"El parto de una lagartija" Si has tenido niños, (o eres uno), y - TopicsExpress



          

"El parto de una lagartija" Si has tenido niños, (o eres uno), y has sufrido el "síndrome del veterinario", incluyendo algún funeral en la taza del water por un pez de colores, esta historia te hará reír a carcajadas! Resumen : Tuve que llevar la lagartija de mi hijo al veterinario. Esto fue lo que ocurrió: Una noche, justo después de cenar, apareció mi hijo para decirme que a una de las dos lagartijas que tenía prisioneras en su habitación le pasaba algo raro. - "Está tumbada y parece enferma" -me dijo- "te lo digo en serio, papi. ¿Me puedes ayudar?" Puse mi mejor cara de sanador de lagartijas, y le seguí hasta su habitación. Efectivamente, una de las dos lagartijas estaba tumbada boca arriba, y parecía muy nerviosa. Supe inmediatamente qué hacer. - "Cariño, ven y mira la lagartija" - "¡Dios mío!" -exclamó mi mujer- "Está dando a luz." - "Qué?" -preguntó mi hijo- "si se llaman Beto y Enrique, como los de Plaza Sesamo mami!" Yo me quedé igual de estupefacto. - "¡Oye, cómo puede pasar esto? Creí que habíamos acordado que no queríamos que parieran" -Le dije a mi mujer, acusadoramente. - "Ya, pero y qué quieres que hiciera, ¿ponerles un cartel en la jaula?" -me respondió. (Me pareció que lo decía con mucho sarcasmo!) - "No, pero se supone que debías haber comprado dos machos!" - "Exacto, Beto y Enrique !" -mi hijo me apoyaba. Para entonces, el resto de la familia ya estaba allí, para ver qué pasaba. Me encogí de hombros, tratando de sacar el mejor provecho de la situación. - "Chicos, esta va a ser una experiencia fantástica" -les dije- "estamos a punto de ser testigos del milagro de la vida" - "Oh, animal!" - me chillaron. Escudriñamos al paciente con detenimiento, y después de mucho esfuerzo, vimos cómo algo parecido a una pequeña pata aparecía brevemente, volviendo a desaparecer tras un segundo escaso. - "No parece que estemos mejorando esto mucho..." -comenté. - "Viene de pié," - susurró mi esposa, horrorizada. - "Haz algo, papi!" - urgía mi hijo. - "Ok, ok." - Delicadamente, tomé la pata a la siguiente vez que apareció, y tiré de ella con suavidad. Pero volvió a desaparecer. Lo intenté varias veces más, con el mismo resultado. - "Llamo al 911?" - sugirió mi hija mayor. - "A lo mejor nos ayudan en el parto." (Te imaginas la escena, rodeado de mujeres?) - "Vamos a llevar a Enrique al veterinario" -dije seriamente. Nos metimos en le coche, mi hijo llevaba la jaula sobre sus rodillas. - "Respira, Enrique , respira," - decía para animar a la lagartija. El veterinario se llevó la lagartija a la sala de exploración, y observó detenidamente al animal con una gran lupa. - "Qué piensa doctor, ¿quizá una cesárea?" - le sugerí, científicamente. - "Esto es muy interesante" - murmuró el veterinario de repente. Señor y Señora Hernández, ¿puedo hablar con ustedes en privado un momento? Tragué saliva, y le indiqué a mi hijo que saliera con un movimiento de cabeza. - "¿Enrique está bien?" - preguntó mi mujer. - "Está perfectamente," -nos aseguró el veterinario- "esta lagartija no está de parto..de hecho, eso nunca ocurrirá. Enrique es un macho. Vea, Enrique es un macho joven. Y de vez en cuando, según va llegando a la madurez, como muchas otras especies... pues.... vaya.... que se masturba. Justo como acaba de hacer, tumbándose de espalda". Se puso colorado, mirando de reojo a mi mujer. Nos quedamos en silencio, tratando de asimilar aquéllo. - "O sea que Enrique está..está...simplemente... . . ... excitado," - concluyó mi mujer. - "Exacto," - replicó el veterinario, aliviado porque lo habíamos entendido. De nuevo el silencio. Hasta que mi maliciosa y cruel mujer empezó a sonreír, a reírse por lo bajo, un poco más alto. Y al final a carcajadas. Le caían lágrimas por la cara. - "Es que...me viene a la cabeza la imagen de verte tirando de... su... pequeño....." -tuvo que parar a tomar más aire para la siguiente carcajada. - "¡Ya párale!," - le advertí. Le dimos las gracias al veterinario y salimos de allí a toda velocidad, metiéndonos en el coche. Mi hijo estaba muy contento de que todo hubiera ido bien. - "Sé que Enrique te está realmente agradecido por lo que has hecho, papi," - me dijo. - "Oh, no sabes cuánto," - dijo mi mujer, casi ahogándose de risa. Dos lagartijas: 650 pesos Una jaula: 300 pesos. Veterinario: 300 pesos. El recuerdo de tu marido tirando del pene de una lagartija: No tiene precio! Moraleja de esta historia: "Pon más atención en las clase de biología: Las lagartijas ponen huevos!"
Posted on: Sat, 29 Jun 2013 05:48:39 +0000

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