El período independentista se divide en cuatro etapas: La - TopicsExpress



          

El período independentista se divide en cuatro etapas: La primera comienza en 1808. en este año, las tropas de Napoleón atacan España haciendo prisionero a Fernando VII, Rey de España, quien se ve obligado a abdicar al poder. Por tal motivo José Bonaparte, hermano de Napoleón, es nombrado Rey de España e Indias. Debido a que el gobierno de México dependía del Español, al virrey y a la real audiencia les preocupaba no saber que rumbos tomaría la soberanía de México y piden que el virrey convocara a un congreso destinado a gobernar al país hasta que Fernando VII pudiera recuperar el poder. Por otro lado, los criollos comenzaron a ver en este conflicto la oportunidad de separarse de España y forjar por fin, un México independiente. El proceso ideológico duró dos años. En muchos lugares, los criollos se agrupaban para encontrar soluciones revolucionarias a los siglos de dependencia española. Uno de estos sitios era Querétaro. Ahí, acostumbraban reunirse importantes criollos, entre los cuales estaban Juan Aldama, Miguel Hidalgo y Costilla, e Ignacio Allende. Pero su conspiración fue descubierta viéndose forzados a lanzarse a la lucha sin una estrategia definida. Así, la madrugada del 16 de septiembre, el cura Hidalgo congregó al pueblo en el atrio de la iglesia donde era párroco y los incitó a unírsele en una “causa” que se proponía derribar al mal gobierno. Liberó a los presos, metió a la cárcel a las autoridades españolas del lugar y comienzó su lucha. Con el levantamiento de Dolores, el movimiento a favor de la independencia se transformó. Las grandes masas trabajadoras entraron en escena. La opresión a que estaban sometidos, su miseria e incultura y su falta de organización, conviertieron su movimiento en súbito, anárquico y explosivo. Conforme el grupo avanzó a San Miguel, los labradores, peones de hacienda o miembros de la comunidades indias se fueron juntando. Se armaron con garrotes, hondas y machetes tras el sacerdote ilustrado quien a lo largo de su lucha armada, suprimió los tributos que pesaban sobre el pueblo; eliminó la distinción de “castas” y por primera vez en toda América, declaró abolida la esclavitud. En pocos días, las huestes del “generalísimo” Hidalgo, como le llamaba la gente, ya sumaban casi 100 mil hombres y en poco tiempo tomaron importantes ciudades como Celaya, Guanajuato y Valladolid, entre muchas otras, que aunadas a las victorias que se sucedían en el noroeste y centro del país daban fuerza a la idea independentista. Esta importante etapa de formación, culminó en 1811 con la muerte de Hidalgo y de otros importantes próceres del movimiento armado. La segunda etapa que se puede definir como una etapa de organización y definición de este movimiento, empezó tras la muerte de Hidalgo y se conoce como la etapa de Morelos. José María Morelos y Pavón, comienza a tener victorias en el sur y el centro del territorio nacional. Durante esta etapa, se definieron con claridad los propósitos del movimiento de independencia. El documento que mejor refleja el ideario social y político de Morelos es el conocido con el título de Sentimientos de la Nación donde por primera vez se planteó la independencia de México del dominio español. Durante esta etapa se ganaron muchas provincias del territorio nacional y el movimiento independentista, cobró forma. La tercera etapa, es la que corresponde a Vicente Guerrero y Javier Mina y abarcó los años de 1815 a 1821. Durante esta etapa, las fuerzas insurgentes comenzaron a desorganizarse y su lucha se dirigió a pequeñas provincias en el sur del país donde Vicente Guerrero había logrado mantener vivo el espíritu de la independencia, aunque con muy pocos triunfos. En esta etapa sobresale la participación de Francisco Javier Mina, liberal español que luchó y murió por la causa insurgente en 1817. Y en la ultima etapa, que es cuando se logró la consumación de independencia, Vicente Guerrero e Iturbide, son los principales actores. Tras once años de lucha, los criollos y el pueblo en general empezaban a ver perdida la revolucón. Sin embargo, un grupo de peninsulares y criollos que antes se opusieron a la lucha, se unen a ella y la fortifican. El nombre de José de Iturbide comienza a escucharse con respeto y tras una oportuna estrategia diplomática, logra