El vertiginoso ritmo del mundo actual El vertiginoso ritmo del - TopicsExpress



          

El vertiginoso ritmo del mundo actual El vertiginoso ritmo del mundo actual exige tanto de nuestro tiempo y energías, que a menudo relegamos las cuestiones espirituales a un segundo plano. Jesús no dejó ninguna duda en cuanto a qué debe ocupar el lugar principal en la vida de los que iaceptan su acaudillamiento. “Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de Dios”, dijo (Mateo 6:33). Nos enseñó a hacerlo mediante su ejemplo. Al final de los cuarenta días de ayuno, meditación y oración que siguieron a su bautismo, se enfrentó a una tentación. Satanás el Diablo le ofreció la gobernación de “todos los reinos del mundo”. Imaginémonos cómo habría sido la vida de Jesús de haber aceptado la oferta del Diablo. Sin embargo, él estaba centrado en hacer la voluntad de su Padre. Sabía, además, que esa vida en el mundo de Satanás sería breve. Por tanto, rechazó al instante la oferta con estas palabras: “Está escrito: ‘Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es solo a él a quien tienes que rendir servicio sagrado’”. Poco después, “comenzó a predicar y a decir: ‘Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado’” (Mateo 4:2, 8-10, 17). Cristo fue un proclamador de tiempo completo del Reino de Dios durante el resto de sus días en la Tierra. Hacemos bien en imitar a nuestro Caudillo (Marcos 1:17-21). Sería muy insensato enredarnos tanto con metas mundanas, que los intereses del Reino pasaran a un segundo plano. Jesús nos ha confiado la predicación del Reino y la obra de hacer discípulos (Mateo 24:14; 28:19, 20). Es posible que tengamos una familia y otras obligaciones que cumplir, pero ¿no nos alegra dedicar tiempo después del trabajo y durante los fines de semana a atender nuestros deberes cristianos de predicar y enseñar? Los Evangelios presentan a Jesús como alguien dinámico, pero, a la vez, compasivo. Al ver las necesidades espirituales de quienes lo rodeaban, se compadeció de ellos y de buena gana les ofreció ayuda (Marcos 6:31-34). Nuestro ministerio se convierte en una fuente de alegría cuando lo llevamos a cabo motivados por amor a nuestros semejantes y por un deseo sincero de ayudarlos. Nosotros también debemos ser regulares y diligentes en el ministerio. Saludos
Posted on: Sun, 06 Oct 2013 03:24:50 +0000

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