El Mariscal Francisco Solano López fue un gobernante paraguayo, - TopicsExpress



          

El Mariscal Francisco Solano López fue un gobernante paraguayo, nacido en 1826 y muerto en 1870, y considerado héroe nacional de su país. Hijo y sucesor de Carlos Antonio López, furente la presidencia de éste (1844 – 1862), siendo muy joven fue asociado a las responsabilidades de gobierno. Designado Comandante en Jefe del Ejército en 1845, manda las fuerzas paraguayas en la lucha contra Rosas. En 1853 parte hacia Europa como embajador plenipotenciario ante varias potencias; en París conoce a Elisa Alicia Lynch, joven inglesa de 18 años, que será su compañera por el resto de su vida y regresa a su patria en 1854. En distintas oportunidades su padre le encomienda la defensa de las fronteras del país amenazadas por el Imperio Brasileño, así como contra la intervención de los Estados Unidos (1857). En ese año oficia de mediador entre la Confederación Argentina y el Gobierno de Buenos Aires, logrando que ambas partes suscriban el pacto de San José de Flores. Al fallecimiento de su padre, 1862, es elegido presidente del Paraguay, 1862 – 1870, continuando la labor progresista de su antecesor, a fin de dotar a su país de elementos técnicos modernos. Pero a poco de iniciado su mandato se vio envuelto en uno de los episodios más trágicos de la historia de América del Sur en el siglo XIX: la guerra que en 1865 le declararon las potencias signatarias del tratado de la Triple Alianza, Argentina, Brasil y Uruguay. Formalizado el paso de Humaitá por la armada imperial, los aliados ocupan Asunción, 1869, López instala su capital en Piribebuy. Francisco Solano López y su hijo Panchito Al cabo de cinco años de heroica resistencia, 1865 –1870, en que es acompañado por la totalidad del pueblo paraguayo, López con poco más de 400 hombres el alcanzado por una numerosa fuerza brasileña en Cerro Corá, derrotado y ultimado a orillas del río Aquidaban; sus últimas palabras fueron: “Muero por mi patria”. Esta guerra me avergüenza como uruguayo de que nuestro país haya participado en la misma, que significó un genocidio brutal de nuestros hermanos paraguayos. A nuestro Gral. Leandro Gómez lo perdimos en la caída de Paysandú que vino a ser un ejercicio de calentamiento, deportivamente hablando, de lo que sería esta carnicería. Todo un trabajo por y para el imperio brasileño, el déspota Rosas y Flores. Como habrá sido la vergüenza uruguaya que poco tiempo después se devolvieron todos los trofeos de guerra obtenidos en esta funesta guerra, que la sobrevivió un 25% de la población paraguaya.
Posted on: Mon, 21 Oct 2013 03:53:32 +0000

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