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HISTORIAS DE CHAMANES Y CHAMANISMO.... LA PERCEPCIÓN DEL CHAMÁN El ser humano tiene una cualidad indiscutiblemente única: poder percibirse a si mismo y al mundo que lo rodea, para luego construir su propio mundo a partir de ese acto perceptivo. Con esto quiero decir que, el fenómeno esencial para tomar y tener conciencia de la vida se desarrolla fundamentalmente conforme vamos subiendo los peldaños de la escalera de la percepción. Ahora bien, si nos mantenemos dentro de los cánones clásicos del conocimiento académico, considerando a la percepción como la suma de las informaciones concretas y simultáneas que nos permiten captar los órganos de los sentidos, empezamos a armar una estructura básica que es la llamada sensopercepción o, en otras palabras y en un concepto más extendido, todo lo que captamos por medio de los cinco sentidos naturales, es decir la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto. A esto debemos agregarle toda esa información que adquirimos a través de lo que se ha dado en llamar sensibilidad interna o cenestesia. Se produce entonces hacia la mente humana un doble flujo informativo, desde afuera hacia adentro y desde adentro hacia fuera, lo que llevará a una intelectualización y posterior síntesis de todas las sensaciones percibidas, externas o internas. De esa manera también, cada persona va construyendo su realidad. Este proceso de construir la realidad mediante información recibida y/o percibida será fundamental en el desarrollo de la vida individual. Porque la realidad es el parámetro indiscutido sobre el cual se edificaron y se siguen edificando los dos polos psíquicos de la existencia humana, la cordura y la locura. La psiquiatría clásica, en la década de los años ’30, adoptó también el concepto de “realidad” para dividir a las enfermedades mentales en dos grandes grupos: las neurosis, caracterizadas por un mantenimiento del contacto con la realidad, y las psicosis, cuyo síntoma cardinal era la pérdida del contacto vital con la realidad. Por esa misma época, un psiquiatra francés, E. Minkowsky, reservó para el profesional de la psiquiatría el honor de considerarlo como un “embajador de la realidad”. Hoy, habiendo pasado desde entonces casi tres cuartos de siglo, seguimos hablando y discutiendo acerca de la realidad. Pero, se han producido cambios muy importantes en el mundo, en la gente y en la percepción de la realidad. Los conceptos básicos se mantienen, pero hace tantos años no se hablaba de algo que, en nuestros días, es moneda corriente, la realidad virtual. Las cosas se complican un poco más cuando, siguiendo un impulso natural, fruto de nuestra educación sistemática, tratamos de conceptuar o envasar esa realidad virtual dentro de un paquete. Uno entiende por realidad virtual una especie de realidad inducida, es decir algo que se nos impone, o que viene programado de antemano. Eso puede ser así, pero solamente en lo que es desencadenante, o en lo que actúa como un estímulo. Después, la reacción individual de cada uno, la percepción privada o íntima de esa realidad virtual, volverá a ser de nuevo una realidad individual, indivisible y única. Cada persona humana, puesta en situación de realidad virtual, elaborará a partir de ella y generará desde ahí su propia visión de lo que es real y lo que no lo es. Pero: ¿dónde está lo real entonces? Pues está en el interior de cada uno y en como cada uno percibe, ya no solo de acuerdo a la información elaborada por sus órganos sensoriales, sino también desde las asociaciones internas que se producen en cada ser, toda vez que le llega una nueva información, o un nuevo estímulo y este se contacta con su banco de datos inconsciente, que abarca desde sentimientos y emociones hasta las más primitivas reacciones instintivas. Es un proceso que tiene fases rápidas e instantáneas y que posee también respuestas retardadas, esas que surgen de la unión de los últimos restos libres del estímulo con los elementos más profundos de las capas aparentemente ocultas de la conciencia. Es una serie de reacciones encadenadas que se desplazan y transcurren entre neurotransmisores, receptores, micro partículas más pequeñas y más grandes, más pesadas y más livianas. En ese constante fluir y refluir de macro y micro moléculas se va gestando la individualidad específica de cada ser humano. Yo no se por qué, durante tanto tiempo, a través de siglos, los hombres de ciencia y los estudiosos de la conducta y las reacciones