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LIBRO SAGRADO Las religiones se basan en mantener a los fieles en la creencia de unas enseñanzas o doctrinas de base incontrovertible, depositadas con sumo celo en un texto o serie de textos considerados sagrados, que otros en el pasado han recopilado. Aseguran que dichas enseñanzas han sido reveladas o recogen las palabras y vida de una supuesta divinidad, ser iluminado o profeta. Estos sagrados personajes han originado o creado dicha doctrina fundacional o cuerpo de creencias fundamental que constituye la guía y la fe de los seguidores de esa religión. En ocasiones es la misma divinidad en persona quien según dicha creencia se ha manifestado. Otras veces la enseñanza sagrada llega a través de alguien humano denominado Profeta. También puede ocurrir, como en el Budismo o el Taoismo, que el lider fundacional sea un maestro que ha alcanzado la iluminación o un estado similar a la divinidad. Pero en todos los casos, cualquiera sea la religión, la enseñanza o doctrina se encuentra custodiada en uno o varios textos (evangelios, revelaciones, aforismos, relatos, etc) que siempre son guardadas o transmitidas mediante omnipresentes y venerados libros sagrados. Libros que hoy día suelen ser siempre escritos, pero que en el pasado fueron grandes narraciones orales. Y lo que es común en todos los diferentes credos religiosos es que esos textos fundacionales son inamovibles, por su mismo carácter de sagrados y revelados (revelaciones divinas). Por lo tanto forma parte de su base de creencias mantener o conservar la fidelidad de dichos textos a lo largo de los siglos, algo que por otro lado nunca se suele cumplir en su integridad. De esta manera el fenómeno religioso condiciona y relega al ser humano a mantenerse en el papel subordinado de mero creyente en esos textos venrados, que a través de la tradición otros le han transmitido desde el pasado. Y en ocasiones esas religiones tienen siglos o milenios de antiguedad, por lo que sus enseñanzas proceden de un tiempo lejano e incomprobable en algunos casos. Sin embargo existen otras vías espirituales diferentes a las religiosas, que no consisten en la creencia estricta en Libro Sagrado o Revelado alguno, Libro indiscutiblemente reverenciado que se trasmite a lo largo de los siglos y del que no hay que alterar ni una letra. Dichas vías alternativas se basan en un aprendizaje personal del invividuo, que sigue un determinado camino espiritual tomándolo únicamente como visión, enfoque o guía general de su trayectoria. No se trata por ello en este caso de copiar o imitar nada de una doctrina del pasado, sino de construir una senda propia o personal de desarrollo espiritual interno, fundamentada principalmente en la investigación y práctica de determinados principios. De esta manera, frente a los movimientos de masas que son las religiones, se encuentran las sendas que se recorren y construyen de forma individual, sendas en las que el caminante alcanza el conocimiento mediante el aprendizaje a través de la búsqueda singular de un cuerpo de conocimiento personal y una serie de prácticas comprobadas. Dichas sendas reciben distinto nombre, según el contexto histórico o cultural en el que se basan o desarrollan. Pueden ser denominadas como chamanismo, brujería, magia, sendas mistéricas, etc. Se las suele conocer en ocasiones como escuelas o tradiciones o bien simplemente como sendas espirituales o incluso como religiones abiertas. Algunas veces se produce un híbrido entre religión tradicional y estas vías, surgiendo entonces escuelas que se autodenominan como órdenes, fraternidades, etc, que formulan cuerpos de enseñanza doctrinarios que se trasmiten a través de una jerarquía y que sus adeptos han de acatar. Pero no es este caso el que nos interesa. Lo que nos importa de esas vías heterodóxas fuera de las religiones convencionales, casi siempre históricamente perseguidas, es que no se constriñen a tradiciones cerradas o directrices impuestas mediante libros sagrados, revelados o seleccionados como cuerpo inamovible de doctrina. Ni tampoco se hallan sometidos sus creyentes a jerarquías o cleros religiosos que dictaminan o dirigen las creencias.Y esas vías heterodoxas o independientes a las que nos referimos, y que son las que nos interesan, se basan en la máxima de que todo aquel que quiera recorrer el camino que ellas proponen debe escribir su propio libro guía. Y por tanto no puede heredar o seguir ningún texto escrito por otro como base sagrada, como fundamento superior prodedente de una