desarrollo de una técnica quirúrgica para la revascularización del corazón comprometido por aterosclerosis coronaria y a través de sus permanentes enseñanzas en pos de la conquista de una medicina con alcance social, demostrada a través de sus doce años de ejercicio de la medicina en el ámbito rural, en el interior de La Pampa. Es para mí de trascendencia fundamental su contribución como modelo de hombre comprometido con la vida, con la humanidad, a través de su lucha contra la muerte, y especialmente, su compromiso con la educación y la libertad. El Doctor Rene Favaloro es ejemplo para los médicos y científicos comprometidos con el avance de la ciencia. Es ejemplo para los hombres comprometidos con la salud, en su práctica y en su planificación. Es ejemplo para los docentes a través de una visión de la educación que deberá impregnarse de valores y no solo de contenido técnico. Es ejemplo para jóvenes a través de su extraordinario ejemplo de emprendimiento, renovación de metas y dedicación al estudio y al trabajo. Finalmente es ejemplo para la clase política, de cabo a rabo. Favaloro y la Medicina Social. Sus años en Jacinto Arauz nos muestran un médico comprometido con la sociedad. Llevó la atención médica de excelencia hasta los confines de la pampa. Incluyó en su actividad médica a todos los actores de salud, hecho que incluía a las comadronas, con quienes compartía la atención de las parturientas. Lejos de combatirlas, las educó en la adherencia a normas básicas de higiene con lo que contribuyó a mejorar las condiciones de asistencia del parto y el recién nacido. Por entonces no se hablaba de los términos de eficacia y eficiencia con que la medicina moderna califica la atención medica de calidad. Sin dudas, aquello era trabajar no solo con calidad, sino también con humanidad. Favaloro sumo a las dos E la letra H. Los detalles de su obra en Jacinto Arauz se encuentran apasionadamente escritos por El Doctor en su libro “Recuerdos de un médico rural”. “Aquí hay que hacer de todo” le dijo el Dr. Rachou cuando lo recibió en Arauz. “Entendíamos que el acto médico debe estar rodeado de dignidad, caridad, igualdad, piedad cristiana, sacrificio, abnegación y renunciamiento. Y por sobre todas las cosas, habíamos procedido con honestidad.” El Doctor recuerda con orgullo haber sido presentado por un prestigioso colega, en un importante Congreso Mundial, no como un cardiólogo ni un cirujano cardiovascular, sino como un médico rural. Su aporte científico: el bypass coronario. En 1962, a los cuarenta años, viajo a los EEUU y se estableció en Cleveland Clinic donde inicio su formación en cirugía cardiovascular como fellow y años después (pocos) creaba la técnica de revascularización miocárdica que permitió el tratamiento quirúrgico estándar de la enfermedad coronaria. En su libro “De la Pampa a los Estados Unidos” Favaloro relata una conmovedora crónica de sus días en Cleveland. Hasta enseño a sus colegas a cocinar carne al asador! El Regreso. En 1971 renunciando a sus casi infinitas posibilidades de logros académicos y lucro personal, volvió a la Argentina para trabajar. Otras vez desde cero. Dirigió el Departamento de Cardiología, Cirugía Torácica y Cardiovascular del Sanatorio Güemes y posteriormente desarrollo las áreas de asistencia e investigación de la Fundación Favaloro, iniciando sus actividades en la sede actual en 1992. “Había que comprender que el hombre forma parte de una sociedad a la cual debe entregarse para mejorarla. Se ha terminado la etapa individualista.” Su carta de renuncia a Cleveland Clinic es impresionante. “Una vez más el destino ha puesto sobre mis hombros una tarea difícil. Voy a dedicar el último tercio de mi vida a levantar un Departamento de Cirugía Torácica y Cardiovascular en Buenos Aires…” “El dinero no es la razón de mi partida…””El propósito principal es desarrollar un departamento bien organizado donde pueda entrenar a cirujanos para el futuro. Créame, yo seré el hombre más feliz del mundo si puedo ver en los años por venir una nueva generación de argentinos que trabajen en distintos centros de todo el país resolviendo los problemas a nivel comunitario y dotarlos de conocimientos médicos de excelencia. Usted tal vez recuerde que Don Quijote fue español. Si yo no aceptara liderar ese departamento en Buenos Aires, viviría el resto de mi vida pensando que soy un solid s. of b. (h de p). Mi conciencia me diría constantemente “elegiste el camino fácil”.” ¡Viviría el resto de mi vida pensando que soy un solid s of b! Esto es lo impresionante: el compromiso asumido con sus compatriotas y consigo mismo, con su conciencia. No menos impresionante es la respuesta de su jefe al recibir la carta de renuncia. Effler le contesta, entre otras cosas: “Ya que no tengo ilusiones de tener otro Favaloro, podré, en los próximos diez años de mi carrera, estimular a jóvenes emprendedores a que traten de alcanzar el record de Favaloro.” Este destacado médico, planifico sus próximos diez años de trabajo a formar hombres como El Doctor. Nosotros… La humanidad de Favaloro. No puedo dejar de pensar en la obra y el pensamiento de este hombre, su preocupación por la vida, por la igualdad, por la medicina social, su lucha contra la muerte y la libertad. Actualmente