Hay otros fantasmas no sólo el del 50 Era el infierno. De eso - TopicsExpress



          

Hay otros fantasmas no sólo el del 50 Era el infierno. De eso estaba segura. Había llegado hasta allí en medio de tiempos políticos hostiles. Sé que estaba en el lugar indicado por las inmensas fumarolas de azufre, los ayes retumbando en las paredes de piedra incandescentes, mientras unas cuatro funcionarias serias-de acuerdo al lugar y el momento- tecleaban sin piedad el nombre de aquellos que cruzaban la puerta. Ellas- porque eran eso , ellas- con sus manos huesudas y sus calaveras fosforescentes, ni miraban al desdichado, sólo se limitaban a ir-si acaso- al archivo humeante para asentar al nuevo inquilino. Pasé sin que se dieran cuenta. En verdad sí me vieron , pero como era una vieja conocida me ignoraron. Era una reincidente. Y con esa categoría no se metían. Hasta ellas tenían miedo de enfrentarse con los que iban y venían. Se les escuchaba el clac clac de sus rodillas resonar en el recinto. Claramente estaba en mi destino. Llegaba al círculo que me correspondía. Paso a paso me acercaba al gran caldero central. En un trono pestilente y en medio de carbones perpetuamente encendidos se encontraba Él. Sólo ése podía ser el que buscaba en esta ocasión. Con su mirada de sátiro veía todo: gente muy culpable que tenían que limpiar los restos cerebrales por milenios, dos gárgolas pestlentes danzaban con serpientes de largas lenguas detrás de un mostrador de lava buscando para siempre recibos, saldos, cuentas . Y por allá en una gran despensa con enormes goteras de ácido clorídrico se concentraban, clavos, grampas, tornillos, picanas, todo instrumento de tortura concebible , manejado por un ignoto miembro del sindicato , Por supuesto y sin más arreglado con dios y el diablo. En este momento estaba muy bien con el mandamás de turno; lucifalv. Este oscurísimo personaje, se había presentado una vez y allí mismo mató a la administradora del averno, sin que ésta apenas levantara su vista y se comió ávidamente sus despojos, siguió con su carrera en busca de puntos, con un gordito cruel y ladino que estaba perpetuamente cocinando en una gran máquina elementos químicos nucleares que calaban hasta los huesos. No le permitió seguir su jueguito triunfal, su cuerpo se lo entregó a los grandes chacales que lo seguían : Lil y And. Dos macabros bichos hembra que jadeaban vapor paralizante ante cualquier peligro para su amo. Luego sorbían golosamente los restos medulares y agachaban sus enormes orejas crespas hasta la próxima comida. Un peldaño más y ya estaba pisando piedras candentes , eludiendo enormes anacondas hirviendo, hasta un pobre y encogido personaje prendido por los siglos de los siglos a su celular, condenado a no bajar su brazo y hablar, discar , hablar. Claro está que en su vida lo hacía igual, pero podía tomarse un descanso de tanto en tanto. Lentamente y acostumbrandome a las luces y sombras del fuego ví a los pies del trono, a lil, and, y dos seres sempiternamente encorvados, sin ojos, sin orejas y sin sus sendas lenguas , Todos esos aditamentos se los había ofrecido lucifalv a sus fieles chacales . No veían, ni oian ,ni hablaban, sólo escribían, hasta que se les comieran las manos sarmentosas, les crujieran de a poco los huesitos de los dedos. Por ahora servían para eso , dar a su amo documentos impregandos de gas sarin para firmar y enviar luego a enemigos de su absoluta majestad- Otra de las novedades que ví en mi decimonona vez de ingreso al reino de las sombras, fue la incertidumbre que todos tenían ante el nuevo intendente de la oscuridad. Dónde estaba el otro?el que tanto sirvió a su amo? El que hizo un feudo de lavas, carbones, tablones? No pude contestar mi pregunta, sólo miré a lil y and que con sus ojos de tizón y relamiendose los colmillos me dieron la respuesta. Uno más y van... Se supone que uno va allí como castigo,yo entraba y salía por adicción. He jugado a todo desde el truco, la escoba, el culo sucio, póker, casino, figuritas, de todo. Pero nada me ha dejado tanto gozo como entrar en el universo assesiano. Dónde el poder es pasión, es asesinato, es coima, usura, atropello, felonía , gula, soberbia, lujuria, es decir todo