> JESÚS EXPLICA CUÁL ES LA BUENA NOTICIA, por José Enrique - TopicsExpress



          

> JESÚS EXPLICA CUÁL ES LA BUENA NOTICIA, por José Enrique Galarreta "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque Él me ha ungido. Me ha enviado a dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, a los ciegos la vista. Para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor". Y, enrollando el Libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y se puso a decirles: "Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír" La Buena Noticia es que para Dios todo es al revés: los de arriba tienen que ponerse a servir: los de abajo son los más queridos. Dios no es patrimonio de ricos o poderosos: ni siquiera es poder: Dios es alimento, luz, liberación. Esta es la línea que da coherencia a toda la actividad de Jesús, hechos y dichos: Buenas Noticias: Dios no es como nos lo habían pintado, amo poderoso, juez temible, poder que reina desde templos; y por eso Jesús está a gusto entre la gente normal, cura infatigablemente, libera a los poseídos y enseña de manera que todos le entienden. Buenas Noticias... para algunos. Para los que están bien instalados en una religión de poderes, de cultos, de misterios... malísima noticia. Esta Noticia le llevará a Jesús a la muerte. Pero los que buscan de corazón a Dios creerán en él a pesar de la cruz y verán en el la presencia de Dios: es la esencia de la primera predicación: "Pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal porque Dios estaba con él". Así que el resumen de la Buena Noticia es con quién está Dios, y que esto se ve en Jesús. Por eso creemos en él, y eso es lo que creemos de él. La escena de la Sinagoga de Nazaret es impresionante. No es casual que Lucas la elija como punto de partida de todo el ministerio de Jesús. Llama la atención ante todo el "descaro" de Jesús: él, el carpintero del pueblo, sin cualificación alguna, se levanta en la sinagoga de su propio pueblo y se arroga la función del escriba, se presenta como maestro, ante la admiración de todos. Admiración que va a cambiarse en rechazo. "¿No es éste el hijo de José?". Lo que viene a significar: ¿quién se ha creído éste que es? ¡Si le conocemos de toda la vida! Reconocer a Dios es difícil cuando entre Él y nosotros se interponen nuestros modos culturales, nuestros prejuicios religiosos, nuestras conveniencias... La gente de Nazaret sería gente normal... como la de Cafarnaún, como tantos que le siguieron. Pero no pudieron reconocer a Dios en su vecino el carpintero. Quizá nosotros, la iglesia, estamos demasiado cerca de Jesús, lo conocemos de toda la vida... de tal modo que la Buena Noticia nos resulta escándalo... (…) Los evangelistas presentan a Jesús como plenitud y también como superación del Antiguo Testamento. Y ésta es una línea clave de toda la Biblia: Dios Libertador. Se planteó el tema en el Génesis y se desarrolló ampliamente en el Éxodo. Desgraciadamente, existió en Israel la tendencia a apropiarse del mensaje: Dios con nosotros, para que seamos un pueblo fuerte, para que todos los pueblos tengan que venir a rendir culto a Dios en nuestro Templo. Cuando el pueblo y Jerusalén y el Templo son destruidos, y al volver del destierro, los Profetas llegan a comprender mejor el mensaje y lo hacen mucho más espiritual. No esperamos la protección de Dios como un mensaje político, sino espiritual. Cumplir la Ley no nos traerá el triunfo sobre otras naciones, sino sobre el pecado. Jesús se presentará así; no sólo como cumbre de lo antiguo, sino como superación sorprendente. Tan sorprendente, que el pueblo de Israel, sus jefes y sacerdotes, lo rechazarán. Este episodio de Nazaret termina en escándalo. Sus convecinos le rechazan y hasta quieren matarlo. No es ése el Mesías que esperan. La relación entre los dos textos es clara. La Antigua y la Nueva Ley. La Palabra de Dios realizada en Jesús. El testimonio de los que descubrieron en Jesús la Plenitud de la Alianza y de la Palabra. La Buena Noticia que se anuncia a todos los pueblos, no sólo a Israel. Y la Buena Noticia que es liberación, enorme alegría para todos los pobres, los pecadores, los que sienten necesidad de Dios. Y puede ser rechazada. PARA NUESTRA ORACIÓN 1.- Reflexión sobre la sociedad humana entendida como Dios la entiende: todo lo que los hombres necesitan, lo tienen. En unos, el don de consolar, en otros el de dirigir, en otros el de curar, en otros.... Y esta gran familia se construye en la solidaridad, en el apoyo mutuo... Pensar qué lejos ha estado siempre la sociedad de poder llamarse cristiana, aunque hayamos bautizado a sus miembros y a sus estructuras. Soñar en la Ciudad de Dios, en una humanidad según la voluntad de Dios. Terminar pidiendo a Dios "venga tu Reino", "hágase tu voluntad". 2.- Pensar en mis carismas, mis dones pensados por Dios para los demás. Examinar si me creo algo por tenerlos, o si, - como debe ser - me creo obligado por ellos a servir mejor. Pensar qué reciben de mí los que me rodean: pensar si considero a los demás para mí o me considero a mí para los demás. Dar gracias a Dios porque cuenta conmigo. 3.- Dar gracias a Dios por la Palabra y los que nos la han transmitido. Desde los "testigos", que vivieron con Jesús, pasando por los evangelistas, que pusieron por escrito la enseñanza de los testigos.... hasta nuestros padres, hasta nosotros. Dar gracias a Dios por esta cadena de testigos por la que nos ha llegado el evangelio. Esta cadena es la Iglesia, en la que conocimos a Jesús. Sentirnos eslabón de esa cadena. Ese carisma es de todos: comunicar la Palabra. Y lo haremos viviendo conforme a la Buena Noticia de Jesús, haciéndola visible en nuestras acciones, poniendo nuestros carismas al servicio de todos.
Posted on: Tue, 17 Sep 2013 10:24:40 +0000

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