Historia de Moroleón. Época Precortesiana Antes de que el país - TopicsExpress



          

Historia de Moroleón. Época Precortesiana Antes de que el país fuera conquistado y colonizado por los españoles, es indudable que el territorio donde hoy se asienta la ciudad y municipio de Moroleón, perteneció a la jurisdicción del antiguo reino tarasco, cuyos límites o fronteras se extendían por el norte, hasta el Valle de Santiago, (cuyo nombre indígena es Camémbaro), es de indiscutible origen purépecha. Alguien afirma que el reino tarasco llegaba hasta Yuriria, asiendo este lugar, frontera con el reino Chichimeca. Sin embargo Querétaro es vocablo tarasco, y es posible que hasta ese sitio se haya prolongado la influencia de los antiguos michoacanos. El lugar que a nosotros nos interesa, queda enclavado entre los importantes cacicazgos de Yuririhapúndaro y de Cuitzeo, y aún es de suponerse que esta superficie formó parte de los terrenos pertenecientes al cercano cacicazgo de Curumbatío, población que subsiste actualmente y forma un pequeño conglomerado que ya se ha unido a la ciudad de Moroleón. En Curumbatío había, no hace muchos años, unos depósitos de cerámica antigua, llamados por los lugareños “Las minas de los monos”, por la gran cantidad de figuras antropomorfas que allí se sacaban, sin otro objeto que servir de juguetes a los muchachos, que sin conocer su valor arqueológico, pronto los quebraban, perdiéndose así estos vestigios que convenientemente estudiados, pudieran ofrecer algún dato de interés, que revelara el lejano origen de quienes los hicieron. En el rancho de Serrano, había, en cierto paraje, unas piedras semi-enterradas, cuyas caras visibles ostentaban algunos raros signos, incompresibles para la gente que llegaba a verlos. Estas piedras tal vez hayan sido señales puestas por las tribus que abandonaron sus viviendas en un éxodo del que probablemente pensarían volver, sirviendo tales piedras como indicaciones del camino de retorno. Solamente hipótesis y conjeturas se pueden formular acerca de este lapso de tan remoto pasado, del que no se sabe nada, por no haber indicios de que haya sido importante zona poblada, como fueron las regiones Tzintzuntzan, reconocida como capital del reino purépecha, y las poblaciones ribereñas del lado de Pátzcuaro, que se han estudiado a conciencia, conociéndose mucho de su historia y de sus pobladores. Entre las suposiciones que se hacen al reflexionar sobre la antigüedad de curumbatío y Piñícuaro, los dos pueblos más antiguos que se conocen en esta región, se puede afirmar, con base en tradiciones casi olvidadas, que especialmente en Curumbatío existieron adoratorios de las deidades purépechas Curicaueri y Cueravaperi, no de la importancia de las llamadas “Yacatas” de Tzintzuntzan o Tzacapu, pero sí pequeños montículos donde seguramente el sacerdote subía a efectuar la ofrenda. Se dice que los Aztecas, a su paso por tierras michoacanas, tomaron de los purépechas la costumbre de los sacrificios humanos. Muchos historiadores niegan este hecho, por ser los purépechas reacios a toda efusión de sangre, debido, posiblemente, a su temperamento pacífico y contemplativo, que les hacía dar nombres poéticos a los lugares y sitios de su vasto reino. Curumbatío fue, sin duda, la sede de la autoridad indígena a cuya jurisdicción pertenecieron las tierras en que se asienta hoy la ciudad de Moroleón, baldías en aquel tiempo, sin cultivo alguno y cubiertas solamente por árboles de mezquite, que crece profusamente en la región. La leyenda hace mención a un guerrero llamado Ahiu, hijo del cacique, cuya trágica vida se entrelaza con la de la doncella española doña Juana de Medina y Calderón, que por disposición virreinal, sería posteriormente dueña reconocida de estas tierras, que por el derecho de la fuerza, pasaron al poder del vencedor español. Siglos XVII a XIX En 1601 por merced