Hace dos años decidí aceptar el desafío de colaborar en la gestión escolar desde el Equipo Directivo de la Escuela Primaria N° 36, para ello participé en el concurso para cargos jerárquicos transitorios en 2011 con mucho esfuerzo y dedicación, ya que los tiempos de estudio, familia y trabajo no son muy amigos. Así integré un equipo de trabajo maravilloso lleno de fortalezas y de debilidades, como todos los equipos, pero con un espíritu de unión y un compromiso ético que supera cualquier debilidad. Fui testigo de milagros pedagógicos que se hicieron realidad en logros que a veces no imaginamos o no esperamos que alcancen algunos niños. Ví a mis compañer@s comprometerse con la tarea de enseñar y con la realidad social particular de nuestra escuela, la mayoría acepta desafíos que debe superar confiando en sí mismos y en la tarea de equipo que se puede realizar. Cierro los ojos y veo niños felices que llegan a la escuela, con ganas de ser recibidos con los brazos abiertos por sus docentes, tal vez con la sensación de que eso aliviará, en parte, su carga de vida diaria en su hogar, en su barrio. Ví también indiferencia frente a la misma tarea de enseñar y a la misma realidad social, situaciones que me siguen asombrando en este siglo XXI y en esta Bendita República Argentina por el carácter social y solidario que siento que tiene el ejercicio de la docencia, especialmente con los más necesitados. Soy testigo de desvelos frente a los obstáculos que se presentan en la escuela, de angustias compartidas por pérdidas de personas queridas, allanamientos y detenciones, de dolor por los derechos vulnerados, de abandono en más de una ocasión, de pasión por la tarea de enseñar, de compromiso sin importar el valor del tiempo de trabajo rentado, de reclamos de derechos perdidos... En estos dos años me he visto equivocado, enojado, feliz, desalentado, acertado, dispuesto, cansado, acompañado, solo, de nuevo acompañado, preocupado, ocupado y vuelto a preocupar. Fundamentalmente, me he sentido acompañado y valorado a pesar de la lista anterior. El jueves pasado decidí dejar de formar parte del Equipo Directivo y presenté mi renuncia. El único motivo ha sido la falta de capacidad para seguir poniéndome al día con la lectura y el estudio necesario para acompañar la gestión curricular en el aula, para poder visitar la práctica con la mirada crítica actualizada, específica; para poder acompañar la creatividad pedagógica analizando las planificaciones y las prácticas reales comprendiendo cada propuesta desde la didáctica específica; para dar respuesta a distintos problemas que se presentan en cada grado; para poder concentrarme en cada maestro y cada niño y conocerlos lo necesario para trabajar juntos; para poder acompañar una agenda de trabajo que supera mis posibilidades, recargando el trabajo del resto del equipo. Espero que mi decisión permita mejorar la gestión diaria en nuestra escuela y espero poder seguir siendo parte de un equipo de trabajo que, lejos de debilitarse por esta decisión, se fortalece en la incorporación de Andreana a la tarea de gestión desde el Equipo Directivo. Sería muy bueno que todos los docentes de la escuela tuviéramos la intención de ser parte del equipo de gestión mirando la tarea que hacemos desde el rol docente y haciendo el ejercicio de verla también desde la mirada macro de la dirección de la escuela. Sería bueno que todos los años más personas decidan ser parte de los equipos directivos de nuestras escuelas y se preparen para ello, perfeccionándose, capacitándose y concursando. Les envío un gran abrazo a todos, equipo directivo, docentes, auxiliares, niños y familias, y les agradezco sinceramente el acompañamiento que recibí en estos dos años. Eduardo Martín Bassaber
Posted on: Tue, 03 Sep 2013 02:33:04 +0000
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