El día 21 de agosto de este año (no ha pasado una semana) en el medio oriente, en Siria, bombardearon con “bombas químicas” un vecindario común de personas civiles que no tienen nada que ver con el conflicto bélico, donde murieron más de mil personas como tú o como yo, pero más bien niños, mamás, abuelitos, gente amorosa, justa y respetable, en su mayoría islamitas, hermanos nuestros. En ese país se libra una guerra civil entre el gobierno y las facciones disidentes, además de estar implicado “como siempre en ese territorio” Israel, país que al parecer también está en labores bombarderas, etc. Obviamente, no todo lo que se nos dice en la media es verdadero, sino que más bien -siendo yo paranoico crítico (Salvador Dalí)- hay que saber dudar y comprender que lo que no proviene de fuentes confiables es muchas veces falsificación, vil propaganda política y labaduría de cerebro de las élites. Esto es entonces, un llamado a no callar, a revisarnos a notros mismos, a ver cuál es la clase de aportación que estamos dejando en nuestra experiencia vital; para lograr concebir “conscientemente” a que desembocadura se va aproximando nuestra alma, y si estamos trabajando “seriamente” por continuar el desarrollo de una herencia de paz, de perdón, interculturalista, altruista y basada en el amor y la misericordia, quiero decir, en el la felicidad cuántica, dilatada, eterna e inextinguible de todos los “verdaderos” hijos de la luz, de todos los tiempos, naciones y espiritualidades. Anea Lo Menea
Posted on: Mon, 26 Aug 2013 05:53:47 +0000
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