real, el virrey don Gaspar Zúñiga y Acevedo concede a la doncella española Juana de Medina y Calderón, dos caballerías de tierra de sembradura (unas 85 hectáreas) entre los pueblos de Curumbatio y Uriangato al lado poniente del camino a Cuitzeo y a los lados del arroyo. En 1775, Don José Guzmán López, heredero en ese entonces de las tierras de la doncella Juana de Medina, se traslada de Yuriria para formar un caserío donde actualmente es el Jardín Principal, que ahora son las calles Morelos, Hidalgo y Manuel Doblado; para esto, trajo familiares y conocidos de la región con la intención de fundar un pueblo., que en un principio se conoció con los nombres de La Mezquitera, La Congregación de Uriangato. Desde el año 1776, la localidad de La Congregación comenzó a poblarse de manera significativa, en virtud de la invitación hecha por Don José Guzmán López a que sus labriegos y capataces vinieran a vivir a la población. Para el 19 de noviembre de 1845 mediante el decreto 16 publicado el 20 de noviembre de 1945 se declara la Fundación Legal del pueblo de "La Congregación de Uriangato", siendo Gobernador del Estado Don Juan Bautista Morales. En el año 1857 Moroleón se erige como un municipio más del Estado de Guanajuato. El nombre de Moroleón se toma por la composición de las palabras "Moro", en memoria de sus primeros pobladores procedentes del Valle del Moro, en la Ciénaga Prieta, de Yuriria, y "León" apellido del General Antonio León, que condujo a la caballería de Guanajuato en el asalto a la ciudad de Oaxaca, durante el imperio iturbidista. En el año 1848 Moroleón es elevado a la categoría de Villa, en 1913 se inaugura el templo de Esquipulitas. Este templo está erigido en honor a San Juan Bautista, aunque por tradición la mayoría considera al Santo Patrono al Sr. de Esquipulitas y el 23 de abril de 1929 Moroleón es elevado a la categoría de ciudad. Moroleón es una Ciudad Textil, la cual al paso del tiempo derivó en una importante industria de la región. Llegada del Señor de Esquipulas, Guatemala[editar · editar fuente] A partir de 1802, se había hecho cargo del Curato de Yuriria, el MRP Francisco Quintana y Aguilar; por lo que empezó a frecuentar a la gente de la Congregación, donde la familia Guzmán había construido un Oratorio en la esquina del actual de la calle Juárez y del Portal Matamoros (nombres actuales), con una imagen de San Juan Bautista, es por ello que la Vicaría está dedicada a dicho Santo. En mayo de 1805, llega a este lugar la imagen del Señor de Esquipulitas, réplica del Cristo Negro que se venera en Esquipulas, Guatemala. Esta imagen fue traída por Fray Alonso de Velasco, tallada por él mismo y con el propósito de llevarla al Templo de Belén en Guanajuato, por la fama de Real de Minas y su esplendor. En su trayecto, había sido acompañado por un comerciante de la comunidad de Quiahuyo, perteneciente a Moroleón, desde la frontera con aquél país, en el Soconusco (actual Chiapas). Habiendo enfermado Fray Alonso en la última etapa de su viaje, consiguieron llegar a la Congregación, donde recibió hospedaje y cuidados en la casa de Don Agustín Guzmán Pérez; desafortunadamente su enfermedad se agravó; pero antes de fallecer donó la imagen del Cristo Negro para que se venerara aquí en este pueblo que lo recibió y atendió y por la compaía y protección que le brindó Don José María. Dentro de la caja donde venía la imagen, estaban también documentos de la bendición o consagración del Cristo Negro en aquella ciudad guatemalteca. En enero 15 de 1806, el Padre Quintana celebró celebró Misa Solemne en honor del Señor de Esquipulitas, misma fecha en que se festeja en Guatemala. Después de la Misa hubo también jaripeo y verbena popular: este es el antecedente de las tradicionales “Fiestas de Enero”, en Moroleón.
Posted on: Fri, 27 Sep 2013 17:18:26 +0000

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