LA EX GLORIETA DEL CABALLITO... Fue punto de convergencia, ahí donde hoy confluyen avenida como el Paseo de la Reforma, avenida Juárez, Bucareli o eje que viene de la Guerrero. Glorieta punto de quiebre pues si se sigue adelante se va a la Basílica de Guadalupe y si se dobla hacia la Alameda es ir arribando al ombligo del país: el Zócalo. Pero no siempre fue una glorieta con este memorable Caballo de Sebastián color yema de huevo del Bachoco. Antes ahí estuvo esa obra maestra de las esculturas ecuestres, el Caballito que ahora se encuentra en la plaza Tolsá, frente al Palacio de Minería y el MUNAL, que a veces le dan su manita de gato, es el monumento a Carlos IV cuya pata trasera y la del lado derecho del caballo ¡¡¡está pisando un carcaj mexica!!! Bueno, el enorme caballo de Sebastián en realidad es una respiradera, claro al centro donde se encontraba la escultura de Carlos IV ahora hay una fuente con juegos de agua y a la entrada de avenida Juárez está dos tres la escultura crea por Manuel Felguérez, que algún chiste estético tiene, pero poco le dice a la Ciudad. Sobre la banqueta del edificio de la Lotería Nacional, tan decaída su suerte que el gordo que cantaba los números de los premios está más ñango que un perro pagando IVA a alimentos y medicinas, ahí se encuentra una estatua dedicada a la Diosa Fortuna, desde el Centro de la Glorieta se puede ver la antigua Bucareli tan venida a menos sin periodistas caminándola o yendo a tomar un café al Habana o meterse a la cantina Mundial, la Mundi, a echarse un eskiubidú o los voceadores en friega recogiendo los periódicos de la tarde. Ni se encuentra el antiguo Excélsior de donde se podía ver salir o bajar de un taxi a Vicente Leñero rumbo a su oficina de Revista de Revista o a Salvador Elizondo buscando un refrigerio, o al Rafa Cardona cuando era reportero de las Ultimas Noticias, o al Magú con su incipiente calvicie y Granados Chapa siempre tan trajeado y por el lado de Rosales hoy eje... se veía a los periodistas que trabajaban en el periódico Nacional, a Manuel Blanco entre otros, los vendedores de billetes de Loteria o la vecindad el 12 e Rosales donde Carlos Monsiváis decía había nacido al lado del café de chinos que todavía subsiste. De todo eso no queda nada. Ahora los periodistas son universitarios y no se formaron en las redacciones, los vendedores de Lotería están en extinción. Y el edificio tipo película de Pedro Infante cuando ya tenía billete no está y en su lugar hay un enorme edificio que es hotel. Y la cafetería a donde estaba la tertulia del poeta Juan Cervera, nada, ahí mismo se encontraba la mesa gritona de Rentería y su naciente Generación, a donde una día llegó Felipe Calderón, estudiante de Derecho de la Libre, con unos poemas para ver si se los publicaban o el reportero y gran cronista de política Fidel Samaniego, ahora es una glorieta moderna, limpia, con formas a donde se mire geométricas y que armonizan, ah ya ni tan siquiera se logra ver el Cine palacio Chino que era uno grandote y no varios pequeños y avenida Juárez ya no tiene camellón ni cines... uf... Todo cambia dice Mercedes Sosa: Cambia lo superficial,/ cambia también lo profundo,/ cambia el modo de pensar,/ cambia todo en este mundo,/ cambia el clima con los años,/ cambia el pastor su rebaño,/ y así como todo cambia,/ que yo cambie no es extraño... Cambia todo cambia... pero no cambia mi amor/ por más lejos que me encuentre/ ni el recuerdo ni el dolor/ de mi pueblo y de mi gente,/ lo que cambió ayer tendrá que cambiar,/ así como cambio yo...
Posted on: Sun, 22 Sep 2013 02:12:26 +0000
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