se escribe mucho y se planifica bastante acerca de promoción y prevención de la salud. En sus palabras, cargadas de sencillez, se resumen lagunas de tinta. “Se escribe mucho desde acá, desde las grandes capitales, sobre la medicina primaria y la prevención…Es muy simple. Lo que hace falta son médicos o gente, enfermeras, lo que sea, que se metan en los ranchos, que vivan con los pobres, que aprendan los problemas y den solución allí donde están las cosas.” Siempre denuncio las asimetrías sociales. “El 85% de la producción es controlada por el 5% más rico de la población del planeta. Entendamos entonces, que vivimos un momento muy especial donde cada vez hay más ricos (poquitos, ahí arriba) y cada vez hay más pobres”. Aún más, el contenido de su última conferencia, se centró en este tema de las diferencias acentuadas entre los sectores ricos y los extremos pobres. El contenido de la misma puede obtenerse en esta dirección web: fac.org.ar/revista/00v29n3/fava.htm. Termina la conferencia diciendo:” En nuestro país, en este momento, hay más de trece millones de personas que son pobres: tienen una entrada mensual por debajo de los 450 pesos o dólares y hay dos millones y medio de indigentes que no reciben ni 200 pesos por mes y estamos hablando de hogares de cuatro personas. Mientras esto no se ponga allí, en la frontera y no se ponga delante de todos nosotros, insisto, muy poco podemos seguir hablando de angioplastía, de cirugía coronaria y de todos los avances maravillosos, de los cuales, sin duda, estamos orgullosos; porque de una vez y para siempre debemos entender que la salud es un derecho y todo esto debería estar al alcance de todos”. La lucha contra la muerte lo enfrento muchas veces cara a cara con ella. Dice de la muerte: “vivimos la muerte a cada instante; a veces parece una compañera, pero por sobre todo la sentimos como nuestra enemiga, una enemiga a la que le hemos ganado muchas batallas, que nos alienta a no cejar en nuestros esfuerzos por derrotarla día a día.” La educación siempre ocupo su pensamiento. “Hay que hacer una gran diferencia entre instrucción y educación”. Sus valores trascendentes fueron inculcados a través de la sólida educación recibida en su juventud: la honestidad, el compromiso con la sociedad, la solidaridad, la lucha por la libertad. “Estos valores trascendentes son los que quedan en mi alma. Esto era educación, no era instrucción.” En una conferencia titulada “Responsabilidad Social del universitario de nuestro tiempo” dictada en la Universidad Católica de Córdoba, decía: “Proceder con honestidad en aras de la dignidad del hombre es el compromiso más trascendente en nuestro corto paso por este mundo.” En su obra dedicada a Don Pedro Henriquez Ureña, “Don Pedro y la Educación”, dice: “A mi entender lo que más debe preocuparnos es volver a despertar en los niños y en los adolescentes los valores esenciales, sin los cuales poco importa su capacitación técnica o profesional. Es indudable que lo única manera posible es por medio de una sólida formación humanística. Una vez más, entendámonos bien, humanismo militante con profundo sentido social en defensa de la libertad y la justicia. La educación estará permanentemente centrada en la búsqueda del hombre libre abierto a los cuatro vientos del espíritu, entendiendo que el goce de la libertad individual conlleva un compromiso social en procura de un ideal, una utopía.” Favaloro, el hombre comprometido con la libertad. A manera de epilogo, entiendo que he cumplido mi obligación de escribir sobre El Doctor, Rene Favaloro, en tiempos donde su palabra suena clarificadora. Aprendo, una vez más, que su obra se puede sintetizar como la búsqueda de la libertad del hombre, que es la batalla más difícil que nos toca pelear, con toda nuestra fuerza y nuestro intelecto. Es indispensable e insoslayable para mí, referir sus obras para que otros puedan acceder a su pensamiento. Por ello incluyo una lista completa de sus obras y la de otros, que se ocuparon magníficamente de su figura. Ojala nuestros pensamientos y nuestras acciones vuelen a encontrarse con el espíritu del Doctor, allá por el cielo y la tierra de Arauz. “Siempre digo que no podría vivir sin ilusiones y utopías. El día que no tenga más ilusiones prefiero morirme”. Carlos Gustavo Vignau, médico. Rene Favaloro. “Recuerdos de un médico rural”. Buenos Aires, SDDRA Ediciones, 1980. Rene Favaloro. “De la Pampa a los Estados Unidos”. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1992. Rene Favaloro. “Don Pedro y la educación”. Buenos Aires, Centro Editor Fundación Favaloro, 1994. Rene Favaloro. “? Conoce Ud. a San Martin?”. Buenos Aires, Torres Agüero Editor, 1987. Rene Favaloro. “La memoria de Guayaquil”. Buenos Aires, Torres Agüero Editor, 1991. Rene Favaloro, Luis Landriscina, Mamerto Menapace. “El milagro y el valor de la vida”. Buenos Aires, Editora Patria Grande, 2000. Penelas Carlos. “Diario interior de Rene Favaloro”. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2003. Jose A. Mainetti editor. “La muerte en medicina”. La Plata, Editorial Quiron, 1978. Capítulo 12: El cirujano cardiovascular ante la muerte, pág. 173-178.
Posted on: Mon, 15 Jul 2013 02:51:08 +0000

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