fuente a la que hay siempre que acatar. Frente a la visión jerárquica de las vías religiosas estas otras sendas se basan en una visión horizontal del desarrollo espiritual. Nadie puede institucionalmente estar por encima, nadie posee una verdad perenne o absoluta indiscutible, nadie detenta el poder exclusivo de la revelación o el liderazgo. Así todo conocimiento lo debemos adquirir por nosotros mismos, mediante una búsqueda personal tanto intelectual como emotiva y práctica. Esto por supuesto exige una madurez psicológica y una responsabilidad individual que por desgracia no es extensible ni asumible por la generalidad de la especie humana. En el pasado existieron muchos senderos de esta índole, pero con la llegada de las religiones monoteistas, el fanatismo patriarcal, el dogmatismo supersticioso y la instrumentación política de la religión, se persiguió estas líneas espirituales y se consiguió que paulatinamente desaparecieran. Durante el medievo reinó la oscuridad en las mentes humanas e imperó el más férreo y sangriento fanatismo en gran parte del mundo, pero poco a poco fueron resurgiendo de las cenizas de nuevo, como pequeñas llamas, las vías espirituales independientes. A comienzos del siglo XX surge en occidente un movimiento neopagano denominado Wicca, con la pretensión de recuperar la antigua tradición de pasadas religiones (previas al cristianismo y otros monoteísmos). Dicha vieja tradición había sobrevivido durante el medievo a través de pequeños círculos practicantes de esta perseguida senda, la cual fue denominada a veces como brujería, o también en otras variantes como magia e incluso alquimia. Aunque sin embargo la Wicca no es sino una línea más entre múltiples tradiciones y cultos de brujería que sobrevivieron en Europa a las persecuciones medievales. La mencionamos aquí por ser la más conocida popularmente hoy día. Dichas tradiciones sobrevivieron en muchos lugares del continente europeo a través de pequeños círculos de brujería, muchas veces siguiendo linajes familiares o seudofamiliares, que practicaban ocultamente lo que llamaban en secreto como el arte o el oficio (craft) de las brujas (wich), (the wichcraft), manteniendo así vivo el rescoldo de una tradición heterodoxa iniciática milenaria, que puede remontarse hasta el albor de la historia. Hay que reseñar que la Wicca no fue un invento de Gerald Garnerd, como algunas personas creen, sino que la fama de este se debe principalmente al éxito literario que tuvieron sus libros a la hora de divulgar y rescatar del olvido la existencia de la tradición de la brujería. Pero ni esta sobrevivió únicamente en Inglaterra ni Gardner la reinventó. Por el contrario la brujería, bajo diferentes líneas o tradiciones, sobrevivió oculta en toda Europa. Es cierto que algunas veces se cruzó con otras sendas ocultistas más modernas, pero en cualquier caso permaneció desconocida para el público en general hasta que Gardner investigó y editó sus obras sacándola a la luz. La persecución que sufrida por la brujería durante tantos siglos había provocado que nunca esta tradición hubiera publicado nada hasta principios del siglo XX. Gardner descubrió un círculo de brujas (New Forest) e introduciendose en él aprovechó para profundizar en el tema, confeccionar sus obras y crear su propia versión de la tradición. Inmediatamente después otros círculos de brujería comenzaron igualmente a publicar, principalmente siguiendo la línea wiccana, pero también desde la tradición de otros cultos. Poco a poco se fue levantando el veto en el resto de los países de Europa y Occidente, aunque no ocurre todavía así en otras culturas. También hay que aclarar que los círculos de brujeria no están compuestos exclusivamente por mujeres, sino que preferentemente deben ser mixtos y así lo fueron desde la antiguedad. Sin embargo, la influencia del patriarcalismo y el machismo, que ha imperado en la psique de la sociedad durante tanto tiempo, ha provocado que muchos círculos de brujería (coven) de nueva creación hayan sido constituidos exclusivamente por mujeres en Europa y América. Esto puede ser una estrategia válida en algunos casos, ya que muchas psiques femeninas se hallan heridas en esta y otras vidas por su condición de género. Pero no obstante un verdadero círculo de brujería debe ser mixto, compuesto de brujos y brujas (wicca=chamán o sacerdote de la antigua religión y wicce=chamana o sacerdotisa de la antigua religión). Gerald Gardner y la Wicca.
Posted on: Sat, 13 Jul 2013 10:19:33 +0000

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