hacer pactos y acuerdos que serían los pasos para que naciera el “Plan de Iguala” o de “Las tres garantías: religión única, unión de todos los grupos sociales e independencia de México”. Una vez firmado el Plan de Iguala, la independencia de México se había convertido en una realidad y es él, José de Iturbide quien el 28 de septiembre de 1821 hace su entrada triunfal a México acompañado del ejercito trigarante, confirmando así la independencia de México. Esto es a grandes rasgos, la historia de la lucha por la independencia de México, un pueblo que se ha esforzado por se libre y que se caracteriza por la fuerza, la determinación y el amor a la patria de sus hombres y mujeres. El período independentista se divide en cuatro etapas: La primera comienza en 1808. en este año, las tropas de Napoleón atacan España haciendo prisionero a Fernando VII, Rey de España, quien se ve obligado a abdicar al poder. Por tal motivo José Bonaparte, hermano de Napoleón, es nombrado Rey de España e Indias. Debido a que el gobierno de México dependía del Español, al virrey y a la real audiencia les preocupaba no saber que rumbos tomaría la soberanía de México y piden que el virrey convocara a un congreso destinado a gobernar al país hasta que Fernando VII pudiera recuperar el poder. Por otro lado, los criollos comenzaron a ver en este conflicto la oportunidad de separarse de España y forjar por fin, un México independiente. El proceso ideológico duró dos años. En muchos lugares, los criollos se agrupaban para encontrar soluciones revolucionarias a los siglos de dependencia española. Uno de estos sitios era Querétaro. Ahí, acostumbraban reunirse importantes criollos, entre los cuales estaban Juan Aldama, Miguel Hidalgo y Costilla, e Ignacio Allende. Pero su conspiración fue descubierta viéndose forzados a lanzarse a la lucha sin una estrategia definida. Así, la madrugada del 16 de septiembre, el cura Hidalgo congregó al pueblo en el atrio de la iglesia donde era párroco y los incitó a unírsele en una “causa” que se proponía derribar al mal gobierno. Liberó a los presos, metió a la cárcel a las autoridades españolas del lugar y comienzó su lucha. Con el levantamiento de Dolores, el movimiento a favor de la independencia se transformó. Las grandes masas trabajadoras entraron en escena. La opresión a que estaban sometidos, su miseria e incultura y su falta de organización, conviertieron su movimiento en súbito, anárquico y explosivo. Conforme el grupo avanzó a San Miguel, los labradores, peones de hacienda o miembros de la comunidades indias se fueron juntando. Se armaron con garrotes, hondas y machetes tras el sacerdote ilustrado quien a lo largo de su lucha armada, suprimió los tributos que pesaban sobre el pueblo; eliminó la distinción de “castas” y por primera vez en toda América, declaró abolida la esclavitud. En pocos días, las huestes del “generalísimo” Hidalgo, como le llamaba la gente, ya sumaban casi 100 mil hombres y en poco tiempo tomaron importantes ciudades como Celaya, Guanajuato y Valladolid, entre muchas otras, que aunadas a las victorias que se sucedían en el noroeste y centro del país daban fuerza a la idea independentista. Esta importante etapa de formación, culminó en 1811 con la muerte de Hidalgo y de otros importantes próceres del movimiento armado. La segunda etapa que se puede definir como una etapa de organización y definición de este movimiento, empezó tras la muerte de Hidalgo y se conoce como la etapa de Morelos. José María Morelos y Pavón, comienza a tener victorias en el sur y el centro del territorio nacional. Durante esta etapa, se definieron con claridad los propósitos del movimiento de independencia. El documento que mejor refleja el ideario social y político de Morelos es el conocido con el título de Sentimientos de la Nación donde por primera vez se planteó la independencia de México del dominio español. Durante esta etapa se ganaron muchas provincias del territorio nacional y el movimiento independentista, cobró forma. La tercera etapa, es la que corresponde a Vicente Guerrero y Javier Mina y abarcó los años de 1815 a 1821. Durante esta etapa, las fuerzas insurgentes comenzaron a desorganizarse y su lucha se dirigió a pequeñas provincias en el sur del país donde Vicente Guerrero había logrado mantener vivo el espíritu de la independencia, aunque con muy pocos triunfos. En esta