LA PERSONALIDAD DE ESTIGARRIBIA I. “Sólo la verdad los hará - TopicsExpress



          

LA PERSONALIDAD DE ESTIGARRIBIA I. “Sólo la verdad los hará libres” (Jn 8. 32). En memoria del Gran Conductor de la guerra del Chaco, Mcal. José Félix Estigarribia, cuyo trágico fallecimiento el 7 de setiembre de 1940, se recuerda el día de mañana, con gran devoción dedico el presente escrito inserto en Facebook titulado, La personalidad de Estigarribia como conductor del ejército paraguayo. “Estigarribia fue grande sobre todo en los momentos críticos”, escribió un historiador. Este es el mejor elogio que puede hacerse de su carácter. Junto a la audacia no superada de Estigarribia, yérguese su perseverancia inquebrantable. Sobresalió también, por su idoneidad, circunspección, valor personal, perseverancia y humildad, cualidades no sobrepujada por ningún paraguayo. Difícilmente, a ejército alguno se le ha impreso el sello de su Comandante en Jefe como lo hizo Estigarribia con el suyo al emprender la Guerra del Chaco. En efecto, había formado su ejército sobre la base de las experiencias recogidas de la Guerra del 70 y de la Historia Militar, y lo había disciplinado brillantemente sobre los mismos campos de batalla. Así su Ejército era el instrumento fiel y apropiado para realizar sus audaces planes, y estaba templado como lo exigía la necesidad de hacer frente a las fuerzas bolivianas. Al empezar la guerra, él se anticipó al enemigo en la batalla de Boquerón, lo que ya en sí era un acto de audacia. Pero su audacia en ninguna ocasión se manifestó en forma más clara que en Campo Vía y El Carmen. Para estigarribia era una cuestión inamovible que cada batalla debe significar un gran paso en la destrucción del enemigo. Cuando en El Carmen mantenía atrapado a dos Divisiones bolivianas dentro de un cerco de acero, Garay apareció en Yrendagϋe -retaguardia del poderoso Cuerpo de Ejército (CE) boliviano de 12.000 hombres bajo el mando del orgulloso Cnel. David Toro-, con un batallón, sombra de la aguerrida 8ª. DI, pero la impresión desconcertante provocada por la fama de un poder irresistible del Ejército paraguayo llevó al Cuerpo de Caballería Boliviano al desbande generalizado y al descalabro, y a Estigarribia lo consolidó como un genial conductor. Así pues, el éxito de Campo Vía y la campaña de El Carmen lo debió el paraguay al proceder audaz, pero siempre prudente de Estigarribia. Innata o adquirida, la tranquilidad de alma es indispensable en la guerra. Estigarribia se distinguió por lo que tenía mejor en sí mismo y que era lo único que lo había destinado a ser General en Jefe: una gran calma, una constancia admirable y un coraje a toda prueba. En unas palabras: idoneidad, equilibrio, firmeza y tenacidad en la prosecusión de sus objetivos que se llama carácter. Por consiguiente, a las cabezas frías antes que a las cabezas que se calientan más fácilmente, la nación paraguaya debe confiar de preferencia sus fuerzas militares, en caso de guerra, para defender los intereses vitales de nuestra nación. La temeridad es buena para los mandos inferiores; también los generales la necesitan en dosis suficiente, pero con una condición, que debe ser dominada por la prudencia. Sería necesario cerrar los ojos obstinadamente ante todas estas pruebas históricas para no aceptar que los éxitos fulminantes de Estigarribia y su misma grandeza de alma en medio de las situaciones más difíciles es el resultado de sus insuperables cualidades. Las situaciones más críticas de Estigarribia fueron en el Km 7 de Saavedra donde la 1ª. DI, favorita de los paraguayos, fue detenida en su avance hacia Muñoz, hoy Gral. Díaz, y el revés de Strongest. Quizás habría sido imposible la rápida recuperación de su ejército ante estos dos reveses que sufrió en tres años de guerra si su ejército no hubiese poseído una moral desarrollada por él en un alto grado. Estigarribia rescató con crece los garrafales errores de López en la guerra del 70, en provecho de la guerra del Chaco. No le perturbó ser el General en Jefe del Ejército paraguayo, obró con valentía en sus operaciones, porque estaba libre de todo temor a la responsabilidad. Haciendo caso omiso de todas las objeciones, obedeció solo a los dictados de su lúcido entendimiento y sano criterio; y decidido, declaró resueltamente al Pdte. Rca. Dr. Eusebio Ayala, que prefería solicitar su pase a retiro antes que subordinar su estrategia militar a una acción táctica. Esta perseverancia en la idea directriz de sus campañas a la cual se mantuvo fiel, es decir, el de empeñar la batalla de El Carmen, antes que accionar contra Ballivián. Esta actitud ejemplarmente ética llevó al Ejército paraguayo a los más resonantes triunfos y a la exitosa culminación de la guerra. (Continuará mañana).
Posted on: Fri, 06 Sep 2013 12:07:11 +0000

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