El reloj, como señaló Lewis Munford, es la máquina clave de la - TopicsExpress



          

El reloj, como señaló Lewis Munford, es la máquina clave de la era de las máquinas, tanto por su influencia en la tecnología como en las costumbres humanas. Técnicamente, el reloj fue la primera máquina realmente automática que alcanzó alguna importancia en la vida humana. Antes de su invención, las máquinas comunes eran de tal naturaleza que su funcionamiento dependía de alguna fuerza externa y poco confiable, como la del hombre, la de los músculos del animal, la del agua o la del viento (...) El reloj fue la primera máquina automática que alcanzó una importancia pública y una función social. La manufactura de los relojes fue la industria en la cual el hombre aprendió los elementos para construir máquinas y en la que logró la habilidad técnica necesaria para producir la complicada maquinaria de la revolución industrial. Socialmente el reloj tuvo una influencia más profunda que cualquier otra máquina, porque fue el medio por el cual se pudo lograr la regularización y regimentación de la vida, tan necesarias para el sistema de explotación industrial. El reloj suministró el medio por el cual el tiempo -una categoría tan ambigua que ninguna filosofía ha podido aún determinar su naturaleza- pudo ser medido en los términos más tangibles del espacio provisto por los cuadrantes del reloj. El tiempo, en tanto duración, dejó de ser tenido en cuenta, y los seres humanos empezaron a hablar y a pensar siempre en extensiones de tiempo, como si estuvieran hablando de medidas de alguna tela. Ahora que podía medirse en símbolos matemáticos, el tiempo fue considerado como una mercancía que podía ser comprada y vendida como cualquier otra. Los nuevos capitalistas, en particular, se volvieron rabiosamente conscientes del tiempo. Éste, simbolizando el trabajo de los obreros, fue considerado casi como la principal materia prima de la industria. “El tiempo es dinero” se volvió una de las consignas clave de la ideología capitalista, y el cronometrista fue el más importante de los nuevos tipos de funcionario introducido por el designio del capitalismo (...). Los hombres se volvieron como relojes, actuando con una regularidad repetitiva sin ninguna semejanza con la vida rítmica de un ser natural. Se volvieron como dice la frase victoriana, “tan metódicos como un mecanismo de relojería”. Sólo en las regiones campesinas, donde la vitalidad natural de animales y plantas y los elementos seguían dominando la vida, continuó existiendo un sector bastante grande de la población que no sucumbió al mortal tic-tac de la monotonía. Texto tomado de Trabajos forzados (EidonLink magazine) página 14: es.scribd/doc/119516808/Nuestro-pan-duro-diario
Posted on: Sun, 27 Oct 2013 08:11:21 +0000

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