El contrabando de tabaco desde Gibraltar financia el Nuevo Ira: RICARDO F. COLMENERO/Dublín25/3 En Moore Street, los cigarrillos viajan en carritos de bebé. Dicen que así, cuando los pilla la Policía, solo les quitan la mercancía y se ahorran unas horas en comisaría. En la acera de enfrente se venden frutas y verduras en puestecitos montados con cajones y tablones de madera, pero en la mía solo Gold Classic a 40 euros el cartón, menos de la mitad de su precio oficial, en el país con el tabaco más caro de Europa. Intento regatear con una chica rubia, de unos 20 años, con un bebé con los brazos llenos de ampollas, hasta que irrumpe el que parece su novio, un irlandés de aspecto siniestro que me amenaza para que me largue. «Es americano y muy bueno, lo puedes probar», me insiste la chica, que se resiste a perder la venta. En apenas unos minutos aparecen dos nuevos clientes que inventan una cola tras una columna. Se les acerca otra vendedora pero la chica abre rápidamente mi bolsa, mete un cartón que saca del carrito de su bebé y me quita el dinero de las manos. Apenas doy unos pasos y alguien me frena con una mano en el pecho: «¿Vendes tabaco?». A pocos metros de allí, agentes de la policía antiterrorista irlandesa contemplan la escena. La crisis inmobiliaria irlandesa ha vuelto a colocar el tabaco como la principal fuente de financiación de la enésima escisión del Ejército Republicano Irlandés, que desde hace apenas unas semanas se hace llamar Nuevo IRA. El servicio de Aduanas de Irlanda no duda en señalar a Gibraltar como una de las principales vías de entrada de tabaco que está acabando en manos de la red terrorista, que durante el proceso de paz ha mantenido intacto su aparato logístico internacional, lo que le permite seguir recaudando unos 90 millones de euros, cada año, con la venta de entre 150 y 200 millones de cigarrillos. Aunque el IRA Provisional se consideró desmantelado desde el 3 de septiembre de 2008, cuando una Comisión Independiente aseguró que su Consejo Armado ya no estaba operativo, el pasado 3 de julio la policía antiterrorista irlandesa encontró en el contenedor de un camión abandonado en un solar de Cloghran, al norte de Dublín, el mayor arsenal de armas jamás interceptado a la disidencia. De hecho, incluso apareció parte del armamento que se consideraba destruido durante el armisticio. «El IRA auténtico se lo robó al Provisional pero ahora pensamos que pertenece al Nuevo IRA, que cuenta con entre 250 y 300 miembros activos», cree la Policía irlandesa. Y no sólo eso. Antes del hallazgo, Terry Spence, máximo responsable del servicio antiterrorista MI5 de Irlanda del Norte, alertaba a sus compatriotas de Inglaterra y Gales del ataque inminente en alguna de estas dos regiones. Mientras tanto la violencia callejera entre católicos y protestantes se intensificaba en las calles de Belfast precisamente cuando se cumplía, la semana pasada, el 15 aniversario de la masacre de Omagh, que costó la vida a 29 personas, entre ellas los españoles Rocío Abad (23 años) y Fernando Blasco (12). Un referéndum, un desarme de los paramilitares, una amnistía de presos y la entrada del Sinn Féin en la Asamblea de Irlanda del Norte ha dado lugar a un proceso de paz en el que los disidentes, en su mayoría contrabandistas de tabaco o simplemente católicos con demasiadas deudas pendientes en el panteón familiar, no dejan de poner cadáveres sobre la mesa de negociación. El pasado noviembre un funcionario de prisiones era asesinado a tiros cuando acudía al trabajo. Un año antes mataban, en Omagh, a un policía con un coche bomba, pocos meses después de herir gravemente a otro agente en un atentado similar. El año anterior, dos militares del Ejército británico eran cosidos a balazos cuando recogían una pizza. «El último coche bomba tenía 80 gr de explosivo plástico, y en el arsenal hallado en Dublín había 15 kilos de explosivo plástico, y cuando tienes 15 kilos es porque quieres iniciar una campaña de terror durante muchos años», declaró la policía irlandesa al Irish Times. «SIEMPRE LA MISMA ROCA» Gibraltar fue y sigue siendo parada obligatoria en la lista de la compra de los paramilitares. Paradójicamente el protectorado británico se ha convertido en una de las principales plataformas para la financiación de atentados contra el Reino Unido a través del contrabando de tabaco. Atraídos a la Costa del Sol, por el boom inmobiliario, la Guardia Civil detectó, en esa zona de España, la presencia de norirlandeses que colaboraban directamente con bandas armadas. En Benalmádena y San