Genaro Onofre, capturando la esencia de la formas Por Zulema Obando Herrera [email protected] ¿Cómo se mide el éxito alcanzado y la permanencia de grandes pintores de todos los tiempos como Leonardo Davinci, Vincent Van Gohn, Picasso, Frida Kahlo, Salvador Dali, Guayasamín, Botero, y de otros expresionistas de la pictórica?, quizá por su genialidad al atrapar la esencia de las formas!... Sin que esta apología raye en la osadía, quiero referirme al pintor abstracto Genaro Onofre Orquera, mireño de 45 años, tiene en su registro más de 3500 cuadros, lo mejor arribó a Bolivia, Estados Unidos, México, Venezuela, Canadá y una buena parte se quedó para trascender; cuenta además, con innumerables exposiciones a nivel nacional, todo ello da cuenta de la valía y alcance de su trabajo, cuya finalidad se trasluce “en lo que fuimos, somos y seremos como Latinoamérica”. En este contexto, la historiadora Rosa Cecilia Ramírez, maravillada por su obras, una suerte de lo irreal a color, explica que “su original propuesta plástica busca devolvernos nítido un tótem protector de los dioses de occidente… en la constante reafirmación de raíces profundas, del ser nacional intercultural como pueblo, con un pasado que prodiga el devenir colectivo hacia la construcción de los sueños”. Durante un “sui géneris” encuentro de viejos amigos del colegio, la frágil sensibilidad emanó por sus cuatro puntos cardinales y como paleta al viento citó que su obra está compuesta principalmente por símbolos pre- hispánicos distribuidos en cada cuadro, formando una deidad de diferentes estructuras, en donde utiliza la textura y el color para que las pinturas sean universales, llegando al interior de cada persona; en cada trazo creado con el alma, se vale de la trama para enlazar los sentimientos de los seres humanos, que unido a los colores rojos, cafés y tierras, producen sensaciones de felicidad, armonía y paz. El inicio de su carrera ascendente fue en New Jersey, en el 2004, durante la exposición “New Jersey Center for Visual Arts, fueron cuatro años de pintar en forma constante que rindieron buenas cosechas; como pintor experimentado, graduado en Artes Plásticas, un Postgrado, cursos de muralismo con profesores mexicanos y de pintura al óleo con el maestro Gabriel Arteaga, y admirador de las obras totalmente abstractas del incomprendido ruso Kadinsky, no concibe su vida sin este arte, que lo lleva pegado a la epidermis, todos los días en la terraza de su casa cumple un duelo a muerte entre él y el lienzo como un mágico ritual. ***
Posted on: Fri, 19 Jul 2013 20:36:56 +0000
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