En un lugar de la tierra había un pueblecito cuyo nombre no hace - TopicsExpress



          

En un lugar de la tierra había un pueblecito cuyo nombre no hace al caso para esta historia. Dicho pueblo estaba gobernado por un alcalde austero y exigente. Entonces los del pueblo empezaron a protestar contra él. El jefe de la oposición vio su oportunidad de hacerse con el poder y en nombre de la democracia levantó al pueblo contra el alcalde, prometiendo consultar todas las cosas con el pueblo soberano. El alcalde austero y exigente fue obligado a dimitir por el pueblo soberano, y en su lugar eligieron democráticamente al progresista. La primera actuación del nuevo alcalde fue preguntar al pueblo si quería que rebajase los impuesto, y el pueblo, democráticamente y por mayoría absolutísima votó que sí, gritando a pleno pulmón: ¡Viva la democracia! . Pasado algún tiempo volvió a preguntarles si querían que subiera los sueldos y los salarios de todos, y el pueblo, democráticamente y por mayoría absolutísima, dijo que sí, y volvió a gritar loco de contento ¡Viva la democracia! No habían pasado muchos meses cuando el alcalde sometió a la voluntad del pueblo una nueva propuesta preguntándoles si deseaban que aumentase el presupuestos para las fiestas del pueblo con el fin de que todos se divirtieran gratis. Y otra vez el pueblo siguió votando que sí. El pueblo estaba loco de contento con su nuevo alcalde por su excelente política social. Ningún alcalde anterior había conseguido aumentar tanto el bienestar social del pueblo en tan poco tiempo. Y el alcalde, muy ufano, presumía de esto ante sus vecinos. En este plan vivían felices y contentos los vecinos de aquel pueblo, hasta que llegó un fin de mes y el alcalde no tenía dinero para pagar a sus funcionarios, y las facturas por los gastos hechos empezaron a acumularse en sus cajones. Pero no hubo problema: El buen alcalde fue al Banco, pidió un préstamo y todo solucionado, Y así un mes tras otros, hasta que el Banco se negó a concederle más crédito. Entonces el alcalde llamó al pueblo, le explicó la mala situación económica y les propuso aumentar los impuestos y rebajar los sueldos para solucionar el problema, pero el pueblo, democráticamente, por mayoría absolutísima, y sin cantar viva la democracia, votó que no aceptaba la propuesta del alcalde. ¿Y que pasó? Pues que como el alcalde no podía pagar lo que debía el Ayuntamiento llegó la justicia, y sin consultar al Alcalde ni al pueblo soberano embargó los bienes del ayuntamiento, y nombró una Comisión Gestora que se encargase de poner orden en tanto desgobierno. Viva la democracia, sí, pero cuidado con tanto demócrata que confunde la libertad y el orden con el libertinaje y el desgobierno.
Posted on: Fri, 28 Jun 2013 20:09:14 +0000

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