El viejo cuarto de mama Amaba a mi madre más que a todos, pero - TopicsExpress



          

El viejo cuarto de mama Amaba a mi madre más que a todos, pero ahora le temo, no sé como salir de su cuarto, ella golpea por momentos la puerta con los puños, puse su antigua cama para evitar que entre; cuando era niña mamá me contaba cuentos de terror, siempre con finales felices, que extraño que en un cuento de terror el espíritu descubra que debe descansar en paz, siempre me pregunté como será estar muerto, jamás pensé en como moriría, ella fantaseaba con que papá le era infiel, mi padre no haría eso jamás, menos con quien ella pensaba. Una tarde que regresaba del trabajo fui directamente a su cuarto, se escuchaba que ella se quejaba por algo, al entrar lo que vi fue espantoso, sentí como si se me helara la sangre en las venas, quedé tiesa, dura del susto, Mamá había matado a papá, tenia un cuchillo que usaba para deshuesar el pollo, y jugaba con las tripas de mi padre, sin estar conforme con apuñalarlo lo había abierto del cuello a los genitales y sacaba sus órganos, ella lo imaginó siéndole infiel. Me creí morir del dolor, la enviaron al hospital psiquiátrico, lleva ya dos años allí, yo me casé con el deseo imperioso de formar una familia, mi esposo era todo lo que soñé en mis treinta años, tenia una vida normal, estudiaba leyes, yo trabajaba como secretaria de una doctora, llegaba a mi casa y solo anhelaba cenar con Juan e ir juntos la cama. Siempre quise abrir el viejo cuarto de mamá, la casa estaba ya muy antigua, intenté venderla pero con los hechos que aquí ocurrieron jamás lo logré, en el barrio le decían la casona de los crímenes, mi abuelo la había comprado en un remate cuando contrajo matrimonio por muy poco dinero puesto que el dueño anterior, después de asesinar a su esposa e hijos, intentó prenderla fuego, parecía ser un lugar destinado a los homicidios, mi abuela; madre de mi madre; se suicidó en el cuarto que más tarde fue de mamá, como iba yo ahora habitar aquella húmeda y escalofriante Habitación después de los hechos tormentosos allí ocurridos. Con Juan estábamos ahorrando dinero para comprar un departamento y mudarnos para no caer en la maldición que parecía tener la casa, fue una pena no poder irnos de aquí, justo la noche anterior a la mudanza aconteció lo temido. Era una cálida noche de estío, las estrellas brillaban como nunca en su firmamento, regresábamos de festejar nuestro primer aniversario de casados, cuando notamos que la puerta principal había sido forzada, Juan me pidió que me quedara en la vereda, pero yo lo acompañé hasta el porche, se oían ruidos raros como si alguien corriera descalzo por la casa, él ingresó, por largos minutos no se escuchó nada, hasta que después pude oír un grito de dolor de mi esposo, entre cegada a la casa, encendí la luz del living y nada, recorrí todo abajo, subí lentamente las escaleras, hasta que allí lo vi a mi amor, estaba junto a la puerta del baño todo ensangrentado, tenia abierto el pecho como papá, grité como loca, lo abrace estremecida, hasta que sentí que alguien me jalaba del cabello, miré para arriba, era mamá, - Eres la perra que fornica con mi marido.- Gritó alzando su cuchillo. - ¡No!…mirame bien mamá soy yo Julieta…tu hija. – Le dije sollozante. Ella me sonrió, logré quitarle la mano de mi pelo, corrí al viejo cuarto, donde me encerré con llave, ella comenzó a golpear con los puños mientras me maldecía, intenté huir por la ventana, pero estaba tapada desde afuera con maderas, no sabia que hacer, gritaba a la gente afuera pero parecían no escucharme. Cada minuto era una agonía, no podía dejar de pensar en Juan, mi dulce y comprensivo esposo, víctima de la crueldad de mamá, ahora ella me quiere a mí, como podía hacer para salir, pensé en matarla, busque algo con que hacerlo pero en el viejo cuarto solo había un cristo en la pared corroído por el tiempo que perteneció a mi abuela, entre la humedad y el terrible calor que hacia afuera estaba ahogándome. No podía creer que mi madre después de cinco largos días, no se cansara del otro lado de la puerta, que los vecinos no levantaran sospechas con todos los gritos de la noche en que asesino a Juan, ya no tenia fuerzas, intentaba ponerme de pie y me caía, los pensamientos de beber y de comer me enloquecían, tragar saliva me dolía y la garganta la tenia cada vez mas trecha, veía borroso y todo giraba en mí mente, ya no tenia que vomitar en mi estómago, cerré los ojos agotada. Unas voces desconocidas me hicieron reaccionar, alguien había entrado en la casa, seguramente la policía, miré por entre las maderas hacia la calle, al fin, dos ambulancias y varios vehículos de la ley, alguien forzó la puerta del viejo cuarto en donde yo estaba falleciendo víctima de mi madre, un oficial entró, – ¡Esta acá!… – exclamó sin mirarme. Me levanté como pude, una escalofriante revelación vino a asecharme, vi mí cuerpo inerte junto a la ventana, tenia el cuchillo que usaba mamá para deshuesar el pollo en mi mano derecha, y las venas de mi mano izquierda cortadas, salí del cuarto atormentada, una camilla se llevaba a Juan, busque a mamá pero no la hallé. Escuché a un oficial que tomaba nota; Mujer de treinta, Julieta Ávila, asesinó al marido por la espalda y se quitó la vida en aquel cuarto, la vecina de al lado quien estaba como testigo dijo, - La pobre tiene a la madre en un psiquiátrico por matar al padre de igual manera. – Declaró. Miré hacia la calle como la ambulancia llevaba mi cuerpo, una pregunta vino a mí, ¿Estaría eternamente en el viejo cuarto de mamá? – Pensé en Juan, el pobre murió por mi mano, recordé como entré con él a la casa aquella infortunada noche, fui a preparar café, me era infiel lo había visto aquella tarde en su oficina con la secretaria de su jefe, iba a dejarme y cuando lo vi de espaldas lo apuñalé quince veces, hice lo que todas en la familia me vengué. Ahora veo a una mujer que habita la casa, poniendo veneno en la cena de toda su familia. La ultima sombra
Posted on: Thu, 08 Aug 2013 06:47:47 +0000

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