LA GRAN BATEA Siempre recuerda Mateo, la gran batea de la casa de su abuela, donde ponía la masa para hacer el pan. Que nada tenía que ver con su tía política, que mete las manos en la masa usa una bata y le dicen Tea. Ni con el juego de béisbol donde batea para hacer un tanto; tanto es así, que la batea pasó a su otra tía que no es política, y como no la quería, su interior estaba vacío. Como ella cuando salía con el Toto, sin nada, de ropa interior. La diferencia es que ella sí quería. Y así quedó la gran batea, abandonada, en el fondo del taller del tío Ardiondo, que nunca olvidó la gran batea. Un día pensó en darle un uso, y adentro puso las herramientas. Pero lo incomodó en los auxilios, porque el huso deshilachaba los meridianos, enredándolos en la rueca cada 24 horas, y el día se perdía en el ovillo. Entonces pensó en darla al vecino, y el vecino a otro vecino, luego vino un vecino que propuso dar-la-vuelta, y así volvió la batea a la casa de Tea. Quién para nada quería saber de la gran batea de la casa de la abuela, que Mateo siempre recuerda.
Posted on: Thu, 31 Oct 2013 11:34:02 +0000
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