En cuanto a la música, The Fall prefería lo que Smith llamaba lo - TopicsExpress



          

En cuanto a la música, The Fall prefería lo que Smith llamaba lo realmente intenso. Música narcótica, en su mayoría, pero no de la clase que apela a un pastoralismo extático o a la bufonería cósmica. En vez de eso, The Fall entraba en trance con la monotonía primal de Can; con el abrasivo ruido blanco metanfetamínico de The Velvet Underground; con las bandas punkadélicas de los sesenta como The Seeds, que sólo tenían un único riff de teclado y lo reciclaban al infinito. Estas son las tres R/ las tres R/ Repetición, repetición, repetición, remataba Smith en el tema y declaración de principios fundamentales de The Fall Repetition. Con su desprecio por la música elaborada- el rock sobreproducido que estaba a la orden del día en el mainstream-, Repetition ejemplificaba a la perfección la ambición de Smith en aquella primera época: hacer música cruda con voces realmente extrañas encima. La crudeza estaba a cargo de las delgadas y quejumbrosas líneas de guitarra de Bramah, los inestables pinchazos del órgano de Baines (tocados en el horrible teclado Snoopy, una baratija calificada por la revista Sounds como el peor teclado disponible en el mercado), el bajo saltarín de Friel y las destartaladas baterías de Karl Burns. El elemento vocal enfermo era provisto por la voz cansina y monótona de Smith, medio cantada y medio hablada, y su curtida insolencia (Simon Reynolds, Postpunk. Romper todo y empezar de nuevo)
Posted on: Mon, 04 Nov 2013 22:37:06 +0000

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