LA INSEGURIDAD. La verdad que estos graves problemas que padece nuestra sociedad no los dimensionamos en toda su profundidad hasta que no nos tocan. Para mi, no es nuevo, ni tampoco, creo, que sea el último, que atraviese por mi vida. Pero cada uno que se repite parece tener toda la carga de dramatismo como si nunca hubiera ocurrido. Esta vez, le tocó a mi mujer en San Martín de los Andes, Maritza Montecino, vivir la tremenda sensación de invasión y de violación como es el hecho que se metan a tu casa, te roben dinero y cosas materiales y encima pongan en riesgo tu vida. Nunca se sabe en esa dimensión desconocida que surge cuando un delincuente está solo con su víctima. Las reacciones mas inesperadas pueden surgir. Pero lo peor que se vive no es solo el momento, sino el despues y entonces, ahí, entran a jugar situaciones que tienen que ver mas con los hombres y la política que con la imprevisión y el destino. La policía, los jueces, los funcionarios, el sistema en general, no están preparado para satisfacer las exigencias de una sociedad que ve con azoramiento, preocupación y tristeza como es víctima de la delincuencia sin que nadie, desde los distintos sectores de poder, reaccione. No se ha escuchado en esta campaña para senadores y diputados nacionales, una sola propuesta en serio para erradicar este mal del Siglo XXI: LA INSEGURIDAD. Pero que es la inseguridad?. Un Estado de angustia, abandono e inercia ante el ataque certero que acaba con vida y bienes, con honras y honores de la gente bien. Lamentablemente, nuestra clase política, esta rara avis de hombres y mujeres que especulan y tejen con el interés, su interés, inmediato y personal de la mayoría de la gente. Y acá no se salva nadie. Ni Tirios, ni Troyanos. Todos padecen del mismo mal: primero yo, segundo yo y así hasta el infinito. Hoy no se roba desde la política para salvarse en lo personal, hoy se roba para salvar a varias generaciones. Son tantos y cuantos, los casos de corrupción que estremecen a los pliegos del Estado, que por continúo y permanente ha amnestesiado a la población, a esa mayoría silenciosa que padece en silencio tantos oprobios y termina votando a mal menor. A quien se le puede culpar?. A una policía mal entrenada y mal equipada y encima con el virus de la corrupción en sus entrañas; a jueces y fiscales que no solo padecen el mal anterior sino que le agregan anteojeras ideológicas que permiten que anden libres delincuentes mientras sus víctimas viven enrejadas; a políticos que bajo la excusa de combatir al autoritarismo y las dictaduras, dictaron y dictan leyes que sirven de excusas para favorecer a la delincuencia, mientras esa misma caparazón de protección sirve para bloquear a la corrupción que anida en el Poder y en todos los niveles. En esa ecuación está la clave para combatir a la inseguridad. Cuando la gente entienda que no se le puede firmar un cheque en blanco a ningún político y ese voto sirva para premiar la honestidad, sin importar el color, procedencia o ideologías, ese será el principio de una nueva era en la vida de nuestra Nación. Lo contrario será prolongar una agonía que nos mata lentamente, peor que la muerte que, cada vez con mayor frecuencia, nos concede la delincuencia. Hugo Morales. Corresponsal en Neuquén y Río Negro de Ambito Financiero; conductor y columnista de programas de radio en La Red Neuquén y en Millenium de San Martín de los Andes; integrante de la corresponsalía de El Mundo de España en La Argentina y otros medios nacionales y extranjeros
Posted on: Mon, 30 Sep 2013 19:51:51 +0000
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