El ataque británico a las instalaciones argentinas en Pebble - TopicsExpress



          

El ataque británico a las instalaciones argentinas en Pebble Island es una de las operaciones más conocidas del SAS de todas las que desarrolló durante la Operación Corporate (Guerra de las Malvinas). Los argentinos, al poco de invadir el archipiélago, establecieron La base aeronaval Calderón, aprovechando la pequeña pista ya existente, destinada a impedir el acceso por la boca Norte del Estrecho. A dicho aeródromo fueron asignadas al menos una decena de aeronaves, entre ellas varios aviones de ataque ligero IA-58 Pucará y Turbo Mentor. Estos aviones suponían un peligro para las operaciones de la Royal Navy durante su aproximación a East Falkland, así como para las tropas británicas que fueran desembarcadas. Esto hizo necesario que se decidiera la neutralización de dichos aviones, así como del aeródromo, por tropas del Escuadrón D, del 22 SAS, que se encontraban a bordo del HMS Hermes, que serían apoyadas por la fragata HMS Broadsword y el destructor HMS Glamorgan. Originalmente la misión tenía como objetivo destruir las aeronaves, una estación de radar así como atacar a las tropas de la guarnición y a las tripulaciones de las aeronaves y el personal de apoyo. Sin embargo, tras el reconocimiento realizado, se descubrió que los fuertes vientos dominantes en la zona harían que el vuelo en helicóptero hasta la isla consumiese más tiempo, lo que hacía que la duración del ataque tuviese que ser recortada de los 90 minutos originalmente previstos a tan solo 30 minutos, de manera que el ataque debía centrarse en destruir las aeronaves, dejando en un segundo plano el resto de los objetivos. La noche del 14 de mayo dos helicópteros Sea King partieron del HMS Hermes con 45 miembros del Escuadrón D a bordo. Las aeronaves dejaron a sus pasajeros a seis kilómetros del aeródromo. El ataque fue encomendado a la Sección de Montaña del Escuadrón, mientras que el resto de las tropas quedó como fuerza de protección, asegurando los accesos al aeródromo y formando una reserva operativa. Las tropas del SAS estaban armadas con fusiles de asalto M-16A1, algunos equipados con lanzagranadas M203, y lanzacohetes M72 Viper, además de cargas explosivas así como morteros L16 de 81mm (cada integrante del equipo portaba al menos dos granadas de mortero para los mismos). Durante la aproximación de la sección encargada del ataque a la pista vieron un centinela argentino, que no descubrió a los atacantes. Estos llegaron hasta los aviones colocando cargas explosivas en siete de ellos. Tras esto los atacantes se retiraron a una distancia de seguridad desde donde detonaron las cargas y abrieron fuego con fusiles de asalto y cohetes anticarro contra todas las aeronaves. Tan pronto los SAS comenzaron el ataque el HMS Glamorgan comenzó a disparar sus cañones contra las posiciones argentinas alcanzando un polvorín así como un depósito de combustible. Los defensores buscaron protección en sus refugios mientras los SAS se retiraban bajo el fuego de cobertura de la fuerza de protección. La única reacción argentina fue detonar las cargas colocadas para destruir la pista, ya que pensaron que se trataba de un ataque dirigido a ocupar el aeródromo. La detonación de dichas cargas hirió a uno de los SAS participante en el ataque. Las tropas británicas retornaron al punto de encuentro con los helicópteros a la hora prevista y se decidió volver al Hermes antes de la salida del sol en lugar de atacar a las tropas argentinas. La misión fue todo un éxito pues fueron destruidos 6 Pucarás, 4 Mentor así como un avión de transporte Skyvan y los depósitos de combustible y municiones, en el curso de una misión similar a las que el SAS originario había desarrollado cuarenta años antes, disminuyendo sensiblemente los medios aéreos destinados a la defensa. El SAS lanzó asimismo un ataque de distracción en Goose Green la noche previa al desembarco en San Carlos. 60 hombres del escuadrón D atacaron Goose Green simulando ser un batallón entero. Tras 20 horas de marcha alcanzaron las colinas al norte de Darwin y atacaron a los argentinos con morteros, cohetes LAW, misiles Milan, ametralladoras y fusiles. La mañana siguiente se retiraron para enlazar con el avance inglés, al que cubrieron con sus Stinger desde el Monte Osbourne. A finales de mayo los miembros del escuadrón D del SAS, en una operación de apoyo al avance del 42 Commando, se enfrentaron en Monte Harriet y Monte Kent a la compañía de comandos 602 comandada y a una sección de ametralladores del Regimiento de Infantería 4 del Ejercito Argentino, sufriendo bajas. Asimismo, indicar que un avión IA-58A Pucará argentino fue derribado durante el desembarco de San Carlos por un misil FIM-92A Stinger disparado por escuadrón G. Los misiles Stinger, fusiles M-16A2, lanzagranadas M-79, y otros equipos para las SAS fueron un prestamo del Delta Force americano. Todas estas armas llegaron a isla Ascensión en aviones de la USAF, junto con miembros del SAS que se encontraban entrenándose en Fort Bragg. El 14 de junio el teniente-coronel Michael Rose, comandante del 22 SAS, llegó en helicóptero a Port Stanley para negociar la rendición argentina.
Posted on: Sun, 01 Dec 2013 01:04:51 +0000

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