Interesante Editorial. La Sinfonía Lunes 16 septiembre, 2013 - 12:32 AM LA Casa de Gobierno ha iniciado una campaña de información sobre los logros de la presente administración. Una carta pública del gobernante mejor sintetiza el sentimiento del mandatario. Expresa que recibió el país en un caos político, económico, social e institucional y que, si bien no ha sido posible cumplir todas las expectativas, la situación hoy —por muy calamitosa que la juzguen— nunca es comparable al desorden, a la anarquía, a la desesperanza que privaba 4 años atrás. Relata que antes los sectores se agredían mientras que ahora por lo menos dialogan, y se puede llegar a acuerdos. Recuerda los momentos de los molotes en las calles, cuando el país estaba arrinconado por frentes en pleito, mientras que ahora, en parte debido al proceso de reconciliación que impulsó su gobierno, esos mismos grupos antagónicos van a elecciones en paz y en democracia. Refiere que 4 años atrás Honduras estaba aislada por el mundo, en el peor de los momentos, cuando se precipitaban los mercados inmobiliarios con efecto destructivo en todas las economías. Señala que el país ocupa de las relaciones, del comercio, de los intercambios y —guste o no la dependencia— de los financiamientos, de los empréstitos y de la cooperación. Si no hubiera habido salida a la crisis, seis meses más en ese aislamiento y la economía del país hubiese sufrido un colapso, con las consecuencias sociales negativas que implican la acelerada devaluación de la moneda y la carestía de los productos de primera necesidad. Explica que tomó a su gobierno el esfuerzo de más de dos años reparar el dañado Estado de Derecho y reinsertar al país en el concierto de naciones, tiempo que en otros períodos se ha ocupado para comenzar a resolver los otros problemas, pero que su gestión comenzó no de cero, sino de índices negativos. Plantea que ningún otro gobierno ha comenzado así, con todas sus instituciones deterioradas, y con la tarea de recomponer estructura que sufrieron las consecuencias graves de un proceso acelerado de descomposición. La carta cubre, con parecidas argumentaciones, los aspectos económicos, de seguridad, sociales e institucionales, concluyendo que esta gestión, frente al caos en que se encontraba todo, ha sido un puente que permite cruzar al otro lado. Es lógico que el gobierno plantee su caso ante la opinión pública. Nadie puede dudar que recibiera una grave y atípica situación. Sin embargo, si se trata de una campaña, bien dice la sabiduría popular que una golondrina no hace verano. No basta que el mandatario se esfuerce contando su historia, si el bulto de colaboradores cercanos no hace lo suyo en lo que respecta a sus diferentes áreas de competencia. Desgraciadamente, ya de salida, cuando la gestión más ocupa del concurso del equipo de gobierno, por comodidad, por agotamiento, por viveza, por no quemarse, muchos de ellos se esconden. Es como cuando los músicos guardan sus instrumentos y no quieren tocar. Por inspirada que sea la partitura y por más que agite la varita el maestro conductor, no hay forma de hacer sinfonía armónica y agradable al oído, sin orquesta. Sin bombos, tambores, platillos, violines, violas, violonchelos, contrabajos, trombones, trompetas, trompas, clarinetes, no hay sinfonía. No importa que el xilófono, el contrafagot, los oboes, las arpas, el flautín, y varios de los primeros y de los segundos violines, o de las trompetas desafinadas o de los roncos olifantes, hayan abandonado el teatro para unirse a la vociferante campaña, con los instrumentos que queden siempre se puede hacer música.
Posted on: Mon, 16 Sep 2013 13:30:29 +0000
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