LA NIÑA DEL CANTARO. Esta leyenda ocurrió en un colorido - TopicsExpress



          

LA NIÑA DEL CANTARO. Esta leyenda ocurrió en un colorido pueblo de Francia, cuando reinaba Luis XI; como era de suponerse todos temían a la terrible Inquisición, por ello, cuidaban sus actos y las palabras con las que se dirigían a los demás. Pero en este pueblo vivía una dulce niña que poco conocía de la maldad de la gente. Era huérfana de padre, y su madre estaba demasiado enferma para trabajar; por eso, ella siempre estaba en el camino, justo a la hora más calurosa del día, llevaba consigo un cántaro lleno de agua, que amablemente ofrecía a los campesinos y leñadores, a cambio de lo que ellos quisieran darle. La niña era el sustento de su pequeña familia, que se componía de su madre y sus dos hermanos; todos los días, regresaba a su casa con leña, granos, frutas y verduras, con los que les preparaba exquisitos platillos. Su madre se asombraba de las maravillas que su hija hacía, y siempre expresaba con gusto: “¡Es increíble las cosas que haces!” Sus hermanos también quedaban admirados por las cosas que su hermana diariamente les hacía para comer, y cuando le preguntaban su secreto, ella simplemente reía. Pero de todo, había algo en su agua que la hacía muy diferente a las demás, se dice que quitaba la sed al instante y provocaba una sensación de profundo bienestar. La niña del cántaro no era bella, por el contrario, no poseía ninguna gracia, pero todos la miraban con ternura y agradecían la prontitud con que siempre les ofrecía su agua. Así, su fama se fue extendiendo, y muy pronto todos los que viajaban por el camino procuraban toparse con la niña del cántaro. Sin embargo, como era de esperarse, hubo gente que comenzó a envidiarla, y llegó el día que la denunciaron con la Santa Inquisición Una tarde, mientras la niña preparaba los alimentos de su familia, unos hombres irrumpieron en su humilde casa y la llevaron hasta la capital. La pequeña nada pudo hacer para salvarse, veía en los ojos de aquellos hombres la maldad y el deseo de tortura. Al cabo de unos días, los verdugos decidieron torturarla con agua, ya que consideraban que una niña que hechizaba con agua, debía ser castigada con el mismo líquido. Uno de los verdugos, comenzó los días tortuosos colocándole un trapo húmedo en la boca, cuando notaba que la pequeña comenzaba a ahogarse, lo sacaba bruscamente. Así repitió su hazaña una y otra vez sin importarle las lágrimas de una pequeña que debía haber estado jugando con sus muñecas. El verdugo debía cambiar turno, por ello, dejó a uno todavía más despiadado que en nada se tentó el corazón para destrozar a la pequeña. Se cuenta que aumentó los insultos y no paraba de burlarse de ella. Luego de unos minutos, tomó varios litros de agua y se los echó a la niña en la boca, obviamente ahogándola. Como los demás condenados, la niña no pudo ser sepultada en un sitio santo y tuvo que ser enterrada en un valle, donde se dice que nació un arroyo de aguas sanadoras. Dicen que todavía se puede visitar el lugar, y quien beba del agua de aquel arroyo aliviará de inmediato todos sus males, incluso los del alma.
Posted on: Mon, 21 Oct 2013 22:42:01 +0000

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