El espiritualismo interesó a un joven estudiante de psicología de Basilea, Suiza, que hallándose de vacaciones, en 1899, contempló burlón y escéptico a sus parientes, que celebraban sesiones con golpes y movimientos de mesas. Pensaba que sin duda las inclinaciones de la mesa se debían a movimientos musculares, y los golpes a cierto tipo de liberación subconsciente, tal vez incluso telepática. Pero entonces ocurrió algo extraño, algo que él no pudo explicar de manera lógica. Empezó con un sonoro chasquido desde la cocina, como si alguien hubiese irrumpido y hecho un disparo. Cuando el joven y talentoso estudiante entró en la habitación, vio la vieja mesa de nogal de su abuela, misteriosamente partida. Dos semanas más tarde estalló en el aparador un ruido similar. Adentro el joven vio un cuchillo para cortar pan fuera de su sitio, con la hoja inexplicablemente rota en varias partes. Desde entonces aquel joven, Carl Jung prestó más atención a lo que hasta entonces había considerado simplemente ridículo.
Posted on: Thu, 27 Jun 2013 22:04:11 +0000