LAS HERIDAS DE LOS VICTIMARIOS A juicio del autor las - TopicsExpress



          

LAS HERIDAS DE LOS VICTIMARIOS A juicio del autor las instancias militares y defensas civiles estatales violaron sistemáticamente los derechos de las personas. Añade que quienes hablan de no reabrir las heridas son los amigos o representantes de estas instancias. Al mismo tiempo se pregunta ¿será que las heridas las cargan los victimarios y no las víctimas? Todo esto a propósito de una demanda de inconstitucionalidad de la Ley de Amnistía presentada a la Corte Suprema de Justicia. - See more at: elsalvadorcambia.org/blogs/40/184#sthash.S0ivbCr8.dpuf Cada vez que se toca el tema de esa ley de amnistía que fue en su momento una bofetada para los pobres de El Salvador, quienes la defienden dicen que derogarla o declararla inconstitucional sería reabrir heridas. Aunque algunos piensan con sinceridad que derogar la ley de amnistía podría traer problemas a la convivencia nacional, hay un buen número de defensores de la ley de amnistía que manipulan descaradamente el tema de las heridas. Resulta, en el discurso de estos últimos, que estar en contra de una ley que a muchos ha parecido injusta, es querer volver a los tiempos de la guerra. Sólo falta que algún diputado de ARENA vuelva a decir que si se deroga la ley de amnistía será él el primero en salir a la calle con un fusil. El Informe de la Comisión de la Verdad de El Salvador aseguraba que el 85% de los más de 20.000 casos de graves violaciones a los Derechos Humanos analizados correspondía al sector gubernamental. El 5% a los sectores insurgentes y el 10% había sido imposible determinar la autoría dadas las circunstancias, falta de testigos, etc. Lo que resulta indiscutible, tanto en dicho informe como en los informes de la Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador o los datos recopilados por el IDHUCA, es que las diversas instituciones militares y paramilitares estatales violaron mayoritaria y abrumadoramente los derechos de las personas. Y resulta que quienes más hablan de no reabrir heridas son precisamente los amigos o representantes de esas instancias estatales que cometieron la mayor parte de las violaciones a los Derechos Humanos. ¿Será que las heridas las cargan los victimarios y no las víctimas? Cuando el familiar de alguien asesinado pide que se diga la verdad sobre su caso y que el victimario reconozca el crimen y pida perdón, no sólo está tratando de cicatrizar definitivamente sus heridas, sino que además está ofreciéndole al victimario tomar esa opción profundamente moral de pedir perdón. Por eso el lenguaje de reabrir heridas, especialmente cuando está puesto en la boca de los victimarios o de quienes los representan, no sólo constituye una perversión del lenguaje, sino que continúan revictimizando a la víctima y a sus familiares. El lenguaje de los victimarios es harto conocido. No abrir heridas tiene el correlativo de que quienes piden justicia son casi criminales que quieren hacer daño al país. A lo largo del “caso jesuitas” los insultos para quienes pedíamos verdad, justicia y perdón fueron incontables. La repetición absurda de que si éramos cristianos dejáramos el juicio a Dios en vez de andar pidiendo justicia aparecía con frecuencia en los periódicos. Las acusaciones de que buscábamos venganza, de que estábamos llenos de odio, que sólo nos movía la política, eran frecuentes. Incluso cuando solicitamos a la Asamblea Legislativa el indulto para quienes fueron condenados en 1991 por el asesinato de nuestros compañeros, recibimos como respuesta una carta del presidente de la misma diciéndonos que nuestra petición tenía visos políticos y que era inaceptable. En este contexto no es raro que muchas víctimas, cuando oyen lo de reabrir heridas, vean en el rostro de quienes así hablan la sombra de los asesinos. Muchas veces se pone como ejemplo de convivencia a familias poderosas que tuvieron víctimas en su familia y que han decidido pasar la página. Es evidente que eso honra a dichas familias. Pero no se puede poner como ejemplo de reconciliación universal a quienes tuvieron recursos sicológicos, económicos, sociales y de apoyo mediático y político. Los casos que se mencionan fueron condenados tanto por los poderes públicos como por los medios de comunicación en su momento. Las víctimas mayoritariamente perjudicadas por la ley de amnistía fueron ejecutadas y despreciadas por los poderes públicos, y encubiertas por los medios de comunicación social. E incluso en ocasiones tachadas de delincuentes. Más de un militar, por poner sólo un ejemplo, decía en aquellos tiempos de guerra que todos los muertos del Mozote eran “DT” (así simplificaban el término “delincuentes terroristas” con el que mencionaban a los guerrilleros). Derogar la ley de amnistía no debía ser problema para el país si se sustituye por una ley de reconciliación nacional que privilegie el establecimiento de la verdad y facilite la investigación de la misma, que dé compensación moral a las víctimas, reafirmando su dignidad, y que ofrezca a los victimarios el indulto de las penas que se merezcan a cambio de ayudar al establecimiento de la verdad o de pedir perdón por sus crímenes. El “perdón y olvido” ya hemos visto que no ha dado resultado en ninguna parte. Establecer opciones más racionales para resolver los problemas del pasado sana las heridas de las víctimas, aunque a los victimarios les duela un poco tener que pedir perdón. Personalmente he defendido públicamente que nadie debería ir a la cárcel por los crímenes cometidos durante ese tiempo de locura que fue la guerra civil. Fueron crímenes masivos, y es evidente que el 5% que se le atribuye en nuestro caso a la izquierda implica también una clara masividad. Y una ley de reconciliación debería garantizar el indulto de la pena carcelaria para todos. Pero reconocer la verdad, con el nombre del victimario o de la institución culpable mencionados, pedir perdón y devolverle la dignidad a la víctima desde el reconocimiento del crimen cometido contra personas inocentes, me parece indispensable para sanar las heridas del pasado y reconstruir mejor un presente demasiado dañado por la obstinación en la impunidad y el olvido. José M. Tojeira Posteado por Administrador 2 . en Oct 18, 2013 12:38 PM US/Central - See more at: elsalvadorcambia.org/blogs/40/184#sthash.S0ivbCr8.dpuf
Posted on: Wed, 23 Oct 2013 00:48:01 +0000

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