Este espacio es para que todos publiquen historias de miedo, - TopicsExpress



          

Este espacio es para que todos publiquen historias de miedo, terror, suspenso, o algún suceso extraño que les haya pasado que involucre algo paranormal. Al ver que no se animan me he tomado la libertad de publicarles una historia muy cortita mía. (Para que se animen) Un día muy caluroso de trabajo. Un hombre había llegado a la tienda Denys y Anny situada en la calle Sol. (No había llegado ni un cliente desde la mañana de ese día, y el somnoliento empleado que estaba recostado sobre el mostrador, a lado de la caja registradora, se sobresaltó cuando, a las ocho en punto de la noche, un hombre con aspecto sombrío, entró, casi como sí de un fantasma se tratase, muy lentamente al establecimiento) Eliot, el empleado, soltó un bufido burlesco al ver los trapos con los que vestía el primer cliente de todo el día: Una desgarrada y mohecida túnica negra con capucha que barría el suelo tras él. Con una sonrisa en la cara, Eliot se acomodó firme en la butaca para esperar y recibir al cliente. El cliente se perdió en la última sección, en donde se encontraban los refrigeradores y, cinco minutos más tarde, cabizbajo, se estaba dirigiendo tan lentamente, como una perezosa tortuga, al mostrador aferrando una botella pequeña de agua. Eliot curvó una ceja (no podía creer con la lentitud con la que caminaba aquel tipo), y, con tono burlón, exasperado ya, dijo: -No se preocupe señor, tengo todo la noche para usted. El hombre pareció no escuchar aquello, porque mantuvo el ritmo de sus pequeñísimos pasos y no levantó la mirada. O, simplemente, no le dio importancia al descortés comentario. Pasaron otros cinco minutos hasta que el hombre de oscuros ropajes hubo casi llegado al mostrador. En este lapso de tiempo Eliot se hacía mil interrogantes que no tuvo la cortesía de guardárselas todas para sí y dijo: -¿Es usted cojo o así camina? ¿Se encuentra bien o llamó al servio de tortugas anónimas? ¿Tiene una piedra en el zapato o una astilla en el pie? ¿Está tratando de burlarse de mí? ¡Vamos! ¿Por qué es tan lento usted? ¡Por qué no camina más rápido por todo los santos! Al hombre nada de aquello le importó, porque seguía manteniendo su ritmo y no hizo ademán de estar enojado. Cuando éste hubo llegado, colocó tranquilamente la botella de agua en el mostrador, y, con una débil, pero fría voz, dijo: -La cuenta. -Hace siete días -dijo burlonamente Eliot-. Sí hace siete días fue Halloween. -¿Disculpa? -interrogó desconcertado el hombre con la vista aún fija en el piso. -Me pediste la cuenta ¿No? Y fue hace siete días que fue Halloween -Eliot se rió a carcajadas de su propio chiste—. No, pero ya enserio ¿Qué onda con tus ropas? Se qué no eres vagabundo, porque por esta zona no hay vagabundos, sólo hay gente adinerada. Ósea, mira, yo solo trabajo aquí, porque mis padres me odian ¿tu me entiende no? ¿De qué familia eres? ¿Por qué usas esos trapos? ¿Y Por qué miras al piso? ¿Buscas algo o te duele el cuello? -La cuenta. Tengo prisa. Estas últimas palabras Tengo prisa desataron en Eliot un convulsivo ataque de risa que tuvo que secarse la lágrimas al tiempo que se agarraba la panza del dolor que le provocaban las contracciones. -¿Tienes prisa? ¿En serio? ¿Y por qué caminabas tan lento? ¿O para ti eso era rápido? ¿Eres más lento aún? -nunca había usado los pies, imbécil. La cara de Eliot quedó paralizada en una mueca de asombro. -¿Disculpa? ¿Imbécil yo? Mira que tu eres el imbécil, portando esa ropa y ese caminar ridículo, tonto, patán, además no creo venderte... -¡Cállate! -gritó el hombre cabizbajo sin levantar la mirada- ya voy retrasado a mi última sita de trabajo, pero tu has logrado un... ¿Cómo lo llaman ustedes? O sí, un milagro. Voy retrasado y tu haz logrado un milagro para alguien. El hombre comenzó a erguirse lentamente y, finalmente, Eliot pudo ver a la cara al hombre: no tenía carne, ningún ligamento o vena. Era sólo hueso. Era la muerte. La muerte siguió hablando. De sus ojos brotaba un bao azuloso que brillaba. -Ésta era la primera vez que uso mis pies. No es necesario para mí usarlos, simplemente levito en el aire o aparezco y reaparezco en algún lado si así lo quiero. Pero este día a habido mucho trabajo y en toda mi vida, o debería decir en toda mi muerte jamás había sentido sed. No quería llamar la atención así que usé mis pies para llegar aquí. Sólo quería tomar un poco de agua para ir a mi último encuentro de este día: una mujer está en el hospital, fue atropellada y está moribunda y tenía que ir a por ella, llevármela al averno donde será juzgada, pero remplazaré su alma por la tulla. Para ella y su familia será un... Milagro. Pero en realidad sólo será una falta mía. Pero la dejaré vivir mucho tiempo más, porque tu tomarás su lugar. La muerte destapó y levantó la botella de agua que sostenía con una mano normal (forrada de carne y piel) pero en instantes, cuando bebía de la botella, la mano adquirió un aspecto más huesudo hasta quedar en sólo hueso, arrojó la botella tras de sí, y, con una hoz dorada que se materializó en el aire, le arrancó la cabeza y se llevó su alma. La mujer del hospital no murió, porque la muerte había cumplido su trabajo del día, un caluroso día de trabajo. .... Si les gustó no olviden dar like y compartir, así atraeremos a más gente.
Posted on: Fri, 29 Nov 2013 03:24:06 +0000

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