El hombre no podía dormir, el viento soplaba fuerte y el golpeteo de ventanas y puertas lejanas le daban a esa noche algo de siniestra. Él abrasó su almohada, y cero los ojos intentando conciliar el sueño. De pronto, un golpe seco lo hizo levantarse de golpe, miró hacia todos lados en donde la oscuridad cedía un poco intentando ver algo. -¿Hay alguien ahí?- dijo en voz alta sintiendo muy estúpido, -¿hola?- salió de la cama y agarró su pesada bota de trabajo con la idea de usarla como arma, realmente no se le ocurrió nada mejor, o por lo menos nada que tuviera a la mano. Caminó hacia la sala en la oscuridad, lento pero muy alerta, poniendo atención a cualquier silueta que no perteneciera a sus recuerdos. Intentó inutilmente encender la luz, no había electricidad por la tormenta. Llegó a la cocina sintiendo más tranquilidad, todo era paranoia suya en una noche que lo ameritaba. Encendió la estufa de gas y sacó de un cajón una vela, La prendió y regresó a su habitación con las sombras danzando a su alrededor por la flama. Al entrar a la cama, sintió de nuevo ese temor, le había parecido ver una silueta entrar al armario. "Soy un cagado, un tonto asustadizo cobarde" se dijo así mismo, y luego cerró los ojos hasta quedar profundamente dormido. Dos días después encontraron su cuerpo. La versión oficial fue que alguien, entró esa noche y lo acuchilló mientras dormía. -No es un robo- dijo el oficial a la prensa -el agresor solo se llevó los zapatos de la víctima-. -¿Todos sus zapatos?- preguntó la reportera. -Si, no encontramos un sólo zapato en toda la casa-. Y así apareció en los diarios la nota sobre el asesino de los zapatos. Angelo Parra.
Posted on: Fri, 14 Jun 2013 21:06:23 +0000
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