humanas, han hecho y siguen haciendo tantos esfuerzos, en sistematizar por grupos fenómenos altamente individuales. Por ejemplo, conformando con una variedad de datos y reacciones específicamente personales, agrupamientos sintomáticos que luego se vuelcan en manuales de diagnóstico y estadística, que permiten calificar con criterios de unanimidad, la salud o la enfermedad mental de cada uno. Y quiero que se me entienda, porque si he llegado hasta aquí con estas explicaciones, es para que tomemos conciencia de la ultra individualidad de cada ser. Esa ultra individualidad nace de su ultra individual estructura genética y se manifiesta, entre otras formas, en una ultra individual percepción y construcción del mundo. Además, desde hace siglos, el ser humano viene queriendo romper las barreras de la percepción normal y lo ha buscado y lo sigue buscando de mil maneras diferentes, desde el empleo de sustancias naturales con poder alucinógeno, o de apertura de una nueva conciencia, hasta la práctica de técnicas orientales y de meditación, capaces de transportarnos a estados para nada convencionales de conciencia. En los últimos decenios, se han multiplicado en el mundo las personas capaces de percibir cosas que el común de las gentes no perciben. Y esas personas, que siempre existieron, que debido a ello muchas murieron en hogueras, o fueron confinadas en lugares aislados, o ellas mismas se auto protegieron para no caer como víctimas de ese verdadero estigma social que es la locura, o la alienación, esas personas siguen existiendo y eso es precisamente lo que tratan y lo que nos muestran entre tantos otros, los chamanes. Esas personas no tienen muchos refugios a donde acudir y tratan por todos los medios de ocultar sus tendencias o sus prácticas esotéricas, siempre condenadas con sentencia previa. Fue uno de los graves problemas que debieron enfrentar los chamanes de verdad, cuando desde posturas ideológicas totalitarias y negatorias de lo que ellos percibían y nadie más que ellos, se vieron perseguidos, torturados y condenados, cuando no internados por demencia. Mientras tanto, una gran cantidad de libros viene apareciendo en sucesión ininterrumpida , rescatando viejas leyendas como la de Belovodia o Shambala y poniendo énfasis en toda una serie de fenómenos mentales no habituales ni comunes, que escapan por completo a los cánones clásicos de la salud o la enfermedad mental convencional. Se ha desarrollado, a partir de una toma de respeto hacia este conocimiento ancestral del chamanismo, todo un nuevo misticismo, toda una nueva concepción de la vida material y de la vida espiritual. Pero mucha gente, lejos de hallarse más segura o más satisfecha consigo misma, se va introduciendo en verdaderos laberintos mentales que la colman de miedos, inseguridades, angustias y desconfianzas. Van apareciendo día tras día nuevas manifestaciones psíquicas calificables, desde lo tradicional, como psico patológicas, pero totalmente atípicas si queremos referirlas a los grandes agrupamientos sintomáticos de diagnóstico y estadísticas de enfermedades mentales. Todo ello sin contar que muchas de estas personas están muy lejos de sentirse enfermas, sino que se sienten dominadas por una suerte de sentimiento de extrañeza sobre ellos mismos, lo que les pasa a muchos chamanes en su iniciación y que ha sido conocido con el nombre de “enfermedad chamánica”. Son este tipo de individuos quienes no encuentran alivio ni comprensión en la psicología y la psiquiatría clásicas, ni en las corrientes psicoterapéuticas ortodoxas a las que pueden apelar en estos días. Prefieren orientarse en busca de alivio o entendimiento hacia las llamadas formas “alternativas” de terapia interpersonal. Otros se refugian y tratan de interpretarse por si mismos desde los llamados libros de autoayuda, cuya orientación general a veces los alcanza y a veces no. De un modo u otro, creo que estamos viviendo un tiempo de transición, donde por un polo nos atraen nuevas estructuras de un saber científico frío y descarnado, cada vez más dependiente de costosos estudios del cerebro, mientras por la otra punta hay un reverdecer permanente y constante de la literatura y las prácticas más primitivas, como el chamanismo. Quizás la bisagra de todo esto se encuentre en una nueva comprensión de ese fenómeno que nos hace responsable de la “construcción” de nuestra vida y de nuestra realidad: la percepción humana.
Posted on: Sun, 21 Jul 2013 14:16:11 +0000

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