Pedro de Alcántara, a apenas 50 km de Gibraltar, se detectaron los primeros almacenes en tierra de su mercancía cuando cayeron los miembros del IRA Provisional Thomas Philip y Aaron William. Los agentes esperaban encontrar armas y lo que se encontraron fue un millón de cajetillas de tabaco. «Luego tratamos de investigar el origen de la mercancía pero como siempre, nos topamos con la misma roca», señalan fuentes policiales en referencia al Peñón. También Aiden Francis Grew, Noel Abernethy y Henry Mc Laughlin, todos salpicados por el atentado de Omagh, fueron sorprendidos por la Guardia Civil introduciendo tabaco en Irlanda en el interior de muebles. En el juicio, celebrado en Irlanda del Norte, quedó acreditado que utilizaban el dinero que ganaban en España para financiar actividades terroristas. Apenas unos años antes Grew y Abernethy ya habían sido sorprendidos en el condado de Armagh (Irlanda del Norte) con 15 millones de cigarrillos, cinco en un camión y 10 en un galpón, también gracias a la intervención española. «Es la cenicienta del crimen», explica el ex jefe de la Policía del Ulster Alan McQuillan, «hay pocas leyes y los beneficios pueden ser superiores al tráfico de drogas, y con sanciones mucho más pequeñas». El IRA utilizó el contrabando de tabaco para financiar el movimiento y cuidar a las familias de presos. Hoy, según la Policía de Irlanda del Norte, apenas el 25% de lo obtenido se dedica a este fin, mientras históricos dirigentes del IRA se han convertido en multimillonarios. «Utilizan la guerra simplemente para justificar sus ingresos», señalan fuentes del MI5. Desde Aduanas reconocen que la legislación irlandesa que sobrevino a la crisis, con los impuestos sobre el tabaco más altos de Europa, «les ha venido estupendamente», pero las tabaqueras consideran que lo será aún más si Bruselas decide aprobar este mes de septiembre normativas como la del empaquetado único para el tabaco, o prohibir los cigarrillos finos y los mentolados, lo que supondría abrir un nuevo y lucrativo mercado al tráfico ilegal. Ante esta situación de impuestos más caros para el tabaco legal y un aparente consentimiento de las autoridades británicas a su tráfico ilegal en protectorados como Gibraltar, cabe preguntarse si una parte no escrita del acuerdo de paz consiste en facilitar el enriquecimiento de líderes del IRA a cambio de no poner bombas. El periodista irlandés experto en terrorismo, Mick McNiffe, no lo tiene claro: «Hay leyes que les benefician pero no pienso que el Reino Unido esté favoreciendo el tráfico, simplemente su estructura es gigantesca». Un claro ejemplo de las facilidades que encuentran los terroristas en la vía gibraltareña fue el AV Anton, un buque que, en 2001, partió de Gibraltar con 16 contenedores cargados con 70 millones de cigarrillos, después de que el capitán firmara una declaración en el Peñón asegurando que los contenedores iban vacíos. Los traficantes que colaboraban con los paramilitares fueron interceptados esperando una mercancía valorada en 17 millones de libras en el puerto de Dundalk (Irlanda), desde donde pensaban moverla rápidamente al Reino Unido. Lo cierto es que con el permiso del Reino Unido o no la actividad en Gibraltar, lejos de calmarse, sigue siendo de lo más activa. En lo que va de año España ha triplicado las intervenciones de tabaco procedente del Peñón, según datos del Ministerio del Interior. Anteriores al actual conflicto político. Sin embargo, Gibraltar no es la única vía peninsular por la que entra el tabaco del IRA en Irlanda y el Reino Unido. Por ejemplo, en Alicante, cayeron Walter Douglas y Sean O’Feach, el segundo de ellos jefe del IRA Auténtico, cuando ambos intentaban introducir 500.000 paquetes de cigarrillos en el Reino Unido. Y nunca se confirmó que los tentáculos acababan en el IRA, a pesar de que monopoliza el tráfico ilegal en Irlanda, este mismo febrero la Policía desarticuló en el País Vasco una red que introducía tabaco en la isla desde 2009 a través de buques contenedores que partían en Bilbao, y que aseguraban transportar cartón. En uno, encontraron 400.000 cajetillas. Todo el tabaco de contrabando llega a nuestro país desde China, Vietnam y Bielorrusia. Un análisis de los cigarrillos Moore Street, similares a muchos de los que se consumen ilegalmente en España, reveló la presencia de excrementos de rata, astillas de madera, limaduras de metal, plomo, arsénico, y hasta un tipo de yeso, reveló el Sunday Times. "
Posted on: Fri, 30 Aug 2013 14:41:02 +0000
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