GLOBOLIGHT / SOLEDAD MORILLO BELLOSO Nadie ha sido tan crítico de la oposición como el periodismo independiente. Baste ver el histórico de entrevistas en televisión y radio y pasearse por las páginas de los periódicos y revistas. Navéguese por internet para constatar que los líderes y dirigentes de oposición han tenido que enfrentar preguntas cáusticas de reporteros y forjadores de opinión. En un goteo incesante, han ido saliendo de la pantalla de Globovisión anclas, investigadores, programas. No es casual que los espacios y producciones salientes hayan sido los más críticos, los que indagan, los que hacen cuestionamientos severos, los que no se conforman con respuestas a medias y ramplonas. La situación fue medianamente tolerable hasta la semana pasada. Pero en estos últimos días, luego de la más reciente crisis que derivó en la cancelación del “Aló Ciudadano”, pasamos de turbio a oscuro. El caudal de salidas aumentó y sigue… El país ha perdido la posibilidad de saber, de enterarse, de opinar. Y con ello ha perdido algo fundamental en una democracia: la posibilidad de tomar decisiones educadas basadas en algo más que pasiones. Ahora Globovisión se ha tornado en un canal con productos televisivos light, que edulcoran la vida. Como si aquí no pasara nada. El “está pasando, pon Globovisión” ha dejado de ser la promesa básica. Ahora es Globolight. Ahora la parrilla es incolora, inodora, insípida y, sobre todo, inútil. Una fotonovela rosa de 24 horas. Una desvirtuación total y absoluta de su razón de ser. Un giro que en nada beneficia a la sociedad. El venezolano de a pie, el ciudadano del común no tiene ahora acceso a nada que yo no haya pasado previamente por el tamiz de un supuesto y muy mal entendido equilibrio informativo. Desde tempranas horas de la mañana hasta altas horas de la noche, la pantalla de Globolight presenta un país de fantasía y de cuentos de hadas y el país que existe ha desaparecido en una bruma de ridiculeces y cursilerías. Moda, manualidades, celebrities, refritos incesantes. Es decir, naderías. La transmisión en vivo y en directo, en el momento que se produce la noticia, ha sido sustituida por material editado. La noticia ha sido condenada al destierro. En su lugar ha sido colocado el entretenimiento. Trato de decidir a qué se parece esta nueva pantalla. Cncluyo que es una mezcla de FoxLife, NatGeo, Venevisión International, Glitz, H&H, Vive y TVes, con algo de Antena3. Su categoría original, la de un canal 24 horas de noticias, no se ve por ninguna parte. Por vía de la edulcuración se inocula una droga, la de la domesticación. Saben bien los estrategas de esta perversión que cuando se silencian las voces de los periodistas se silencian las voces de la sociedad. Y acaso la sociedad no entiende aún que al silenciarle su voz, tambien se silenciará su voto, su libertad, su autonomía. Dirán algunos que éste es el castigo que tanto se buscó Zuloaga. Pero como en todas las historias de “fusiones, adquisiciones y take over”, hay ganadores y perdedores. Ganó el gobierno que quiere pulverizar a todo aquel que ose pensar distinto, ganó Venevisión que verá aumentada su audiencia, ganaron algunos mediocres periodistas, pseudo comunicadores y palangristas de oficio. Perdió el periodismo plural, profesional y democrático, perdieron los ciudadanos de a pie, perdió Venezuela. Pero esta historia aún no ha concluido. Créanme. Le faltan muchos capítulos a esta novela. smorillobelloso@gmail
Posted on: Tue, 20 Aug 2013 15:55:18 +0000