Es la más joven de la Argentina y un verdadero ejemplo de inclusión social: La Sinfónica de Varela llevó su música clásica al teatro Coliseo (ESTUPENDA NOTA) Nació en 2013 para darles continuidad en ese municipio a las orquestas juveniles que se inspiraron en el modelo venezolano. En la actualidad estudian 1800 alumnos. Este fin de semana musicalizaron el ballet de Iñaki Urlezaga. Por: Roly Villani Es el más nuevo organismo sinfónico del país, está formado por músicos del Conurbano y anoche deslumbró al público en el Teatro Coliseo junto al ballet de Iñaki Urlezaga. La orquesta Sinfónica Municipal de Florencia Varela nació en febrero de 2013 con un doble objetivo: por un lado, permitir a los jóvenes integrantes del Programa de Orquestas Juveniles de esa ciudad de continuar con el desarrollo de su vocación y, por otro, llevar la música académica a diversos puntos de la provincia, incluyendo la actuación en salas no convencionales y escuelas. Tomando como referencia y modelo el proyecto de Orquestas Juveniles e infantiles de Venezuela, el director Osvaldo Aguilera arrancó este sueño con un grupo de quince jóvenes en el año 2005. Hoy el proyecto nuclea a 1800 alumnos distribuidos en varios niveles de ejecución y en seis nodos distribuidos en el centro de Varela y en los barrios periféricos de ese partido del sur del Gran Buenos Aires que tienen más limitaciones de transporte. Macarena Mendoza está en el proyecto desde el inicio. Yo estaba en quinto año y Osvaldo me ayudó tanto, me incentivaba a seguir tanto que lo convertí en mi pasión, asegura. Desde el año pasado, cuando se decidió la creación de la Sinfónica Municipal, Darío Domínguez Xodo se encuentra al frente del cuerpo como director. Lo que se proponga Osvaldo va a ser realidad, dice, cuando le preguntan por el proyecto. Cuando llegué, la orquesta ya estaba funcionando, y lo que más me sorprendió fue la enorme solidaridad que vinculaba a los chicos, asegura. El hecho de que los alumnos más avanzados les enseñen a los que se están sumando hace que se dejen de lado las competencias, hay un enorme apoyo de unos a otros y cada logro individual se vive como una satisfacción colectiva. Por supuesto que un proyecto de esta envergadura convocó a gente de otros lugares de afuera de Varela: algunos de ellos que tienen menos de veinte años terminaron mudándose al distrito –convertido en inesperado foco musical– , y hoy ensayan cuatro horas diarias. A LA FACULTAD. La orquesta actuó el 24 de agosto en el Aula Magna de la Facultad de Derecho con un programa que incluyó obras de Tchaikovsky, Ginastera, Moncayo y Márquez y por estos días prosigue con las funciones de La Traviata de Verdi, un emprendimiento operístico de calidad infrecuente fuera de Buenos Aires. Con La Traviata tocamos en localidades que veían opera por primera vez –se entusiasma Domínguez Xodo–. En realidad, esta movida cultural está haciendo casi todo por primera vez, agrega. Este montaje –que se estrenó el 9 de agosto en Florencio Varela– cuenta además con la règie, escenografía y vestuario de María Concepción Perré y María de la Paz Perré, iluminación de Esteban Ivanec, coro dirigido por Juan Casasbellas y los principales papeles en las voces de Laura Polverini, Santiago Ballerini, Juan Carlos Vasallo, Ernesto Bauer, Roxana Devigiano, Sebastián Russo y Juan Feito. ESTADO PRESENTE. La Orquesta Escuela de Florencio Varela es un programa conjunto de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires y del Ministerio de Educación de la Nación. Con él se busca brindar a los sectores más vulnerables de la sociedad la posibilidad formativa de modificar su realidad y su entorno a través del aprendizaje del instrumento enmarcado en la práctica orquestal. Al igual que el Ballet Federal que dirige el bailarín Iñaki Urlezaga, el proyecto surge desde un Estado presente que ofrece un espacio para la inserción social a través de la cultura, con talleres de formación y actividades abiertas a la participación de toda la comunidad en forma gratuita. La creación de la Orquesta Municipal, por su parte, corrió por cuenta de la Intendencia Municipal. A la par del nivel artístico que se desarrolla en los alumnos –que se complementa ahora con este paso de la formación de una Orquesta Muncipal– estamos pensando en proyectos de envergadura: una sinfonía de Tchaicovsky, un poema sinfónico de Mahler