GILDO EN SU LABERINTO: Sobredosis de inauguraciones, promesas y mentiras La actitud del líder provincial de los justicialistas y las decisiones adoptadas para la presente campaña electoral provocan desorientación en la dirigencia de segunda línea y en la militancia de base del partido del gobierno, que no sabe qué pasa ni porqué Gildo dice y hace cosas que antes no decía ni hacía. El primer mensaje desorientador de Insfran a la propia tropa fue antes de las PASO, dirigido a Díaz Roig y al kirchnerismo nacional: dejó librado a su suerte al candidato kirchnerista, el resistido Juancho Díaz Roig. Pero ese abandono, como un boomerang, volvió y pegó en el centro de la soberbia del lider formoseño, el mesías de los nuevos tiempos de la Formosa moderna, perdió la elección en la capital provincial. Por ello y en plan de reparación de daños,decidió cambiar el eje de la disputa electoral,escondiendo al candidato de Cristina en el baúl que supo traer, alguna vez y hace tiempo, de Laguna blanca,colocándose en el centro de la escena: Gildo o Buryaile, convencido de que él es imbatible, porque es sobre esa imbatibilidad que asienta y funda todo su poder y su reino. Para seducir a jóvenes y docentes (que le dieron la espalda en las PASO)digitó como candidatos a Rodrigo Vera y a rubén Chavez, el maestro heredero de Luis Branchi. Pero como de carne somos, se dió el gran gusto de la dulzura de la venganza personal: borró del mapa electoral a todos los kirchneristas locales, cuyos sublemas fueron bochados del FPV. Pero lo que más desorienta y preocupa a los seguidores del barbado de Laguna blanca son las maratónicas giras de inauguraciones, sobre todo de aquellas obras inconclusas y que al otro día siguen cerradas y lo que Tu Voz calificó como la maquina de hacer promesas, para cuya ejecución se necesitarían , por lo menos, diez ejercicios fiscales. La ansiedad por la situación se agravó cuando el lider infalible, como un papa nuestro, apeló a votar por el color de la boleta, la azul. Ya no hay dirigente ni puntero del gildismo que asegure el triunfo, como antes, cuando la elección sólo era un paseo electoral del oficialismo gobernante. Esa sobredosis de inauguraciones y de promesas, al parecer causaron el efecto que causa cualquier sobredosis: negativo, lo que se vió en el Día de La Lealtad, cuando no se pudo llenar el estadio Cincuentenario, en el acto de las escuelas del barrio Juan Manuel de Rosas con escasa cantidad de vecinos y en la decisión de violar la veda electoral de actos oficiales, sin perder la fe ni la esperanza de que eso dará resultado, como lo daba antes. Lo cierto es que la febril campaña electoral del hacedor de la Formosa Moderna o el segundo Luis Jorge Fontana, provocó temor entre sus seguidores y entusiasmo en los opositores. Sin embargo ni unos ni otros se atreven a asegurar un resultado: los oficialistas afirman que la cosa esta difícil, en tanto que los opositores hablan de que estamos bien. De cualquier manera esta incertidumbre hará que los ciudadanos formseños se vayan a dormir el 27 de octubre sin saber quién ganó, porque el recuento de los votos en las propias mesas electorales será sumamente lento y engorroso, como lo adelantara la jueza electoral, debido a la incompresible cantidad de sublemas presentados.
Posted on: Tue, 22 Oct 2013 08:27:51 +0000
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