Había un señor que vivía metido en una bolsa que estaba dentro - TopicsExpress



          

Había un señor que vivía metido en una bolsa que estaba dentro de una caja que habían puesto debajo de una mesa. Eso estaba en una habitación que tenía la puerta cerrada con llaves y candados. Era la habitación más escondida de una casa grande, estaba en el patio y jamás se hubiera esperado encontrar un cuarto ahí porque habían dejado crecer muchas plantas encima. El jardín estaba rodeado por muros tan altos que nadie pensaba en saltarlos sino, tan sólo, en lo altos que eran. De manera que la única forma de llegar al jardín era entrar por la casa. Cuando uno cruzaba esa puerta, encontraba tantos pasillos y habitaciones que cualquiera se hubiera perdido un buen rato antes de llegar al jardín. Metido en esa bolsa que estaba dentro de la caja había un señor muerto de miedo. Era un señor que había viajado mucho por todo el mundo, tan ancho y largo como es, viviendo grandes aventuras, y en todas había sido valiente. Sin embargo un día regresó, quién sabe de dónde, y pidió una bolsa y una caja, cerraduras, candados y ordenó que construyeran la habitación del patio y que dejaran crecer plantas sobre ella. Pidió que una señora le llevara comida para no tener que salir nunca. Y allí se escondió para siempre… o para casi siempre. Aun cuando yo el que escribe este cuento, no se me ocurre qué fue lo que pasó, por qué volvió tan asustado. No lo sé y temo que tardaría demasiado en descubrirlo. En cambio, hay varias posibilidades sobre cómo salió: 1) A pesar de estar tan escondido oía los ruidos de la lluvia, el canto de los pájaros y el ladrido de su perro y se preguntó: ¿quién les dará agua?, ¿quién les dará de comer y quién cuidará las plantas? Volver a ver todo eso fue más fuerte y salió. 2) Pensé que la casa se podía incendiar obligándolo a salir corriendo para salvarse. Pero eso no me gustó porque lo haría vivir con más miedo, y porque era una hermosa casa. 3) Alguien, que conocía sus aventuras, conseguía entrar a pedirle ayuda, no una gran ayuda, porque nunca se hubiera atrevido, una pequeña ayuda que él podía dar. 4) Un escritor se entera de su historia y quiere escribir un libro. Él siente vergüenza de atenderlo metido en su bolsa y lo recibe todas las tardes, tomando un té en la sala. Así se acostumbra de nuevo a estar afuera. 5) La mujer que le lleva la comida no es una señora grande o vieja. Es una mujer joven y buena. A él le llama la atención que su voz sea tan suave y que jamás le haya pedido que salga de la bolsa, que jamás lo haya querido convencer. Nunca sintió ni un reproche ni una burla en la voz de esa mujer. Un día quiere verle la cara y asoma su cabeza; ella era tan tímida como él y pasa mucho tiempo hasta que se hablan más allá de los saludos. Pasa otro tiempo hasta que se hacen grandes amigos y él empieza a sentirse un poco incómodo de recibirla metido en una bolsa. Y pasa más tiempo y pasan otras cosas.
Posted on: Mon, 16 Sep 2013 17:55:16 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015