Esta rápida ojeada a la historia de la elaboración de los libros - TopicsExpress



          

Esta rápida ojeada a la historia de la elaboración de los libros bíblicos nos facilita descubir el "misterio" de su origen y nos lleva a concluir que las Escrituras santas no fueran redactadas "de un tirón", sino elaboradas durante centenas de años. La elaboración de la Biblia ha tenido una larga historia, cuya reconstrucción está llena de dificultades; no es, ni mucho menos, un libro caído del cielo como pretende serlo el Corán. Hay que hacer notar que antes de que existieran los libros sagrados, es decir la palabra de Dios puesta por escrito, la tradición hablada (oral) está presente con anterioridad. Esta comunicación hablada se mantiene en las escrituras y afecta a los mismos textos. Un ejemplo que nos dará luz es el libro de Nehemías, uno de esos libros del AT que cuando uno los ve en el índice no tiene ni la menor idea de qué tratan o para qué pueden estar en la Biblia o por qué son Palabra de Dios. Pues bien, este libro trata en su capítulo 8 de un momento tremendo para el pueblo de Israel, la tragedia nacional del destierro. En este momento histórico el pueblo sufre por esta herida terrible y necesita "hacer memoria", reencontrar las raíces de su propia historia. Y lo hace escuchando el libro de la ley de Moisés que el Señor le había dado a Israel (Neh 8,1). Podemos concluir, por tanto, que el "libro de Moisés" es la memoria de Israel puesta por escrito. Estamos ante un recorrido que va de las palabras guardadas en la memoria a la puesta por escrito en el libro. El pueblo de Israel necesita orientarse hacia el futuro, pero requiere recordar su pasado, y esa memoria ahora escrita es considerada un tesoro de la comunidad. El libro, lo escrito cobra un nuevo y especial significado para la comunidad. En realidad los libros sagrados surgen de la comunidad y van dirigidos a la comunidad y las Sagradas Escrituras comienzan a tomar un nuevo papel en la familia, los santuarios y el Templo. En el Nuevo Testamento ocurre algo muy parecido, pues como podemos recordar nuestro Señor Jesucristo no dejó nada escrito, pero los discípulos guardan en su memoria todo lo dicho por Jesús -recordemos que en la época antigua se usaba y ejercitaba mucho más la memoria que hoy en día-. En el Nuevo Pueblo de Dios se da una transición espontánea de la palabra hablada a la escrita. Un primer ejemplo nos lo proporciona un comentario de San Pablo al final de su vida: «Pues dice la Escritura: "No pondrás bozal al buey que trilla" y "el que trabaje merece su salario"» (1 Tim 5,18; Dt 25,4 y Lc 10,7), donde se citan a la vez como escritura un texto del AT y una frase de Jesús. Otros ejemplos se pueden leer en los escritos de San Pedro, cuando pone en el mismo plano las cartas de Pablo y los escritos del AT (Cfr 2 Pet 3, 14-16); y de San Juan, cuando amenaza a quien se atrae a añadir o a quitar algo de las palabras de su libro profético (Apc 22, 18-19). Es sabido que Cristo cita muchas veces el AT, reconoce su autoridad, pero se sitúa por encima de Moisés, de Salomón y del Templo (Mt 12, 1-6; 41-42); y por eso, la primitiva Iglesia tiene conciencia de tener en los Evangelios la definitiva Palabra de Dios.
Posted on: Mon, 07 Oct 2013 19:00:29 +0000

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