o la ópera completa de Verdi, es decir, estamos trabajando sobre la construcción del público de música clásica con proyectos de un gran nivel, con solistas que cantan en el teatro Argentino de La Plata o en el Teatro Avenida, agrega Domínguez. Los chicos que menciona el director, que semanas atrás se embarraban los pies cuando terminaron de tocar en una escuela del conurbano, estaban anoche en el foso del Teatro Maipo deslumbrando al público y al ballet de Urlezaga. Tengo la convicción de que la música sinfónica o clásica es para todo el mundo y si en algún momento aparece un sectarismo es porque no se tiene acceso, es prejuicio de quien no tuvo la posibilidad de conocerla, afirma el director. Domínguez Xodos se autocalifica como un ex violinista, porque su actividad docente y como director lo aleja cada vez más del instrumento. Inició su formación musical con su madre a los seis años y más tarde ingresó al Conservatorio de Música de Tandil, donde estudió violín, piano, música de cámara, análisis musical y dirección coral. La verdadera graduación de la Orquesta será a fines de noviembre, dicen, cuando los 60 jóvenes de la orquesta se sumen en Florencio Varela al concierto que ofrecerá allí la Orquesta Sinfónica Nacional. La alegría de Macarena Nadie pensó que yo iba a poder estudiar violín porque tuve una enfermedad y no podía mover las manos, asegura Macarena Mendoza, de 26 años, violinista de la Sinfónica Municipal de Varela. Cuando estuve más o menos recuperada fui a la orquesta sin consultar, a escuchar cómo sonaba, y me sentaron a tocar, recuerda. Entonces, le dije a la junta médica que quería tocar violín y me decían que no, que podía ser contraproducente, supongo que tenían miedo de que me frustre. Macarena pasó de no poder abrir una puerta o una botella a tocar el violín en una orquesta. Fue algo que sorprendió a todo el mundo, dice. Para integrar la orquesta, Macarena se presentó a concurso, de modo que su posición en la Sinfónica Municipal no sólo habla de su voluntad y esfuerzo, sino del nivel interpretativo que logró. A los quince años le diagnosticaron factor reumatoideo positivo, una enfermedad autoinmune y crónica que ataca las articulaciones y las va destruyendo. Estuve dos años en el Hospital Elizalde, de Capital, y ahora sigo en tratamiento en el Interzonal de Varela, comenta. No hay posibilidad de cura, pero su fuerza de voluntad y su talento son más fuertes. Macarena tiene no sólo la voluntad para superarse en su situación, sino que siempre es candidata a cualquier cosa. Cuando es necesario cubrir un puesto en alguna otra orquesta del sistema porque hay que reforzar, ella es siempre candidata, comenta Domínguez Xodo. A ella, como a tantos chicos, este proyecto les ofrece la música como opción laboral, agrega. Ya no es más alumna, no tiene edad para ello. Pero se desempeña como docente de violín en la escuela de Villa Itatí, en la localidad de Quilmes, bajo la órbita de Cultura de la Nación. La sensación de que la música no es una actividad que permita vivir generó el clásico de que a los músicos se les pregunte de qué trabajan. Yo soy música, se enorgullece y se defiende Macarena cada vez que le hacen esa pregunta. Vive en Varela con su familia integrada por sus padres y dos hermanos más. El padre es gastronómico y trabaja en Capital y su mamá tiene una discapacidad motriz severa. No imagino la vida sin orquestas, voy caminando por las calles de Varela y se escuchan los sonidos de los violines o los vientos, redondea, musicalmente, Macarena. De origen venezolano En Venezuela se lo conoce como El Sistema. Se trata de un programa de educación musical, originalmente llamado Acción Social para la Música, creado a instancias del economista y músico local José Antonio Abreu. En 1995, Abreu fue designado por la Unesco embajador especial para el desarrollo de una Red Global de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles, que llegó a tener 120 orquestas juveniles y otras 60 infantiles, con un número aproximado de miembros de 350 mil. El proyecto busca que la música dé protección a la niñez por medio del entrenamiento, rehabilitación y prevención del comportamiento criminal. La iniciativa, que obtuvo en 2008 el premio Príncipe de Asturias de las Artes, tiene entre sus máximos exponentes a la Orquesta Sinfoníca Simón Bolívar.
Posted on: Sun, 17 Nov 2013 10:47:48 +0000