etapa sobresale la participación de Francisco Javier Mina, liberal español que luchó y murió por la causa insurgente en 1817. Y en la ultima etapa, que es cuando se logró la consumación de independencia, Vicente Guerrero e Iturbide, son los principales actores. Tras once años de lucha, los criollos y el pueblo en general empezaban a ver perdida la revolucón. Sin embargo, un grupo de peninsulares y criollos que antes se opusieron a la lucha, se unen a ella y la fortifican. El nombre de José de Iturbide comienza a escucharse con respeto y tras una oportuna estrategia diplomática, logra hacer pactos y acuerdos que serían los pasos para que naciera el “Plan de Iguala” o de “Las tres garantías: religión única, unión de todos los grupos sociales e independencia de México”. Una vez firmado el Plan de Iguala, la independencia de México se había convertido en una realidad y es él, José de Iturbide quien el 28 de septiembre de 1821 hace su entrada triunfal a México acompañado del ejercito trigarante, confirmando así la independencia de México. Esto es a grandes rasgos, la historia de la lucha por la independencia de México, un pueblo que se ha esforzado por se libre y que se caracteriza por la fuerza, la determinación y el amor a la patria de sus hombres y mujeres. Pueden ser consideradas como causas internas aquéllas que se originaron en el interior de la sociedad mexicana como resultado de su propio desarrollo histórico, y se caracterizan por destacar algunos aspectos negativos de la acción colonizadora española. En general, todos estos posibles motivos fueron señalados desde los primeros momentos del proceso independentista, a veces por los mismos protagonistas de los acontecimientos, por lo que suelen tener una intención más justificativa que explicativa. Así, por ejemplo, cuando se atribuye el deseo de independencia a la corrupción administrativa y la inmoralidad burocrática por parte de las autoridades españolas, o a la relajación de las costumbres del clero, se trata de destacar algunos casos, que sin duda fueron tenidos en cuenta por los patriotas, pero a los que no puede atribuirse un carácter generalizado a toda la administración y a todos los territorios. En México, también el bajo clero, como muestra la destacada participación de los sacerdotes Miguel Hidalgo y José María Morelos, colaboró con los revolucionarios y tuvo una participación destacada en la independencia. Otras posibles causas aducidas reiteradamente, como la crueldad y el despotismo con que eran tratados los indígenas y las restricciones culturales impuestas por las autoridades españolas, están en abierta contradicción con algunos datos de la realidad. En el virreinato de la Nueva España, muchos indígenas militaron en el bando realista, lo que dio a los enfrentamientos en esos territorios un carácter de verdadera guerra civil. La existencia de universidades en muchas de las más importantes ciudades hispanoamericanas, así como la formación cultural en las mismas de los propios caudillos independentistas son otros tantos argumentos en contra de la generalización de las razones mencionadas, necesitadas de precisiones que alteran considerablemente su interpretación, como sucede con la rivalidad entre criollos y españoles, con la consiguiente postergación de aquéllos, y el establecimiento de un régimen de monopolios, gabelas y trabas, que dificultaba el desarrollo de la economía americana y frenaba el crecimiento de su capacidad productiva. La legislación española no diferenciaba entre los españoles peninsulares y americanos, por lo que el problema se planteaba, igual que en España, entre los naturales de una región, provincia o reino que aspiraban a ocupar los puestos de la administración en su tierra y los 5 que provenían de otras zonas, ocupaban los cargos y desplazaban a los naturales, generalmente por residir en la corte o tener valedores en ella. En cuanto al sistema económico, su influencia se vio disminuida por el incumplimiento sistemático de la normativa, el contrabando y la escasa capacidad industrial de los territorios americanos. Más bien fueron las medidas económicas de carácter liberal que venían implantándose desde el siglo XVIII las que estimularon en la burguesía criolla un creciente deseo de libertad mercantil.
Posted on: Thu, 22 Aug 2013 23:01:39 +0000

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