en uno. Un combo de insólitos pequeños pecadillos. Sin duda estaba donde quería. Este círculo es lo más. Por allá un carnicero con bisturí sacando repugnantes tripas con que saciar el hambre de lil y and. Escondidos detrás de una columna candente, otros desfilando sus nalgas cuajadas de gusanos con el orgullo de los años sirviendo al amo. Por allá una larga fila de espurias sombras con el resto de sus manos extendidas pidiendo una pequeña dádiva como perros lobos en celo. Todos babeaban ante lucifalv , su calva destacaba con el brillo de las llamas, los pocos cabellos que la coronaban se encendían y apagaban continuamente, dejando una ilusión de sempiternidad carnavelesca. No olvidemos que él responde a otro poder mucho más grande, perennemente electo para ese rol: ser lo más. Un coro de harapientos nausebundos , descarnados hasta los huesos, con sus mandíbulas amarillas y lenguas colgantes, formaban parte del séquito real. Pertenecían o lo habían hecho en la otra vida a gente sindicada, cuasi honorable, cuasi bien, cuasi personas. Ahora, preparaban en grandes ollas y hornacinas repletas de aluminio, cobre y bronce ardientes una gran fiesta. Un festín que sera tan inolvidable que hablarán de él por muchos miles de años. Es el cumpleaños del círculo , se darán medallas que se están fabricando con intestinos, corazones, pústulas, esfínteres mezclados con plata para aquellos que han resistido mejor el embate de los tiempos. O mejor dicho para aquellos que han lamido mejor los orines y defecaciones del rey. Lucifalv está contento, se lo ve mientras se deleita cortando el cuello de su secretaria , quien osó interrumpirle en medio de una orgiástica diatriba a su cohorte de amenos lamesuelos, mientras acompañaba sus palabras con pisadas a sus cabezas agachadas. A ella no la tiró al caldero ni a sus chacales, por puro sentimiento – que lo tiene , pero bien escondido- sino que fue a engrosar la mezcla para las medallas. Lucirán mejor...pensó. Tendrán el brillo de su cerebro...mmm...que no es mucho ...pero algo.. Seguí avanzando sobre el suelo resbaladizo de sangre , pelos, dientes humeantes, cerebros aplastados, hasta llegar junto a él. No me impresionó , creo que ya lo deducía . Sus ojos sangrantes se posaron en mí. Los pocos pelos de su calva se movían como pequeñas sierpes mostrandome sus colmillos goteantes. Intentó hablar. Como a todos: a los gritos, aullaba , maldecía, contraía cada uno de los músculos de su cara emulando a un poseído frente al sacerdote. Sus labios finitos llenos de llagas abiertas se abrían y cerraban al borde de un colapso.La saliva caliente y maloliente caía por su mentón y sus escupitajos llegaban a las dos eternas escribientes de manos con huesos descarnados. Lil y and, se pusieron al acecho, su amo estaba en peligro, cada momento era crucial.Dejaron a un lado su última adquisición: un leguleyo que cayó sin darse cuenta en el círculo tras una traidora patada de los enviados del rey a la tierra. Lil avanzó. Detrás And. Pata sobre pata crujía la muerte. El miró el entorno. El nuevo intendente ,delantal y guantes, bajó su mirada y siguió en lo suyo...total él solo viene a trabajar no es cosa suya. El volvió su cabeza en derredor.. Todos habían parado sus aterradoras actividades. Sentí una enorme carcajada rebotando en las paredes, bajando cada piedra, metiendose en el caldero, resucitando cada hueso, más y más fuerte, subía y bajaba gorgoteante, simbólica, fuerte, casi espeluznante. Sus pelos dejaron de moverse y fueron apagando su brillo, los tizones ardientes,se fueron dejando entibiar. En eso, un ruido como el de cascar una nuez estalla en el silencio y de lucyalv salen larvas, gusanos, acres sulfuros, moscas grandes y peludas, abandonan todos su envase hasta ahora sepulcral y cómodo. Se van rápidamente dejando atrás un vacio inconmesurable al son de la carcajada. Lil y And, yacían calcinadas ,sus peludas extremidades como antorchas pobres de una fiesta religiosa. Me fui sin darme cuenta Cuando pisé la calle caí en la cuenta que aquella risa agobiante y mortífera era mi yo transportando una gota de aire libre. GGV
Posted on: Fri, 22 Nov 2013 22:18:22 +0000

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